Parecía que mi vida se volvía un cliché cuando caí perdidamente enamorada de mi vecino; estaba jugando con mis hermanos cuando el camión de mudanza frenó en la antigua casa de Miss Roxanne. Recuerdo que miré a mi hermano mayor, curiosa, pero éste se...
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¿Celoso?, parte 1.
Como el día de ayer, los tres me dejaron en la entrada y yo me quedé a saludar a mis amigos, le expliqué a Ron que la universidad tenía un gimnasio gratuito, y que hoy había quedado de ir con Cole, a lo que él aceptó venir con nosotros. Katrina me pidió que saliéramos el viernes a algún lugar, quizá a una cafetería y contarnos cosas de nuestros compañeros, a lo que acepté gustosa. Nos despedimos y me dediqué a buscar el salón de la primera materia. Me guiaron algunos muchachos, hasta que llegué. Escogí un lugar libre, no habían muchos estudiantes así que habían muchos puestos. Hasta que una chica bajita con una hermosa cabellera azul se sentó a mi lado.
—Hola, Sarah, ¿cómo amaneciste? —le pregunto, encantada de saber que tengo una conocida en el semestre.
—Bien, ahí. ¿Qué tal tú?
—Excelente —respondí, seguimos hablando un poco más hasta que el más odioso que había conocido llegó.
—¡Niña mimada! —me saluda, para sentarse a mi otro lado, volviendo a quedar en medio de Sarah y él.
—¿Puedes dejar eso ya? No soy una niña mimada —repliqué fastidiada.
—No, eres y serás una niña mimada, debes estar viviendo con tus papás en un hermoso y espacioso edificio en la gran manzana —dice, idealizando una vida que no es mía, por lo que solté la carcajada.
—No, para nada. Provengo de un pueblo y me quedo en un apartamento con mi hermano —le conté, saboreando su cara de sorpresa.
—Aun así... el apodo se queda —se encoge de hombros. Nuestra charla se ve interrumpida por una entrada sonora, un señor, de quien asumo es el maestro, se organiza en su mesa y empieza a escribir: "INTRODUCCIÓN A LA ANTROPOLOGÍA".
—Buenos días, universitarios... soy el maestro Jade Uke, como pueden ver, seré su maestro de introducción a la antropología, ¿alguien sabe que es la antropología?
Dos horas después, acabamos la clase y pasamos a la siguiente la cual duraría otras dos horas. Ni Ethan ni Sarah se despegaron de mi lado, así que por un lado se sentía bien y por el otro... sólo quería golpear a Ethan donde más le doliera, quizá sus huevas. No entendía por qué disfrutaba molestarme si yo no le había hecho nada, o eso creo yo, pero no importa cuanto le diga que no siga, más lo hace. Al terminar las dos clases de hoy, le escribo a Cole.
"—Hola, ya salí de clases, ¿y tú?"
Como no respondía, me senté en la cafetería y compré una bebida fría en compañía de Ron, quien también había acabado sus clases. Como había dicho Katrina una vez, Ron se había vuelto atractivo, y mucho. Era algo innegable. Y por mucho que Katrina y yo pudiéramos halagarlo, es nuestro mejor amigo, y por mi caso, lo veo solamente así, pues mi corazón pertenece únicamente a Cole. Habían ventajas de tener un mejor amigo sexy, y era que siempre, pero siempre, serías una de las primeras en recibir regalos para poder llegarle a él. Como una chica que acaba de darme un chocolate para que le diera la carta a Ron. ¡Sólo dos días y ya tenía una admiradora!
Mi celular vibró y vi que era un mensaje de Cole.
"—Lo siento por la demora, pero ya, estoy libre, voy por ti, ¿dónde estás?"
"—Cafetería."
Me comí un poco de la chocolatina mientras veía a Ron leer la carta y sonrojarse, al ser rubio, el color se resaltaba más, haciéndome reír.
—¿Qué te escribió? —pregunté, intrigada.
—Esa chica no tiene pudor —me cuenta, guardándola en su mochila—. Nunca te vuelvas una chica así, por favor.
—No lo sé, dicen que después de hacerlo, la personalidad cambia bastante —comento, encogiéndome de hombros—, aunque Katrina no cambió mucho, se volvió mucho más extrovertida.
—Sí, pero ella al menos tiene pudor, al parecer, aquí no. Oh, ahí viene Cole —dice y yo me volteo. Él me sonríe.
—Hola, chicos —saluda estando cerca—, ¿lista?
—Sí, vamos Ron.
Cole me mira sorprendido pero no dice nada, camino a su lado, y me dejo guiar por los pasillos hacia el gimnasio. No decía nada pero no era incomodo, de alguna manera estaba acostumbrada a esos silencios, como si fuera una parte de él la cual me encantaba. Cuando llegamos, me sorprendí, era gigante y moderna... simplemente hermosa.
—¿Ron, estás viendo lo que yo? —pregunté, sorprendida.
—Eso creo...
—¿Qué les asombra tanto? —pregunta Cole.
—Al que íbamos en el pueblo, no era tan hermoso como ésto —respondo.
—Ah.
Voy a los vestidores y me pongo mi licra y mi camisa junto con los tenis, guardo mi ropa anterior en mi maleta y la pongo en los casilleros. Salgo y veo que Cole me está esperando.
—¿Tienes una rutina o te ayudo a crear una? —me pregunta.
—Acepto tu ayuda, se me olvidó la anterior —respondo y me acerco, él pone su brazo en mis hombros y me lleva hacia las caminadoras.
—Empezamos con cardio, Eva. Vamos, veinticinco minutos —me dice y se sube a la que está a mi lado.
—¿Cuántos días a la semana vienes? —le pregunto.
—A veces dos aunque procuro tres veces, a menudo vengo con Dylan, pero él tiene su propio mundo, ya sabes —responde, él tenía más velocidad que yo pero no lucía abatido.
—Oh, yo iba casi todos los días con Ron, por eso ahora estoy más bonita —digo riéndome, porque lo sentía así y muchas veces, me dijeron que estaba más linda.
—También lo eras antes —me dice, y me ruborizo.
—No lo sé, pero mucha gente me ha dicho que me veo mejor ahora.
—No importa lo que la gente diga, Eva —me replica rápidamente—, si tú te siente linda, eres linda. Es así de sencillo.
—No lo sé...
—Si sirve de algo, siempre he creído que eres linda, desde pequeña —me comenta.
—Si me dices cosas así, me vas a enamorar —bromeo, sabiendo que ya estoy enamorada.
—Ya quisiera —se ríe.
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empezaré a hacer preguntas, la idea es que respondan, me gusta conocerlos.
¿qué edad tienen? yo tengo 17.
¿libro favorito? el mío es: te daría el sol de jandy nelson
