POV Narradora.
Estaba obscuro, tal vez sería más tétrico si no hubiese tanto alboroto y luces parpadeantes, varias pisadas moviéndose de un lado a otro y el ruido de disparos por todos lados.
–¡Y una puta mierda, corre Sebastian!– la chica frente a él apuntaba a varios lados y disparaba casi al momento de mover el arma–¡Pedazo de idiota¡ ¡Corre!–
–¡No puedo dejarte aquí sola!– cargó su arma nuevamente y apuntó al lado contrario a dónde disparaba la chica– ¡Tienes que salvarte tú!–
Las láminas de metal y los disparos por todo el lugar hacían que el ambiente se volviera infierno, personas caían muertas y otras se arrastraban, unas peleaban contra otras y otras tantas disparaban a la distancia.
–¡Sabes que no me va a pasar nada!– la chica de pronto se quedó sin balas, sacó otro cargador de su chaqueta y lo colocó al tiempo que sacaba el vacío de la pistola– ¡Eres el único en el que confío, no puedo permitir que algo le pase a Dimitri! ¡No permitas que lleguen dónde él!
Una explosión los hizo caer, enseguida otra horda de atacantes salió de entre el polvo; la chica se levantó y jaló del antebrazo a Sebastian, lo llevó hasta uno de los túneles metálicos y lo empujó para que él corriera. Al llegar a un cruce, ella le dió un mapa, una linterna y su arma junto con un par de cargadores extra.
– Dimitri es mi única familia, es todo lo que tengo en vida y en muerte, si lo llegan a tocar... Mataré a todos hasta llegar al culpable. Tu trabajo era protegerme, te libero de eso y te doy mi protección– una luz blanca emanaba de la mano izquierda de la chica– yo, Ekaterina Muerte, te acojo bajo mi protección y cuidado a cambio de tu lealtad y protección a Dimitri Poliakov– colocó su mano en el corazón de Sebastian y él empezó a retorcerse y gritar para después caer al suelo.
Una vez que pudo ponerse a gatas, miró hacia arriba buscando los ojos de Ekaterina.
– Le ofrezco mi alma y mi protección a usted, princesa... Protegeré a su padre y estaré bajo su único mando, Señorita Muerte–
Ambos se abrazaron en el suelo y ella vió partir en trote a Sebastian, tomó el otro cruce y de entre las sombras tomó una espada y un arco para después ir de regreso al lugar de la batalla.
–Para los pecadores no habrá perdón ni resurrección–
Sus ojos hicieron que las lentillas se prendieran en llamas y se viera el blanco de sus pupilas, el humo rojo apareció dentro de ellas y después... Después ya no era humana.
POV Muerte.
Escuchaba los gritos y estruendos provenientes del otro extremo del castillo, quedaba claro que Ekaterina le estaba dando pelea a Belfegor y que ninguno de los dos se daria por vencido.
Fuí al bosque que rodeaba el castillo y ahí me encontré con Gabriel.
–Debes tener más cuidado con los demonios que se acerquen a tu hija–
– Lo sé, pero también se que sola cuido de más no podré prepararla para lo que viene–
– Si tú hija va a destrozarnos es mejor que entrene sola, no podemos arriesgarnos a que algo le pase en este estado de debilidad, siendo una niña los demonios podrían hacerse con ella rápidamente y si la matan ahora... Todo lo que sacrificaste no habrá valido la pena–
–Moriré pronto, tengo que prepararla para todo de lo que no podré protegerla siendo un humano–
–Aun no creo que el señor Muerte vaya a morir, suena a una ironía poco creíble–
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Señorita M.
Paranormal-¿Por qué M? ¿Que significa?- quité las lentillas de mis ojos y le mostré el humo azul nadando en mis pupilas blancas. -Porque es "M", de MUERTE. Se quedó atónito, el color abandonó su piel y solo pude limitarme a estirar mi mano frente él, atraer e...