-¿Harry?
Harry abrió los ojos de repente al escuchar su nombre, dándose cuenta que se había quedado dormido en la Sala Común, en el sillón frente al fuego. No era la primera vez que le sucedía, debía admitir, pero esta vez se sentía un poco extraño, como pesado pero a la vez muy ligero; si es que eso tenía algún sentido.
-Harry –volvieron a llamarlo, entonces al fin levantó la cabeza encontrándose de frente a una niña de segundo año que lo miraba de manera extraña –Madame Pomfrey te está buscando –agregó antes de que pudiera preguntarle qué estaba mal.
-Gracias –contestó, pero no se paró de inmediato del sillón. Aunque le intrigaba saber qué quería la enfermera con él, puesto que en los seis años que llevaba en Hogwarts nunca antes lo había mandado llamar, había algo que lo detenía donde estaba. Algo extraño.
“Tal vez sólo es por la manera en la que me están observando todos”, pensó mirando fijamente a una chica de último año que se sonrojó antes de apartar los ojos de él. “Sí, definitivamente debe ser por eso”, se dijo dispuesto a levantarse para salir de allí, hastiado de que últimamente todos lo observaran como si realmente creyeran que era El Elegido, como lo llamaba El Profeta.
Se levantó entonces del sillón, pero en eso se percató que llevaba algo entre los brazos sin darse cuenta, apretándolo protectoramente contra su cuerpo; bajando la vista vio que era el libro que había estado leyendo desde que volvió al castillo después de despedir a sus amigos en la estación del tren cuando se marcharon para las vacaciones de Navidad, así que lo dejó a un lado y salió de la Sala Común.
-¿Escuchaste lo que decía en sueños? ¿Quién será ese Gideon al que le decía “te amo”?
-No sabía que Harry era gay.
Harry volvió la cabeza al escuchar esos murmullos, pero el retrato de la Drama Gorda ya se había terminado de cerrar completamente, por lo que no alcanzó a oír nada más, aunque realmente no le importó. Todos tenían esa costumbre de hablar de él a sus espaldas, que ya prácticamente estaba acostumbrado. Dejaría que hablen, una historia más no hacía la diferencia en su vida.
“Pero si ellos supieran en verdad quién es Gideon, se sorprenderían”, sonrió… antes de caer en cuenta de lo que acababa de pensar, frenándose de repente a mitad de camino. “¿Quién demonios era Gideon?”. El quedarse dormido en medio de la Sala Común no había sido una muy buena idea, se dijo sacudiendo la cabeza para despejar la mente de toda aquella maraña de pensamientos mezclados, el lugar le hacía soñar cosas extrañas.
Reanudó su camino entonces, pero nuevamente su mente le empezó a jugar malos trucos, esto cuando se dio cuenta al escuchar la voz de Dumbledore permitiéndole la entrada a su despacho, cuando en realidad se suponía que debía haber estado dirigiéndose a la enfermería, y no estar en esa parte del castillo tan alejado del otro lugar, ni siquiera se percató cuándo se desvió de su dirección original.
-Realmente no sé qué hago aquí, señor –dijo sinceramente cuando entró, antes incluso de que el hombre le preguntara nada.
-Tal vez quieras decirme algo, pero al no animarte totalmente tu magia intenta darte el último empujón que necesitas –le respondió Dumbledore con una sonrisa… que a Harry, no sabía por qué, le resultó un tanto falsa pese a que se veía como siempre.
-Puede ser –dijo entonces no muy seguro, sentándose en la silla que le ofrecían. Se quedó un momento en silencio hasta que decidió volver a hablar –Tuve un sueño recién –empezó. Aun estaba un tanto inseguro y el sentimiento inexplicable de rechazo que sentía desde que vio a Dumbledore estaba siendo cada vez más fuerte, pero no tenía a nadie más con quien hablar para desahogarse, y necesitaba hacerlo. Pronto –No lo recuerdo, en realidad, pero me dejó algo confundido. Incluso se suponía que debía ir a la enfermería, pero no sé cómo llegué hasta aquí.
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FUTURO MANIPULADO
FanfictionHarry debe enlazarse para evitar que Voldemort pueda reclamarle como suyo... Y el único candidato para convertirse en su compañero de enlace, es nada menos que Severus Snape.