Nosotros ni obligamos, ni jugamos.
Dejamos las palabras y actuamos.
El mundo tiembla cuando sin querer, nos amamos.
Pablo Alboran- Curo tus labios.
Rosalia
¿Que se supone que estoy haciendo?
Es lo primero que me pregunto al percatarme lo cerca que están las manos de Evan de mis bragas y su mirada perdida en la lujuria.
Es aterrorizante y exitante en cantidades iguales, me gusta verlo así no voy a mentir. Este hombre es un bombón aunque sea un cretino que me secuestro, hace un rato estaba enojada por todo, por la vida, con mi padre que no sólo le vasto abandonarnos a nuestra suerte sino que también sus juegos absurdos nos llevarán a esta situación, también con Evan por no dejar que liana estuviese aquí conmigo y no con su hermana. Luego recapacite y me di cuenta que voy a estar aquí para rato así que ¿por que no disfrutar de lo que va a pasar? Ya acepte la parte más difícil de esto. Que estoy secuestrada y que este hombre va a hacer conmigo a su antojo. Solo tengo algo muy claro en mi mente, estoy pérdida lo se, el podrá utilizar mi cuerpo a su antojo pero nunca tendrá mi corazón, no hay por que negar lo evidente y es que mi cuerpo reacciona al suyo de manera inevitable y que mis gemidos no se hacen esperar cuando me toca, así que esta decidido. El podrá tener mi cuerpo pero nunca mi corazón. No me voy a arriesgar a salir lastimada por alguien que solo me ve como su juguete del momento.
Mis manos aprietan su cabello y ni idea de cuando llegaron ahí, el cierra sus ojos un momento disfrutando la caricia mientras entreabre sus labios que Hasta ahora noto son de un color rosa y muy carnosos. Su aliento huele a whisky, al parecer alguien estuvo de malas y se puso a tomar, aprobécho su distracción y dejo un beso en la comisura de sus labios lo que hace que reaccione dándole un apretón a mis muslos lo que consigue calentarme.
Mi intención al venir aquí era solo disculparme por como me fui de la sena, se que se ha estado esforzando para que yo me sienta a gusto aquí y no tendría que tomarse tales molestias y recordamos que estoy aquí "en contra de mi voluntad " la verdad es que creo que este tipo nunca había secuestrado a nadie en su vida. Pero al verlo tan vulnerable y con sus pensamientos en saturno me dieron ganas de devolverle algo de felicidad y se que dirás "que maneras de devolver la felicidad " pero seamos francos, ¿que mas que las insinuaciones sexuales para alegra a un hombre?.
Rozó una vez más nuestros labios hasta que parece mi compañero se cansa y me besa de forma agresiva tomándome del cuello logrando que nuestros labios se estampen y no pueda despegarme de el. Siento su lengua rozar la mía y delinear mi labio inferior mientras me besa con ganas. Sus labios saben a whisky y algun chicle de fruta, hay una gran diferencia entre besar por gustó y que te besen por la fuerza, la primera se siente bien, correcto, exitante, un fuego recorriendo tu interior, el hormigueo en todo el cuerpo y la sensación de plenitud, mientras que la segunda es como si te faltarán al respecto, como si te pisotaran, las inconfundibles ganas de vomitar y matar de manera lenta al osado que te hace dicho mal. Y esta en definitiva no es nada de la segunda, siempre ha sido asi, besar a Evan se siente bien, excitante, familiar, es como si en otra vida ya nos habíamos conocido en un nivel muy íntimo y en esta se nos hace imposible no estar pegado el uno del otro, "Que mierda lia, no puedes besar a nadie por que de una planeas hasta la boda". Nunca me eh sentido sucia cuando este hombre me toca.
Claro, que lo único sucio es hacía dónde se dirigen mis pensamientos cuando este hombre está cerca. Sus manos son el recordatorio perfecto del lugar en donde me encuentro que tengo que decir fue un impulso, sus piernas. Sus manos están en el boletín de mis bragas mientras juega con ellas y yo no se como parar esto, si bien quería algo de calor, pero esta claro que con el fuego no se juega por que siempre está el riesgo de un incendio y justo ahora todo mi cuerpo me grita que nos quememos.
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Prisionera Del Placer
Любовные романыFui entregada a èl en contra de mi voluntad y me juré no quererlo. El era mi cárcel, mi opresor, mi verdugo. Porque me desalmaba con cada toque, con cada beso, con cada caricia, mi corazón lloraba pero mi alma pedía a gritos un poco más. Cada día pe...