𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟖

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ᴀʟɢᴏ ᴀ ᴄᴀᴍʙɪᴏ

-Atenea- Se escuchó al otro lado de la línea.

-¿David?

-Necesito hablar contigo.-Dijo serio.

-No tengo nada de que hablar contigo-constesté cortante y estaba a punto de colgar.

-Espera, es sobre negocios, tu y yo ganaremos.

-Habla- le ordené.

-Yo tendré más socios, más empresas, más poder y tú tendrás dinero para hacer lo que quieras.- sonó seguro.

-No no quiero meterme en...

-Millones son lo que te correspondería- Respondió como si se tratara de poco para él.

Voltié a ver a mi amiga que estaba destrozada con la noticia y sin trabajo.

-Bien, hablemos, ahora mismo te veo en el mismo lugar donde me dejaste ¿a qué hora sales de trabajar?-Le pregunté.

-Atenea soy el jefe, puedo salir a la hora que quiera.

-Entonces te veo ahora mismo.-Le colgué.

-Ey, deja de llorar todo va a estar bien-le dije a Fátima.

-Atenea perdóname he sido una mala amiga, igual y nos corrieron por qué siempre meto hombres al apartamento.-Lloró peor.

-Tendremos un lugar para que metas las personas que quieras, tranquila.-le dí un beso en la frente y me fuí.

Esperé a David en el parque sentada y no llegaba, hasta que apareció.

-Te tardaste demasiado, bien hablemos.-lo miré a los ojos.

-Esta bien, Vámonos.-me dijo extendiendo la mano para que me levantará del asiento del parque.

-¿A dónde vamos?-A mi departamento.

-Para que iremos a tu departamento si está tu familia- Dije obvia.

-En mi casa está la familia, en mí departamento sólo estoy yo.

-ah, entiendo.-nos dirigimos al auto.

Llegamos al lugar, era grandísimo, los cristales daban vista a toda la ciudad, su edificio era como de 30 pisos y el departamento estaba en uno de los de hasta arriba, la sala, el color de las cosas, la textura, todo era súper caro.

-Bien, mira, preparé esto toda la noche.-Se sentó e indicó que me sentara para darme unos papeles.

-¿Es un contrato?-lo miré raro.

-Exacto.

-¿Casarnos?-me quedé en shock.

-Sabes lo que quiero, cometí el error de presentarte así con mi padre, tengo que arreglarlo.

-¿Y está es tu opción?-Dije impresionada.

-Sí, debes firmar que no dirás nada o básicamente estarás muerta y desaparecida del mundo.-Dijo tranquilo.

-¿Debo dejar mi trabajo?- pregunté sería.

-Por mi reputación.-me miró fijo.

-¿Tambien dice que debo hacer lo que me digas?- alcé una ceja.

-Yo sé los motivos y consecuencias que tiene esto de los negocios, así que sí, esa es mi regla.- recargó sus codos en la mesa.

-Bien te diré mis reglas- rompí la hoja donde él había puesto parte mía.-quiero 40% de tu sueldo, quiero ser independiente y por último, no dejaré mi trabajo hasta que haya una sortija en mi dedo, mientras tanto estoy soltera.- lo miré fijo y parece que eso le desagradó un poco.

-Esta bien- me tendió la pluma -La tomé y firmé.

Nos quedamos tranquilos por un gran tiempo mirando el contrato, cada quien pensó en la tontería más grande de su vida que estaba cometiendo al hacer esto.

-Bien, debo volver con mi amiga, nos quedamos sin departamento así que no la dejaré sola en la calle.-Dije levantándome de mi asiento.

-¿Te puedo ayudar en algo?-Tambien se levantó.

-Sí, necesito un camión de mudanzas, te mando los detalles alrato cuando tenga a dónde ir.

-Atenea, si buscas un apartamento solo pídelo.

-Necesito uno- pase mis manos sobre mi cabello a modo de frustración.

-Bien, ¿puedes esperar unas horas?- hizo una llamada.

Al siguiente día mi amiga y yo ya estábamos en un departamento, era muy hermoso, ideal para nosotras, lo único malo era que estaba a 5 minutos del de David.

-¿Atenea que hiciste?- preguntó mi amiga sorprendida.

-la tontería más grande de mi vida- bufé.-Pero no tendremos que volver a pagar la renta.

-Es genial-Me abrazó y yo a ella.

°°°

Llegó el viernes y tenía que ir a trabajar, mi pie estaba ya mejor, debía cuidarlo pero podía hacer las cosas.

Gregory me estaba esperando.

-Atenea, arrazaste la última vez, éste es tu talento.-sonrió.

-Gracias Gregory, iré a cambiarme- ahora mi disfraz era rojo, bikini rojo, brasier rojo sin tirantes pero con hilos que se ataban a mi abdomen con un moñito, medias de encaje a la altura de los muslos, tacones rojos y una diadema de diabla.

-Sí que te fue bien - dijo Maite, con la que mejor me llevaba del club.

-Gracias.- sonreí y esperaba a salir a bailar.

***David Lascuráin***

Terminé temprano mi trabajo un Viernes y mi amigo entró a mi oficina.

-Que bien, ya a descansar hee- dijo emocionado.

-Jajaja bueno, yo aún tengo que enviar unos archivos.- le respondí.

-Pero no son para hoy, ¿arréglaste lo de Atenea?-preguntó.

-Sí, aceptó con condiciones.- miré a otro lado.

-Bueno, al menos no te rechazó, si lo hacía tu padre te mataba, cuídala bien al menos hasta que se casen.- se rió.

-Estoy tan idiota por hacer algo así.- seguí mirando la ventana.

-Bien, mira, vamos por unas chicas a un antro y nos relajamos con ellas- subió las cejas picaron.- o ya sé, vamos a ver a Atenea.-Le pegué en el hombro.

Llegamos al Club nocturno spec&al, sabía que Atenea estaría ahí.

Subí a los cuartos de arriba en dónde estaban mis amigos de la universidad por desgracia también Tamara estaba ahí.

-Hola- sonrió acercándose a mí, como siempre tan ardiente esa rubia.

-¿Cómo va la recuperación?-Tocó mi brazo.

-Mejor, Gracias - choqué la copa con ella.

-Con ustedes ¡ATENEA BERNAL!- cuando Gregory dijo eso Tamara me besó descontroladamente, la tomé de la cintura y seguí el beso.

Mi mejor amigo se me quedó viendo confundido.

DIFERENTES ( TODO ES NEGOCIO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora