Después del descanso, hubo un par de actividades las cuales fueron sencillas gracias a que Dylan se dedicó a ayudarme y explicarme, pues eran cosas sobre la carrera que me hacían sentir desconcertada. Agradecía tenerlos a ellos dos apoyándome.
Volví a casa acompañada de los gemelos, el trayecto se sintió mucho más corto que ésta mañana y me reí mucho con los dos. Cuando entramos al apartamento, Pablo ya estaba ahí, con una caja de pizza.
—Hola, coman —nos dice como si nada.
—¿No hay nada más saludable? —pregunto y Pablo niega.
—Si no quieres, más para nosotros.
Bufé y me senté a comer con ellos. Comí tranquilamente, pensando en que debía volver al gimnasio o sino me engordaría por la manera tan poca saludable de comer de ellos. Comí dos pedazos mientras que ellos se devoraron el resto, por lo que fui la primera en levantarme de la mesa, arrastré mis pies hasta mi habitación y me dejé caer en la cama, son alrededor de las cuatro de la tarde y no quería moverme. Si pudiera, dormiría toda la tarde, pero debo madrugar para poder bañarme tranquilamente antes de que los gemelos me obligaran a compartir el baño con ellos. Así que me obligué a mantenerme despierta, tomé mi celular y empecé a mensajearme con mis amigos. Hablé con Ron de buscar un horario para ir al gimnasio juntos. La verdad es que no me gustaba ir sola al gym, ya que las señoras grandes solían hablarme, haciéndome sentir más vieja, por lo que con compañía no sólo me obligo a ir sino que tengo con quien entretenerme mientras se hacen los ejercicios.
Ron me mandó las fechas de las cuales podríamos ir sin problemas, por lo que los miércoles, viernes y sábados iríamos al gimnasio. Lo anoté en mi agenda, junto con pedirle a Pablo el dinero para la mensualidad.
—¡Eva, a cenar! —grita Dylan, haciéndome rayar sin querer mi agenda. Miré la hora en el reloj que colgaba en la pared, ¡¿en qué momento se pasaron las horas?!
—Voy —grité de vuelta. Cerré mi agenda y la dejé en mi escritorio junto con mi teléfono. Salí de mi habitación y caminé por el pequeño pasillo hasta la mesa, me alegré de ver una cena remotamente normal—. No puedo creer que hayan pedido un domicilio sano.
—Provecho —dice Dylan, revolviéndome el cabello y poniendo los vasos. Pablo empezó a contar algo sobre una chica, así que decidí oír de manera sutil, ya que mi amor por el chisme seguía intacto.
—Esta chica es muy tierna —dice Pablo a medio mordisco—, mientras íbamos por central park la tomé de la mano y se sonrojó, pero no sé, no habla mucho y eso me aburre, creo que le pediré una cita a Kiana, la rubia con grandes pechos... —dice, y casi me atraganto de la impresión—, ¿estás bien? toma agua, rápido —Pablo me sirve rápido y Cole me golpea la espalda—. ¿Ya estás bien? que alivio... ¡mastica bien, idiota!
—Lo siento —digo, dando otro sorbo—, ¿ustedes de verdad se fijan en eso? Pensé que sólo eran inseguridades mías.
—Eva —Pablo me mira serio—, ¿debo darte la charla?
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Contigo | Cole Sprouse
FanfictionParecía que mi vida se volvía un cliché cuando caí perdidamente enamorada de mi vecino; estaba jugando con mis hermanos cuando el camión de mudanza frenó en la antigua casa de Miss Roxanne. Recuerdo que miré a mi hermano mayor, curiosa, pero éste se...