Berserk (Guts) TERMINADA

i n t r o d u c c i ó n

¡Si eres sensible, te recomiendo que no lo leas, hay lenguaje ofensivo y violencia! (Si ves Berserk, sabrás lo que digo).

Oh, pobre Delthea, todos sentían lástima de la pobre vida de la joven; ella no decidió nacer así ni mucho menos con sus problemas de condición física.

Su madre fue violada y tuvo a su hija de forma indeseada; no quería que heredase su mismo color de pelo, rojo.

En esta época, decían que las mujeres pelirrojas eran tratadas como brujas, y su madre era así; fue tratada como mierda durante toda su vida solo por el color de pelo. Al tener ese bebé, la dejó en la puerta de una catedral, rezando para que la pudieran criar bien, ya que la pobre mujer no aguantaba más y se suicidó.

La iglesia la acogió, pero cuando creció y su pelo comenzó a crecer, dijeron que era el diablo y por eso su condición tan débil: "Un demonio entró en su cuerpo y debilitaba el alma", pero realmente ella tenía asma, y enseguida caía enferma por su sensibilidad. Cuando era invierno, le costaba mucho respirar y tenían que pagar muchas plantas medicinales para ella; sinceramente, era una niña muy cara.

Así que por órdenes la vendieron a un señor que vendía niños como esclavos; nadie la quería e incluso decían de llevarla a un circo.

Fue llevada a un circo. Como era tan débil, no podía ensayar con saltos o bailes; pasó a limpiar el lugar, pero desgraciadamente tenía mala alimentación y, contando también la condición física, no valía para nada. La lanzaron a la calle.

Delthea comenzó a incluso creer que era un demonio. ¿Tan mala era? Tenía tan mala suerte siempre... Cómo desearía poder respirar bien e ir con las otras niñas a jugar, pero nadie se le acercaba por su pelo.

Tuvo que hacerse ella misma una pequeña cabaña en el bosque para que nadie le molestase, y ella misma sobrevivió y, por experiencias, comenzó a saber qué plantas debía comer y cuáles no, cuándo cazar y cuándo, qué cebos debía utilizar para pescar y un sinfín de cosas sobre supervivencia.

La pequeña Delthea con 8 años ya había escrito la mitad de un libro sobre medicinas naturales y mágicas; sí, mágicas, había aprendido en su estancia sola incluso a aprender a eso.

Una vez una mujer paseaba por el bosque y se tropezó con una piedra torciéndose el tobillo; la pequeña pelirroja fue corriendo a ayudarla.

La mujer herida solo sabía decir que se alejará que era una bruja; claramente, que una niña aparezca en un bosque casi sin ropa porque vivía con la naturaleza y sola con ese color, la aterraba.

Delthea la sanó ignorando las palabras; la mujer adulta, que tendría unos 40 años, se sorprendió de que la curase con una hoja de laurel y miel.

Esto hizo que se le ocurriera una idea: ofreció a la niña un hogar en agradecimiento por haberla salvado. Delthea, como niña inocente que era, aceptó, pero solo fue una trampa.

La mujer llamada Sylvia le daba de comer, le mantenía higiénicamente, además de tener un techo donde descansar; a cambio utilizaba a la joven como una chica del tarot, vendía cosas medicinales y algunas cosas de cosmética natural, además de "mirar el futuro" con las cartas.

Ese negocio iba bien; todos creían que era una bruja, así que todo el mundo se lo creía. Los clientes habituales normalmente eran chicas que iban a comprar maquillaje o a ver qué bien iba a ir su vida amorosa.

Pero todo esto se terminó cuando en fechas de San Valentín a Sylvia se le ocurrió vender medicina de estómago como "pócima de amor". Claramente muchos clientes lo compraron, pero les hacía efectos horribles. Delthea se sentía culpable; ella no quería hacerlo, pero Sylvia solo pensaba en dinero.

Un hombre mayor se separó de su mujer, y él deseaba volver a estar con ella, así que compró esa tal "pócima de amor", pero solo hizo que su exmujer cogiera un catarro y se encontrara horrible.

El señor mayor llamado Iulius fue allí exigiendo que le devolvieran el dinero; la pobre Delthea, que tenía 12 años, no sabía qué decir.

Sylvia fue allí inmediatamente diciendo que no iban a devolverles nada, que si no hizo efecto es que no era correspondido. Esto a Iulius le hizo enfadar más; hubo una pelea en la tienda y se llevó a Delthea y la tuvo como su esclava. La maltrataba, le gustaba ver cómo sufría.

Una noche, la niña de 12 años quiso huir de esa pesadilla. Con todas sus heridas que escocían y ninguna tratada, no se podía curar porque la vigilaba y no tenía tampoco ningún material para hacerse sus medicinas.

Aunque le dolía, huyó lejos esa noche, sabiendo que si la encontraba, la mataría Iulius, pero esa noche su pueblo fue arrasado por unos mercenarios. Vinieron la guardia y soldados de su pueblo a defenderlo. Delthea tuvo que esconderse en un establo; temblaba de miedo porque era horrible ver cómo mataban a las personas.

La pelirroja se quedó embobada viendo a un joven soldado; tendría unos 16 años, cabello blanco, con una armadura que lo hacía resplandecer.

A la mañana siguiente los mercenarios se fueron luego de estar toda la noche saqueando y peleando, y Delthea los siguió; ese chico albino tenía algo que lo hacía seguir.

Uno de los soldados se dio cuenta.

Corkus: ¡Griffith nos sigue una enana! 

El albino se giró para ver a una niña de pelo rojizo temblando; a duras penas podía seguir de pie. Es más, era un milagro que se mantuviera después con las heridas que llevaba.

Griffith: —¿Estás bien? —Bajó de su caballo para agacharse y mirarla.

Esta negó.

Griffith: ¿Te lo hemos hecho nosotros?

Volvió a negar.

Griffith: ¿Quieres que te curamos?

Asintió con lágrimas.

Griffith: Si te salvamos, deberás curarnos. Sé quién eres, la mona de circo de Sylvia, ¿no es así?

Judeau: ¿Qué? ¿Ella es la que vendía esas supuestas pócimas? —se rió un poco—. Aquí, si trabajas, no necesitarás vender mentiras para tener dinero.

Pasaron los años, la joven Delthea tenía 15 años, era la médica de combate y arquera; Griffith compraba medicinas bastante potentes para que la pelirroja al menos tuviera fuerzas.

Ella era muy protegida por todo el grupo y era admirada por todos; con simples hojas hacía sanación rápida para todos. Gracias a ella, muchos de sus compañeros que estaban al borde de la muerte fueron sanados.

Corkus y los demás pensaban que Griffith y Delthea tenían algo; estaban muy unidos, aunque realmente Griffith no la quería perder porque pensaba que le podía ayudar siempre que quisiera para su beneficio, mejor dicho, su sueño.

Casca era como la hermana mayor de Delthea, pero tenía envidia de que siempre estuviera con Griffith.