7. Primer beso

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Primer beso, parte 2.

A pesar de lo descabellado que me sonaba la idea de Dylan, estaba dispuesta a seguirla; de todas formas, ganaría algo a cambio de perder mi dignidad. El plan de Dylan consistía en que hiciera como si mis amigos me hubieran puesto un reto y convenciera a Cole de ayudarme a cumplirlo —que muy alejado de la realidad no estaba—, y así besarle. La verdad es que me sentía realmente absurda en el vestido rojo que me prestó Katrina, ya que no estaba para nada adaptado a mi vida y la parte del pecho era deprimente, además de que el maquillaje que tenía no me gustaba mucho, me sentía falsa, ¡esa no era yo! Pero una parte de mí se esperanzaba, ¡besaría a Cole! Cuando la fiesta empezó, mamá entendió que quería estar con los demás chicos en la fiesta y ella se encerró en su habitación. Era un poco tarde en la noche, mamá estaba de acuerdo con que sus hijos vivieran de forma controlada la verdadera vida adolescente. Así que cuando la casa se llenó de personas —de las cuales yo no reconocía como amigos de Pablo o John—, el ambiente mejoró un montón. Miré mal a Dylan antes de irme con Katrina al patio trasero donde nos sentamos cerca a la caseta de herramientas.

—Estás preciosa, pareces de quince —me alienta y yo hago un puchero.

—No me siento yo, K, en serio —resoplé—, es como si fingiera ser algo que no soy.

—Relajate, Eva, sólo es un besito —me dramatiza y yo rio, recobrando un poco de tranquilidad—. Hablo en serio, digo, yo ya di mi primer beso, no es la gran cosa, ¿sabes? Sólo que es como si un beso revelara muchas emociones.

—Que alentador —bufé. Con un suspiro me levanté, me limpié y me despedí de Katrina en busca de Cole.

No tenía ni la más remota idea de donde estaría él, o siquiera Dylan. La casa estaba mucho más llena de lo esperado y sabía que mamá no demoraría en bajar si siente que hay mucho bullicio, muchos me miraban confusos, quizá preguntándose que hacía una chica tan bajita en esta fiesta y la verdad es que llegados a este punto me sentía igual. Vi a Ron hablando cómodamente en mi sofá con una chica de la cual no tenía ni la más remota idea de quién era, pero ningún rastro de Cole. Hasta que vi en mi reloj la hora, ¡diez de la noche! Agotada me metí al baño y me miré al espejo decepcionada. Tomé un poco de papel higiénico y me limpié todo el maquillaje, cuando terminé, sonreí al reflejo, ¡esa sí soy yo!

Salí del baño y choqué con alguien que si no me hubiera atrapado me hubiera caído directamente al baño en mi trasero, mi corazón se aceleró al ver quien era.

—Así que por aquí estás —me murmuré y él frunció el ceño, con una sonrisa.

—¿Me buscabas? —me preguntó y asentí, con sonrojo en mis mejillas—, ¿en el baño?

—¡No! —respondí rápidamente, parándome sin su ayuda, él rio—. Antes, aunque ya no importa... —mi mente empezó a trabajar más rápido—, perdí el reto.

—¿Cuál reto? —pregunta, curioso y con una reacción mucho mejor a la esperada, disimulé mi sonrisa con una mueca triste.

—Katrina me retó a dar mi primer beso, y pensé que sería menos incomodo contigo —mentí fácilmente, ¡me sentía mucho más incomoda con él!

—Oh.

—Como dije, creo que ya perdí, supongo que me pasé de la hora acordada —seguí y dejé salir el aire, para darle suspenso al asunto.

—Mmm.

—Sí...

Él, aún haciendo el pensativo, me acerca a él, jalándome de la espalda, mi corazón empezó a latir rápidamente y empecé a hiperventilación, ¡mi primer beso! No paró hasta tenerme cerca, así que me miró a los ojos y bajó el rostro lentamente, casi como un martirio y colocó sus labios con los míos, cerré mis ojos, dejándome llevar de la sensación de felicidad y placer que recorría mi cuerpo. Sus labios parecían dulces, tan suaves y merecedores que me era difícil quitar el sabor de mi boca. Cuando abrí los ojos, él los tenía abiertos... y sentí que a través de eso me expresó tantas cosas que no pude entender. Cuando se separó, relamió sus labios, mientras yo seguía tratando de recobrar la compostura, ¡menos mal me quité el maquillaje o lo habría dejado lleno de labial!

—Ya cumpliste tu reto, Eva —me dice con una sonrisa coqueta—, si me disculpas, iré a despedirme de Pablo, estaba por irme.

—A-adiós, Cole —me despedí con el corazón en la mano, ¡Cole me besó! ¡Me besé con Cole! ¿Es real esto siquiera?

Lo vi alejarse, y yo me recosté contra la pared, aún sorprendida y con los nervios de punta, no me podía creer lo bien que se sintió besar a Cole, que parecía poco afectado por el beso que a mí casi me deja temblando. No podía negar que esto acaba de subir por los cielos mis ilusiones, me sentía tonta, más que tonta, ilusa. Quizá... es posible que Cole pudiera verme más que la hermana pequeña de sus amigos, más que su vecina pequeña y eso sería fantástico, no puedo parar de pensar en que me encantaría besar a diario a Cole Sprouse.

Katrina llega corriendo a mi lado y me mira preocupada.

—¿Estas bien? —me pregunta y yo volteo a verla con una sonrisa.

—¡Más que bien! Me besé con Cole, K... fue tocar el cielo, lo juro —suspiré con dramatismo, ella río.

—Claro que sí, estás enamorada —me dice riendo—; vamos por tu recompensa, esa falta de aire no es en vano.

Me dejé llevar por ella hacia Dylan, que al parecer no se fue con su hermano, y le conté que lo había hecho, éste me sonríe y me pasa un poco de dinero que al parecer ya había recibido. Cuando subí a mi habitación, acompañada de K, no podía dejar la sonrisa boba y la vergüenza de ver a Cole entre los pasillos de la escuela o cuando él volviera a la casa...

—Estas muy enamorada, Eva —suspira Katrina acostándose a mi lado.

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Hola, siento la demora, ¿les gustó?

Por favor compartan la historia, y si pueden pasarse por Deseo Profundo, lo agradecería un montón. ❤️

Contigo | Cole SprouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora