Contigo | Cole Sprouse

1. La mudanza.

La mudanza.

Estoy con mis hermanos jugando al balón en el patio delantero, la verdad yo era muy sonsa jugando pero era una de las pocas veces que podía jugar con ellos. John siempre está al teléfono o Pablo siempre está viendo televisión, ignorándome. Pero no podía juzgarlos del todo, al final yo tengo nueve años mientras que John tiene trece y Pablo tiene once; supongo que me ven como una bebé.

Pablo me hizo una seña y me pidió que tapara lo que denominamos como la portería, así que eso hice, corriendo. John me miró con una sonrisa socarrona, y alcanzó a golear antes de que pudiera evitarlo; Pablo me miró mal y yo hice un puchero.

—Tranquila, hermanita —John me sacudió el cabello—. Es imposible ganarme, ustedes son unos novatos.

—Apenas llevas dos meses entrenando, John —le recordó Pablo y yo miré sorprendida a mi hermano.

—Pero estoy aprendiendo mucho. El entrenador dice que si sigo así, en unos años estaré en las grandes ligas —él menea su cabeza con aires de superioridad, haciendo que yo frunza el ceño.

John no es tan alto pero sí más que yo, su cabello es negro como el de mamá y de ojos verdes como los de papá, Pablo era muy similar a John, quizá por lo que eran hombres, mientras que yo tenía el cabello castaño de papá y ojos cafés como los de mamá. Me quejaba constantemente porque mis hermanos parecían sacados de una revista y yo no.

Pablo esta por responderle a John, pero se detiene abruptamente por el sonido de una bocina de un camión de mudanza. Miré a John confusa y éste se encogió de hombros. Desde que se fue Roxane hace un par de años, nadie había vuelto a vivir ahí, pensé que nadie se mudaría ahí. No puedo quitar la vista del camión, así que cuando se bajó la familia que vivirá ahí, quedé realmente sorprendida; no por los adultos sino por sus hijos, unos gemelos rubios realmente guapos. Parecían de la edad de Pablo, así que miré a éste incitándolo a acercarse, yo me quedaría con John y esperaría a que me presentaran, pero no fue así. John corre hacia ellos y se presenta señalándonos, miro a Pablo preocupada y éste corre también para allá, así que quedo sola en el patio con el balón en las manos. Pablo se presenta y me señala, así que los gemelos me miran y no puedo evitar sonrojarme para luego salir corriendo para entrar a la casa.

Me daba realmente vergüenza, así que desde mi habitación, que daba con vista al frente de la casa de ellos, miré a mis hermanos dialogar con ellos de forma amena. Hago un puchero frustrada, no sé como me acercaría a ellos si no puedo hablarles siquiera. Una media hora después, mis hermanos vuelven a la casa como si nada y se sientan en el comedor. Bajo corriendo y me siento frente a ellos con una sonrisa gigante.

—Niños, la cena ya está —mamá aparece poniendo la comida en la mesa.

—Gracias, mamá —respondimos a coro.

—Entonces... —miro a mis hermanos con curiosidad—, ¿cómo se llaman los nuevos vecinos?

—Son...

—¿Hay nuevos vecinos? —pregunta mamá de nuevo, sentándose a mi lado.

—¡Sí! —responde Pablo— Ahora viven donde antes lo hacía Roxanne. Vienen desde Italia, son muy divertidos.

—Vea pues.

—¿Cómo se llaman? —hago un puchero y mamá se ríe, mientras nos pasa los cubiertos.

—Uno se llama Cole y el otro Dylan —responde John—, tienen la edad de Pablo y creo que irán a nuestro mismo instituto.

—¡Sí! —festejé y mis hermanos me miraron con una ceja alzada— ¿Qué?

—Ya no te acercarás a ellos —Pablo gruñe con un montón de comida en la boca.

—¿Qué te he dicho de hablar con la boca llena? —mamá lo mira severamente.

—Lo siento, mamá.

—Bueno, más tarde irán con un Pai que haré. Es nuestra forma de darle la bienvenida a los vecinos, mis niños.

—Vale —respondí.

Mamá comió calmadamente, pero noté las arrugas que se le hacían en los ojos. Parecía que había envejecido un poco más rápido después de la muerte de papá, que fue hace un año. Todos lo extrañábamos pero no imaginaba cuan difícil sería para mamá. Papá solía cuidarnos mucho, pasaba harto tiempo con nosotros y ahora mamá apenas y podía llegarle a la mitad de lo que papá pasaba con nosotros sin descuidar las tareas del hogar y su empleo. Mamá repartía el trabajo en casa con nosotros, aunque claro, a mí no me solía poner muchas cosas ya que era la más pequeña, pero procuraba ayudar mucho.

Al acabar, le dije a mi mamá que quería ayudarle a hacer el pai, ella accede, así que me empieza a dar ordenes, cosa que realizo. Una hora después el pai estaba hecho y olía delicioso, hasta me antojé. Mamá llama a mis hermanos y nos da la orden de ir a saludar a los vecinos. Camino al lado de Pablo, quien lleva el pai, estaba emocionada. Cuando llegamos, John toca el timbre y una señora realmente atractiva abre la puerta.

—Oh, hola, niños.

—Hola —respondimos a coro.

—Mi mamá le manda éste Pai como bienvenida, por favor disfrutelo —dice John y ella nos sonríe.

—Muy amables, en serio —agradece pero yo me fijé que atrás de ella, estaba uno de los gemelos, observándonos, cosa que me emocionó aún más.

—No hay de qué, señora...

—Sprouse. Señora Sprouse.

—No hay de qué, señora Sprouse. Que tenga buena noche —dice Pablo y ella vuelve a agradecer.

Mis hermanos hablan entre ellos sobre algo que no entiendo, pero mi cabeza sólo podía pensar: Yo también quiero que me llamen Señora Sprouse cuando sea grande y se la esposa de uno de los dos. Ahora la pregunta es... ¿quién sería mi futuro esposo?

—¿Eva?

—Tierra llamando a Eva.

—¿Qué pasó? —me volteo a ver a mis hermanos.

—Entra a casa, te quedaste como tonta en el patio —me dice Pablo y ruedo los ojos.

—Ya vaaaa.

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Bienvenidas al nuevo fanfic que les prometí.

No me falseen, así que las etiquetaré: @pendeja-123xd @-GirlxSprouse adoromileven_ @bugheadxriverdalee @Isaela_filisity @PaoxMoon @valemateos @__SunshineHolland @Ina_Vilae @zoeochoa234 @lrgrgo @ximena_o6 @Feresp_01

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LylaHernandezZ  espero que me lean también

LAS AMO A TODAS.