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Capítulo 10: Baile.
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Había un hombre de edad media que vestía de traje elegante con picos cayendo cuesta abajo de su saco; se encontraba levantando sus manos al compás rítmico de la orquesta, utilizando la batuta para guiar la sinfonía que los instrumentos tenían que llevar.

Las personas bailaban alrededor de la pista, cada una con su respectiva pareja al lado; tomados de la mano de su compañía, bailaban al toque de la música clásica que resonaba acorde al ambiente. 

El lugar era amplio y extenso, paredes entalladas en tapices de color crema, cortinas hechas a base de hilos dorados que decaían en bordados florales. Candelabros y lamparas de araña fundidas en cristales, que daban la iluminación a las mesas redondas junto con sus sillas ubicadas en secciones perfectas. Había una variedad de invitados, puesto a que era la celebración de un año de vida más para el señor Chung-ho; uno de los narcotraficantes en las zonas del este de Asia, aunque cabe decir que dicho sujeto también pertenece a la familia Park, era hermano mayor del difunto padre de Chanyeol.

Un hombre cuya herencia se le repartió en mitad para poder gobernar su lado en paz, mientras su hermano atendía el otro extremo de Asia en ese entonces. Un lazo familiar que conectaba la cadena de mafia.

—¿Por qué debemos usar un antifaz?—preguntó Baekhyun, lanzandole a la vez una pequeña mirada lasciva al hombre a su lado, quien tranquilo con su aura masculina caminaba junto a él para mezclarse entre las personas de su misma clase social.

—Es por seguridad.—la respuesta del mayor flotó con calma en el ambiente, y se quedó allí durante un tiempo, puesto a que uno de los meseros se acercó hasta donde ellos con una bandeja de metal brillante que sostenía cinco copas flauta con vino. Ambos tomaron una de ellas, y la conversación anterior volvió a surgir. 

—¿Seguridad? Define eso.—mencionó de nuevo un tanto curioso. Porque era verdad que desconocía ese tipo de ambiente tan clásico y elegante. 

El pianista en una esquina del gran salón, tocaba tranquilamente su balada melodiosa. Sus dedos bajaban hasta las teclas de color blanco, apuntando tres con las yemas de estos por lo que Baekhyun lograba apreciar desde el sitio, para acabar regresando en un camino directo a las teclas negras que bajaban los tonos.

El piano resonaba acústicamente entre la madera de su origen y las paredes exteriores del salón. Los residentes admiraban en silencio con sus expresiones las habilidades del desconocido para tocar aquella melodía; era maravilloso apreciar el ruido drástico de las teclas sonando juntas al compás de los violinistas que se habían ofrecido a rectificar la sinfonía de su balada mágica.

La extensión del perímetro iluminada por luces tenues, haciendo destellar en reflejos los diamantes de las ropas en cada persona, desde los encajes más pequeños, hasta las joyas portadas en distintas partes del cuerpo. Todo en sí era precioso y elegante, como una fiesta de la realeza superior. Algo que lo mantenía aún sorprendido.

—Baek, todas las personas que observas aquí pertenecen a una organización.—se detuvo, permitiéndose enredar sus falanges alrededor del pie de la copa cristalina. El borde de la copa fue inclinado hacia el arrecife de sus labios, dando un sorbo de la exquisita bebida cultivada en los viñedos más caros de Rusia, aquella cuyo origen simbolizaba el eterno honor de un ruso a su pais. En su paladar pudo saborear la explosión del licor suave y fuerte a la vez, llegando a teñirle la lengua de un rosa similar a las frambuesas con tan solo un trago.—Vaya, vino de Shipwrecked mil novecientos siete, Heidsieck.—añadió para retomar la conversación.

Dangerous Promise ◌ ChanBaek ♞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora