XII "Fuego contra fuego III"💀/🌺

2 0 0
                                    

POV Muerte 💀

Ninguno de los tres teníamos idea de lo que ocurrió, Gabriel trataba de hablar pero no podía, Ekaterina seguía dándonos la espalda y sólo se miraba las manos o el suelo y yo aún tenía un par de ramas en los brazos. Ninguno sabía que ocurrió, ¿Cómo era posible domar a las sombras? Ni yo mismo lo pude hacer...¿Entonces por qué Ekaterina sí?

– ¿Papá...– su voz estaba distante– tú también las viste...– en su voz se podía escuchar el eco de otras, el eco de las sombras– verdad?– solté las ramas y caminé despacio para abrazarla, estaba comenzando a temblar.

– Tranquila, cariño–

– ¿Viste esas cadenas...verdad, papá?–

– Sí, cariño...– en realidad no, pero eso se lo diría después– vamos a casa–

Gabriel se sentó en el sillón más cercano, Ekaterina otra vez tenía que cambiarse y yo estaba tratando de razonar qué había pasado.

– No creo que pueda controlar sus talentos...– Gabriel seguía en shock.

– Ni yo mismo pude controlar a las sombras... Gabriel...tengo que decirlo: temo por Ekaterina– caminaba de un lado a otro de la habitación de ella, no podía permitirme dejarla sola, no ahora.

– No eres el único, Muerte– se levantó de su asiento y se asomó por la ventana– No creo poder enseñarle a controlar algo que no conozco, no puedo hacer algo que no sé sin arriesgarla...– me detuve y enseguida ambos nos vimos tratando de hacer un plan– necesitamos ayuda, Muerte...ayuda de algún demonio... Tal vez ellos sepan ayudarla, hasta entonces...yo solo puedo mostrarle lo que sé–

Asentí, ¿Pero qué demonio nos ayudaría con Ekaterina? Belfegor no estaba, los demás príncipes tampoco, y Él no nos ayudaría.

Ekaterina salió del baño vestida con un overol hasta las rodillas, calcetas blancas y tenis, una blusa negra bajo el overol y el cabello suelto. Las heridas en sus brazos ya no estaban, sus piernas tampoco tenían marca alguna.

–No quiero dormir– asentí.

– Ekaterina...temo que...–

– No lo sé– cortó a media frase a Gabriel y desvío la mirada al suelo– no sé que hice, no sé que pasó, no sé que está pasando– hizo puños sus manos y sus uñas comenzaron a crecer hasta formar pequeñas garras– necesito pensar, necesito estar tranquila–

– No, tranquila... Es que nosotros tampoco sabemos que sucedió– Gabriel le tomó de un hombro y ella lo dejó– Creemos que es mejor buscar a alguien que te ayude con eso, las sombras son entes sin dueño y que jamás habían o han sido "domadas"–

–Lo sé... sólo... quiero que me dejen– levantó la cabeza y sus ojos blancos dejaron ver las lágrimas acumuladas, el humo azul nadaba en sus pupilas– Comprendo que no soy como los demonios, tampoco soy como tú, Gabriel...pero tampoco soy como papá–

Tanto Gabriel como Ekaterina se fueron al salón de entrenamiento;escuchaba como las paredes del castillo crujían y algunas almas gritaban, tendría que buscar a cualquier otro demonio para ayudar a  Ekaterina pero no sabía a cuál.

¿Un príncipe?

¿Un demonio híbrido?

¿Un ángel?

Señorita M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora