Siempre tú | Diego Hargreeves

Su nombre, mi identidad.

- ¡Vamos Doc! Sin miedo, que le duela a este capullo.

- ¡Lila! Soy psicóloga yo, yo...

Allí estaba delante de Diego totalmente desnudo  a punto de desangrarse por una herida intentando curarle con unas pinzas que tenía por ahí el loco de Elliot quien, prestó su apartamento a los hermanos Hargreeves, más bien Lila lo ató obligando lo a ello.

- ¡AAaaah! ¡Lana!- se retuerce cada vez que intento extraer su apuñalada, finalmente me armo de valor.

- Un poco de gratitud, chico apuñalado yo te traje hasta aquí, te salve la vida, bueno y la Sra Hargreeves.- Lila me ayuda a terminar, Diego tiene su mirada fija en mi, me pone tensa.

- ¿ Qué ropa te traigo?- le pregunto haciéndole notar su desnudez, se ruboriza.

- ¡¿Qué hago desnudo?!- se tapa con una sabana deprisa.- ¡Y Tú!- mira a la del flequillo.- ¿Me has seguido?

- Como te digo te he salvado la vida y ya van dos veces.- Lila me pide que me aparte, en sus manos lleva un objeto que desprende calor, pretende sellar la herida con eso.

- ¡¿Dónde está mi...?! ¡AAAh!- no le deja terminar posando el objeto para cerrar la herida con calor.

- Vaya pero si está vivo.

Aparece Cinco, teletransportado, entonces pasa algo extraño en mi cabeza cuando al girarla mis ojos se posan en el tatuaje de Diego, un paraguas, el mismo que recuerdo ver en los brazos de Luther ¿Qué familia lleva el mismo tatuaje en plan secta?

Llego a casa para agarrar ropa limpia tanto para el bebe como para mí, estaba casí amaneciendo, entro despacio temiendo que Luther hubiese llegado a alguna hora de la noche y me regañase por no avisarle de nuestro paradero. Pero allí estaba en chándal a punto de empezar su día de deporte antes de una pelea, tranquilamente me ve aparecer y me ofrece una taza de café, estaba harta ¿Es qué ni siquiera me va a preguntar?

- ¡Luther! ¡ Llevo toda la noche fuera!- el asiente, tomando un sorbo.- me acerco para tenerlo cara a cara.- Con nuestro hijo.

- Cinco habló conmigo, intuí que te metió en alguno de sus líos.- bebe otro sorbo.- Además lo hemos hablado, nuestra relación...

- Solo es cordial por el bebe.- intento exhalar e inhalar para no perder los nervios.- Tu fuiste el primero en rechazarme ¿Sabes algo de esa tal Allison?

- Porque se que te esfuerzas en amarme sin éxito ¿Crees que soy idiota?- lleva su taza ya vacía al fregadero.

- Lo suficiente como para llevar dos años buscando una mujer, en lugar de disfrutar, aunque no me quieras, del bebe.- me cruzo de brazos dispuesta a seguir la conversación.

Pero él mira el reloj y comienza a soltarme excusas y darme largas para no perder ni un minuto de entreno, sale por la puerta veloz, una vez más sin haber siquiera mirado al bebe desde que llegamos. Cabreada vuelvo al apartamento de Elliot, veo a Lila y Diego muy juntos, lo suficiente como para que algo me hirviera la piel. Es como si ya no pudiera estar cómoda en ningún sitio, quiero encontrar esa pieza del puzzle, la del flequillo se va feliz a continuar barriendo dejándome a solas con él herido.

- Me fui en busca de mi padre y acabo apuñalado por él ¿no es gracioso?- se queja de dolor.- Soy una vergüenza.- me siento a su lado agarrando a Leo, enseguida me sostiene el bebe por mi.- Tengo que ir...

- Deberías tomarte hoy el día con calma.- no le dejo terminar la frase.- Ni que el mundo acabase mañana, podemos posponer lo de Kennedy.

- Siempre intentando que no me haga daño.- suspira.- Como te añoraba.- mi corazón comienza a repiquetear.

- ¿Dónde me fui? ¿Diego?- pregunto totalmente confundida.- Realmente estoy perdida, y lo único que se es que estoy en un matrimonio sin amor, con un padre luchador de boxeo que cualquier día se mata, un niño el cual saco adelante gracias a que los días que trabajaba la vecina me lo cuidaba ¿Y mis padres? Mis fotos de infancia, mis títulos y diplomas ¿Qué soy?

- Eres Lana.- me dice totalmente serio mientras suelta a Leo al otro lado de la cama, noto que pierdo el control de mi corazón.- La mejor persona del mundo.- se acerca y coloca un tímido beso en mis labios, me separo deprisa.

- Creí que tu y Lila...- sonríe e intenta besarme de nuevo pero le paro.- No pero está mal, eres el tío de mi hijo yo...

Sin embargo no puedo contenerme cuando vuelve a besarme esta vez mordiendo mi labio inferior, me coloco encima de esos brazos, tan familiares, no intento nada sensual, solo quería estudiar con mi mano porque era Diego tan familiar, su olor... cierro los ojos disfrutando de cada segundo, paso mi mano por su mejilla estudiando cada rasgo de él, perfecto.

Cinco vuelve a las horas informando que estuvo con otra de las hermanas Hargreeves, que fueron a la pelea de Luther el cual fue derrotado, en el fondo me sentía culpable  de eso. Pero también comienza a contar como unos sicarios suecos intentaron ir a por ella,  pero consiguieron huir.

- Es de locos y tu hermana... ¿Está bien?- pregunto intentando asimilar.

- Vanya, claro.

Al escuchar su nombre desconecto, estoy como con una chica sentada en su apartamento, parece que hablamos de algo serio, estoy agarrando su mano para consolarla ¿Ella es vanya? Se levanta y agarra su violín para tocarlo.

Repentinamente estoy como en un teatro, la dulce mirada de la chica ahora es mucho más fría, sin control. Estoy gritando su nombre "¡Vanya!" ¿Por qué ahora parece una pesadilla? 

Como si el mundo se me fuese a  caer en ese instante.

- Pero ahora.- me despierto por la voz de Cinco.- La prioridad es encontrar a papa y con él respuestas.

- Yo ya le encontré.- dice Diego molesto.

- Y lo  dejaste escapar.- replica el pequeño.

- Me apuñalo.- protesta.

- Es sorprendente lo mucho que ha tardado, todos hubiéramos deseado el mismo resultado.- el humor de Cinco es completamente ácido.

- ¡Muy buena!- se ríe Lila.

Entiendo que mis recuerdos estén ligados a los Hargreeves y por eso acceda a quedarme para averiguarles, pero ¿ella? ¿Por qué si escapo no se va? ¿De verdad todo lo hace por Diego? ¿Y por que me duele tanto?

- Hillenkoetter y el consulado de Mexico en Dallas...- vuelvo de nuevo a la tierra, Diego lee un papel que le proporciona Cinco.- ... Le invitan a una gala.

- Tenemos que ir, habrá marisco.- incluse Lila.

- Hillenkoetter ¿Hoyt? ¿bromeas?- se sobresalta Elliot.- Es uno de los Doce Majestuosos.

- ¿Los conoces?- pregunta el adolescentes, incluso yo oí por la prensa sobre ellos.

- Son un comité secreto, militares, políticos...- comento yo.- Nadie saben lo que hacen.

- ¿Son del Gobierno?- intenta levantarse el mal herido Diego.

- Kennedy intentó sacarlos a la luz, pero con ellos no se juega.- Elliot registra en busca de algo, nos da una foto, enseguida apunto al hombre.

- Ese es Hoyt.

- Solo son 11.- comenta Lila.

- Identificados.- Elliot parece conseguir aclarar las dudas de los hermanos Hargreeves, ambos se miran.

- El doce es...- Diego no termina la oración cuando Cinco termina por afirmarle.