POV Ekaterina.🌺
Al llegar al castillo Muerte me llevó a mi habitación mientras Gabriel aún me sostenía y lo veíamos preparar la tina de baño hecha de piedra negra. Una vez que colocó la última gota de esencia de jasmines me tomó en brazos y me ayudó a sentarme en el borde, con un gesto le pidió a Gabriel que saliera del baño y una vez que cerró la puerta de caoba comenzó por ayudarme a quitar la ropa de mi parte inferior. Había perdido los zapatos en algún momento, por lo que mis calcetas estaban sucias y con restos de aquel lugar blanco, metí con suavidad las piernas a la tina y poco a poco fuí metiéndome más, traté de quitarme la camisa y protecciones pero mis dedos torpes no lo lograron.
- Deja lo hago yo, querida-
Fué lo único que me dijo, me quedé con la camiseta rasgada y mis bragas blancas, después Muerte salió y desde afuera me dijo que podía tomarme mi tiempo.
Tiempo...
Cerré los ojos y me dejé acariciar por las gotas de agua, las heridas me dolían en cierta manera y eso significaba que Muerte también lo sentía, sólo que peor.
Si me movía en lo más mínimo podía sentir las punzadas de dolor en cada herida, pero recordar cómo me habían derrotado esos demonios me hacia sonreír, podría decirse que de no estar tan lastimada me hubiese reído muchísimo. El frío comenzó a invadir la habitación, sabía que solo era yo, pero aún así sentía frío en las partes donde el agua no me cubría. Me metí por completo y desde el interior de la tinta abrí los ojos, todo se veía rojo o negro y podía ver aún los hilillos de sangre provenientes de mi cuerpo; con el agua caliente el frío cesó y entré en un estado de letargo tan profundo que pronto ni siquiera me preocupé de respirar.
Todo era calma y calidez.
Muerte entró y metió una de sus manos a la tina para acariciar mi mejilla, su tacto frío y sedoso me hizo abrir los ojos para verle sonreírme. Me ayudó a enjabonar mi cabello y enjuagar, yo solo permanecía sentada al borde a la espera de algo que me hiciera hablar o algo que me pusiera en alerta pero no pasó.
- Voy por tu ropa- dijo antes de salir y dejarme tallandome el cuerpo.
Retiré la camiseta hecha jirones y traté de tallar mi espalda, seguí con mis piernas y dejé que el agua quitase cada rastro de espuma y jabón.
- ¿Te duele algo?- negué- Levántate, vamos a secarte-
Aún de espaldas a él me levanté y me envolvió con una toalla bastante grande, me cargó como a una princesa y me sentó en un pequeño "sillón" colocado al lado de la puerta. Me ayudó a ponerme ropa interior y me quitó la toalla, en mis piernas y brazos había cicatrices que Muerte empezó a secar con sumo cuidado para después untar una crema blanca, algunas heridas las vendaba y les colocaba gasas, me puso una camiseta negra y un short negro, de igual manera en mis pies puso unas pantunflas suaves y esponjosas blancas con un dibujo de alas.
- Vamos a llevarte a la cama- me tendió la mano- ¿Lista para caminar?- asentí.
Mis pasos eran torpes y apenas y podía mantenerme en pié, el cabello me llegaba a la cadera y me entorpecía el poder sujetarme de cualquier lado. La vista se me nublaba y todo me daba vueltas.
- Debes dormir un poco- me recosté en la cama de forma que mi postura estuviera semi sentada- cuando despiertes estaré aquí- acarició mi mejilla nuevamente- no dejes de sonreír, mi pequeña niña-
Tomó un mechón de mi cabello y me empezó a cantar, no le escuchaba bien pero me gustaba verlo poner un listón azul en el mechón. Gabriel estaba en el humbral de la puerta y también me sonreía, levantó un pulgar y me dijo "buen trabajo". Después nuevamente me dormí.
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Señorita M.
Paranormal-¿Por qué M? ¿Que significa?- quité las lentillas de mis ojos y le mostré el humo azul nadando en mis pupilas blancas. -Porque es "M", de MUERTE. Se quedó atónito, el color abandonó su piel y solo pude limitarme a estirar mi mano frente él, atraer e...