Capítulo 8: La Última Misión de Silk.

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Todos quedaron intrigados por la revelación tan repentina de la profesora Argreth.

     —¿Leanne? —pregunto la profesora Francis confundida—. ¿Pero de qué estás hablando, Argreth? ¿Te sientes bien?

     —¡Ella fue la que me atacó! —respondió Argreth, quien tenía un terrible dolor de cabeza—. ¡Ahhh, duele!

     —Debes descansar, Argreth.

     —Por favor, ¡tienen que creerme, no estoy delirando!

     —Bien —respondió la profesora Francis—. Escucharemos tu versión de la historia, pero tienes que descansar por hoy. Si sigues así, sólo empeorarás tu dolor de cabeza. —Luego, se dirigió a Sophia, Agatha y Danielle—.  Chicas. Necesito que se queden cuidando de ellos un momento. Tenemos una reunión con el arkutrig esta noche, por lo que no haremos guardia. Si van a descansar, la puerta de su cuarto estará abierta, pero necesito que al menos una de ustedes se quede cuidando que todo esté en orden.

     —Entendido, profesora —respondió Agatha.

     —Nosotras nos encargaremos —agregó Sophia.

     —Perfecto. Confiamos en ustedes. Sólo será por esta noche y mañana podrán tomarse el día libre para descansar —concluyó Tibaius. Los profesores se fueron de la enfermería directo a la salida. La campana de las nueve de la noche sonó y todas las puertas comenzaron a cerrarse una por una. Silk aprovechó el momento justo y salió de su habitación justo antes de que la puerta se cerrara. Luego de eso, se escabulló entre las barandas, pero rápidamente se dio cuenta que los profesores no se dirigían a hacer su ronda, sino que iban hacia la entrada del instituto.

     —¿A dónde irán? —preguntó—. ¿En serio será tan fácil esta vez? —Siguió avanzando y luego se dio cuenta que la habitación de Agatha y compañía tenía la puerta abierta.

     «Hmm. De seguro ellas están en la enfermería, ¿cómo le haré para pasar?».

     Las chicas estaban cansadas. Tras el entrenamiento, Sophia y Danielle habían quedado completamente exhaustas.

     —Agatha... ya no puedo más —dijo Sophia mientras trataba de mantenerse despierta.

     —Lo siento, Agatha —agregó Danielle—. El entrenamiento de hoy estuvo muy cansado y yo creo que sí iré a dormir.

     —No se preocupen, chicas. Yo aún guardaba esto —dijo Agatha mientras sacaba de su bolsa el elixir que la profesora Francis le había llevado el día del incidente con Ferdinand y Murdock.

     —Asombroso... te deseo suerte, hermanita. No te metas en problemas —comentó Sophia mientras iba saliendo de la enfermería.

     —No lo haré. Vayan a descansar, chicas. —Agatha se tomó el elixir y sintió cómo sus fuerzas se renovaban. Danielle y Sophia se dirigieron a su cuarto. Silk las vio salir, por lo que bajó de la zona de habitaciones y se escondió. Las chicas pasaron cerca de ella, pero no la notaron. Silk estuvo atenta al momento en que entraran al cuarto y cuando finalmente lo hicieron, ella se acercó a la enfermería. Vio que las luces estaban encendidas, por lo que intuyó que alguien más estaba allí dentro.

     —¡Qué aburrido es estar aquí adentro vigilando! —Se quejaba Agatha—. Al menos los profesores ya reaccionaron. Quiere decir que dentro de unos días podremos enfocarnos sólo al entrenamiento.

     Silk escuchó que Agatha estaba hablando sola y se intentó asomar para escuchar lo que decía.

     —Padre... aún no entiendo con qué propósito me mandaste aquí, pero haré lo que pueda para ayudarte.

Racers Travels: Despertar (Versión 2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora