Capítulo 14

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Preparamos la cena, todo era felicidad en nuestra pequeña casa. Sarada se había despertado y por sus ojos podía ver que estaba muy feliz. Solo había una cosa que me preocupaba. ¿Donde estaba Sasuke? ¿Estará vivo? ¿Porque no se ha comunicado conmigo?... y…¿si regresa?.

-Sakura-chan, te noto distraída. ¿Qué te pasa?- De un brinco me incorporé, para mi suerte no había quemado la cena. 

-No, no es nada, no te preocupes.

El no era tonto, sabía que yo no dejaba de pensar en Sasuke, después de todo en algún momento había sentido amor por el, aunque no fuera del todo correspondido. 

-Deja de pensar en él, trata de olvidarlo, así como el se olvidó de ti y de Sarada.

Era triste, hasta patética la forma en la que continuaba hundiéndome más en estos sentimientos con los que lo único que ganaba era perder los que se supone que serían los mejores años de mi vida. Esos años en los que Sarada crecería tan rápido que no podría devolver el tiempo ni mucho menos pararlo.

Yo estaba siendo egoísta, aferrándome a un amor imaginario que solo estaba en mi cabeza. Sarada merecía tener un padre. Alguien que estuviera ahí para ella, alguien que estuviera ahí para mí.

Tenía que ser fuerte, tenía que dejar ir aquel recuerdo que no hacía otra cosa que deprimirme y de paso deprimir a mi hija.

Los tres cenamos juntos. Nos veíamos como una familia de verdad. Me sentía tan a gusto que hasta daba miedo.
Estaba decidido: olvidaría.

Acosté a Sarada en su cama

-Mami, gracias- la miré extrañada 

-Gracias ¿porque cariño?- Ella apenas sonreía por el sueño que ya rondaba sus ojitos.

 -Porque al fin tengo un papá con el que puedo jugar!-Yo le sonreí y ella cayó dormida. Me daba gusto hacerla feliz.

Regresé a la sala y ahí estaba Kakashi-sensei parado esperándome.

-Tengo algo de miedo, miedo a que me hagas flotar por las nubes y luego me dejes caer-.
Kakashi-sensei me rodeó con sus musculosos brazos y me dio un tierno beso en la cabeza. 

-Sakura, ¿cómo puedes pensar eso, tu me conoces, siempre te he cuidado, o ¿no lo recuerdas?. En todas las misiones yo estuve ahi protegiéndote con mi vida. Entiendo que tengas miedo por lo que sufriste en el pasado con Sasuke, pero quiero que sepas que yo jamás te abandonaré, a menos que tu me pidas que me aleje de ti.

Mis lágrimas empezaron a correr por mis mejillas ¿era posible que esto en verdad esté pasando? ¡Kakashi-sensei está dispuesto a quedarse conmigo!. Soy una tonta, había tenido su amor siempre y no me di cuenta. 

-Gracias, oírte decir eso me da la fuerza para olvidar y abrir mi corazón.

Nos quedamos abrazados un momento hasta que me calmé y dejé de llorar. Me desahogue de todas las veces que me sentí sola, de todas las veces que Sarada con los ojos llorosos me preguntaba por su padre y yo no sabia que decir.

-Todo va a estar bien, te lo prometo- sus palabras me alentaban, lo apreté sin darme cuenta de mi fuerza. 

-Sa...ku...ra...chan...no...pue...do...respirar- Solté a Kakashi-sensei y me disculpe.

 -Lo siento, yo no medí mi fuerza- ambos reímos.

Había llegado la hora de dormir y aunque ya habíamos estado juntos anteriormente no dejaba de ponerme ansiosa. 
Los dos nos dirigimos a la habitación principal. Estaba luchando con los recuerdos de cuando me casé y nos mudamos a esta casa. Las noches que pasábamos juntos y las veces que peleábamos.

Sentí de pronto unas cálidas manos que empezaron a recorrer mi cuerpo, sacándome de mi ensimismamiento. 

-Relájate Sakura, déjame cuidar de ti- Suspiré, mi temperatura corporal estaba subiendo junto con la excitación.

La ropa empezó a cobrarnos, mientras me besaba me perdía a mi misma, a esa que seguía teniendo miedo. Al recorrer mi cuerpo con sus labios, esa parte de mi que tenía dudas se esfumó. Al hacerme gemir con sus caricias lo supe, supe que esta vez sí iba a ser feliz.

Un papá para Sarada [+18] (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora