28. Momento eufórico

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Can se encontraba sentado en la silla de su escritorio, ahí revisaba todos los materiales que había comprado junto a Pete, para la universidad. En pocos minutos le llegó el horario de clases, de inmediato agarró su celular debía comprobar si el horario de su amigo coincidía con el de él.

Pero antes de que incluso pueda marcar su número, tres golpes a la puerta se escucharon claramente.

- Pase - habló Can con un tono alzado para que su voz se pueda oír.

El que entró no era nada más ni nada menos que Pete. Tenía su mano en alto con el celular en el, su pantalla que antes estaba encendida a los pocos segundos se apagó.

- Can, veamos si nuestros horarios coinciden. - Decía Pete con un notorio entusiasmo.

Al comprobar se dieron cuenta que ambos tenían las mismas clases, fue un pequeño momento de felicidad que pudieron compartir, festejando con algunos bocadillos que Can había pedido. Ahora el problema era el siguiente, ¿a qué club se unirían?

- Yo, solo sé que me unire al equipo de fútbol, después de bastante tiempo podré volver a jugar, fue una pena que antes no se haya podido, pero... no pensé a que club entrar, ¿tú, ya lo sabes? - hablaba el pequeño omega mientras agarraba un trozo de galleta con trozos de chips de chocolate.

- Igual que tú, lo sigo pensando, no sé a cual unirme, ya descarte la mayoría de los clubes. - el rostro de Pete denotaba una mínima preocupación

Antes de que Can pueda responder, su celular empezó a vibrar, este fue ignorado, él simplemente siguió hablando, cinco minutos pasaron y aquel móvil volvió a emitir esa ya molesta vibración. Para Can era obvio quien era el causante de aquello, pero simplemente quiso seguir sin prestarle atención. Por otra parte estaba Pete, quien seguía escuchando una y otra vez sin parar el sonido del celular del contrario.

- Mmm Can, ¿No responderás? Por si no lo notaste tu celular suena - las cejas levantadas en su rostro, hacían relucir el sarcasmo que Pete usó en sus palabras.

- ¡Joven Can! - Se escuchó de forma estruendosa desde el otro lado de la puerta.

- Santa mierda, ¡oi! me asusté - decía Can - estuve tan sumergido en tu sarcasmo - el omega se levantó de la silla mientras se dirigía a la puerta, con la mirada fija en su amigo - que cualquier ruido me habría asustado.

Al girar el cerrojo y encontrarse con la sirvienta, vio que ella en sus manos traía una caja algo grande, a simple vista se podía deducir que eran  de chocolates, este iba acompañado de una rosa bastante simple pero a su vez tan hermosa, por poco lo olvidaba, en la parte posterior de la caja iba una pequeña nota.

- Disculpe joven, pero esto le fue enviado a usted.

Can se quedó paralizado por un momento, no dijo nada, tampoco hizo el amague de querer agarrar todo aquel presente. Pero estaba Pete, quien al darse cuenta de lo que ocurría con gentileza tomó la caja, y la flor, "yo me encargaré de que Can vea todo esto, gracias".

Ambos, uno jalado por el otro, se subieron a la cama, el pequeño omega aún se veía pensativo.

- Can, ¿puedo leer lo que dice la carta?

- Esta bien

- Mi pequeño cachorro, espero que este presente no te moleste, al mandarte esto simplemente quise mostrarte el afecto que tengo hacia ti. Estoy ansioso por el día de mañana, aunque tenga sus consecuencias (el no poder llamarte) me hará muy feliz poder verte. Te quiero mucho no lo olvides. De : Tin - terminó de leer y sólo un suspiro por parte de Pete se escuchó - se nota que tu alfa te quiere mucho.

°TWINS° ♡TinCan♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora