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– Esta casa es hermosa – comentó Quinn una vez que llegamos – ¿Cómo es que no sabia que tus papás son dueños de esto? – me miró.

– Estoy segura de que alguna vez te lo comenté – dije, los chicos estaban sacando el equipaje – ya sabes que no soy de "presumir" estas cosas.

– Tal vez no te puse atención – rio.

– Es lo mas seguro. – Nos acercamos a ayudar. Es gracioso que mi padre le haya dado las llaves a Blake y no a mí, pero está bien, ahí se ve cuanto me ama. Una vez adentro vi que la habían remodelado, realmente mi familia de estas actividades. El estilo es de cabaña, pero modificada al siglo veintiuno, tenia bastante tiempo que no pisaba este lugar, es muy tranquilo y es perfecto para despejarte un poco de la ruidosa ciudad.

– Hay tres habitaciones solamente– dijo Quinn bajando las escaleras.

– Genial, dormiremos en parejas – el comentario sarcástico de Zach me hizo reír.

– Yo con Quinn – protestó Cole inmediatamente.

– No, no – negué – Si Quinn duerme contigo ¿Quién dormirá conmigo?

– Blake – dijeron todos al unísono. El idiota mencionado soltó una risita por mi rostro de fastidio, no puedo creerlo.

– ¿Están de broma, cierto? – entrecerré los ojos, suspiré – Hay una habitación en este piso y dos arriba, una es mía – sonreí – así que esa ni la toquen porque tiene mi nombre en la puerta y algunas cosas se encuentran ahí. – expliqué – Las tres son del mismo tamaño, así que no quiero discusiones por quien tiene un cuarto mas grande que el otro.

Quinn y Cole decidieron quedarse en la habitación de mis padres, mientras que Eddy y Zachary se quedaron abajo, en el cuarto de las calcomanías. Desgraciadamente o para mi buena suerte tenia que dormir con Blake. En silencio subimos nuestras maletas. Mi habitación me encantaba, pues tenia una vista hermosa del lugar y sobre todo contaba con un jacuzzi, que bueno que no lo comenté antes, porque se estarían peleando por él.

– Mira nada más – Blake hablo, por fin – tienes un Jacuzzi.

– Nos podemos divertir ahí – me acerque a él, mi mano recorrió su torso hasta llegar a su miembro – no sabes cuanto necesito que me folles...

– ¿Es muy temprano para comenzar no crees? – murmuró sensual sobre mis labios, tomándome de la cintura.

– Que aburrido eres – me zafé de su agarre – ¿Qué se supone que haremos ahora? – comencé a desempacar.

– Tengo que ir con los chicos a verificar algunos terrenos – el hizo lo mismo.

– ¿Me dejaras abandonada todo este día? – fingí puchero.

– Tendremos la noche para disfrutar – me miró divertido.

– Oye idiota, yo quería tener sexo contigo en todos los rincones de este lugar – bromeé, este rio.

– Créeme que yo también.

– ¿Puedo acompañarte? – sonreí con malicia.

– No Peyton, conozco tus intenciones – reí.

– No seas así, Quinn y yo estaremos aburridas sin su compañía y lo sabes. – y era cierto – Aunque ustedes hablen en su idioma de arquitectos creo que no nos aburriríamos tanto.

– Esta bien, irán, pero se deberán portar bien y lo digo por ti. – alce las cejas.

– Hecho – sonreí.

Las cosas cambian (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora