El amor es lo que importa |𝑇𝑒𝑚𝑝𝑜𝑟𝑎𝑑𝑎 𝟚| |ɴ° 5 ʏ ᴛᴜ|

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 5

Ambos se adentraron al lugar. Cinco vió una lámpara a lo que introdució su mano dentro de ella para poder encerderla, esta al encenderse en cuestión de segundos se apagó.

—Mierda. —dijo Cinco mirando la lámpara

—A papa no le importaba la decoración por lo que veo.

Cinco miró unos cojines que se encontraban a un lado de él. Tocó una de ellos y este expulsó polvo.

—Parece una fachada —se reincorporó

—¿Fachada de que? —preguntó Diego

—No lo sé. —Cinco miró al frente nuevamente

Ambos se encontraron con dos puertas.

—Yo iré a la izquierda, tu a la derecha. —Diego tomó la perilla de la puerta que se encontraba a la izquierda y la puerta se abrió —Grita si tienes problemas

Cinco sin más que decir, tomo la perilla de la puerta de la derecha, jaló de ella y la puerta se abrió. Luego se adentró al lugar

La puerta lo guió un largo pasillo, habían demasiadas puertas. Las luces se encontraban encendidas.
El comenzó a jalar las perillas de varias puertas para ver cuál se encontraba abierta. Finalmente llegó a una, la puerta estaba semi abierta a lo que el la empujó. La habitación estaba completamente a oscuras.

Cinco miró a su lado, se encontró con un interruptor e inmediatamente lo presionó. La habitación se iluminó.
Habían unos muñecos, era como la escenografía de una casa. Se trataba de una pequeña familia, los padres y una pequeña niña se encontraban sentándos en un sofá.
A Cinco le pareció un poco terrorífico lo que veía.

—¿Que estas tramando? —se preguntó Cinco mientras miraba los muñecos

La luz de la habitación se apagó. El nuevamente presionó el interruptor y la habitación al iluminarse nuevamente entró a la habitación.

Por parte de Diego, había encontrado una pequeña oficina. Todo estaba cubierto de polvo.
Vió unos documentos sobre el escritorio. El sopló sobre la carpeta y el polvo se exparsió.
El tomó la carpeta entre sus manos y la abrió.

Cuando estaba a punto de comenzar a leer unos pasos se escucharon. Diego de inmediato alzó su mirada y caminó fuera de la mini oficina.

Llegó nuevamente al pasillo por donde había entrado y al mirar hacia el fondo, la puerta había sido abierta y se cerró. Diego caminó rápidamente hacia la puerta que se encontraba al final. Al llegar la abrió y llegó hacia un estacionamiento.

Había humo en el lugar y la silueta de un hombre con sombrero se perdió entre ella, Diego sin más, decidido, fue a seguirlo.

Cinco revisaba unos papeles que había encontrado en la misma habitación encima de un escritorio. Comenzó a husmear entre ellas para ver si encontraba algo. Entre eso, encontró un sobre.

Sin pensarlo dos veces la abrió y sacó el papel que había dentro.

Era una invitación para una gala que habría en el consulado de México en 2 días. El sin más, la guardó en su bolsillo. Luego, se escuchó un ruido en la habitación a lo que Cinco se giró de inmediato

Diego, seguía al hombre.

Cinco se giró y lentamente comenzó a caminar hacia un lugar un poco oscuro de la habitación. Parecían golpes lo que retumbaba en la habitación