Evan
Veo a Lía dormir plácidamente sobre mi pecho mientras acarició su suave y oscuro cabello.
Lleva aproximadamente unos veinte minutos en la misma posición y solo puedo pensar en lo que acabamos de hacer. Esta mas que claro que cualquier rastro de enojo salió de mi cuerpo en cuanto sus labios rozaron los míos y ni hablar de su grandiosa habilidad para el sexo oral, habilidad que si me preguntan no quiero saber como adquirio.
Pienso en cargarla y llevarla a la cama, pero a la vez estoy muy cómodo aqui, hace un rato comenzó a llover y aun no para. Sus gemidos de placer ligados a la lluvia fue como el canto de los ángeles pero algo esta mal. Y es que lía se esta enamorando de mi. No es como si me ofendiera pero no soy el hombre para ella por que yo no pertenezco a una sola mujer.
Mi plan es simple, voy a disfrutarla unos meses mas u luego voy a dejar que siga con su vida, lejos de mi. Su piel es suave y me encanta el contraste que hace con su pelo oscuro, sus pómulos altos aún están sonrojados por la agitación de hace rato, sus pestañas largas los rozan, es una belleza de mujer y no me da pena admitirlo.
Pasan al rededor de treinta minutos antes de que me decida llevarla a la cama y ami junto a ella, se que no quiere verme y tal vez comience a odiarme de ahora en adelante, la forma en que cerraba sus ojos y mordía sus labios para no gemir me dejan muy claro que trataba de controlarse y sentir el menor placer posible sólo para fastidiarme, como si eso fuera a funcionar.
Se que me desea tanto como yo a ella, tal vez nos odiamos pero nuestros cuerpos gritan el uno por el otro cuando están lejos
La observo así tan frágil y delicada dormir sobre las sábanas blancas de su cama, me recuesto a su lado y me dispongo a dormir un poco antes de irme a mi propia cama.
******
La luz es lo que me despierta en la mañana junto a una sensación de tranquilidad, halo un poco más las sábanas para seguir dormido cuando recuerdo que en mi habitación no entra la luz en las mañanas. Abro mis ojos con algo de dificultad y aún estoy en la habitación de lía, así que nunca fui a mi habitación, la busco a mi lado y me sorprende mucho el hecho de que no esté cuando siempre soy yo el que la hace levantar a desayunar conmigo, al parecer el enojo le durará más de un día esta vez.
Me levanto de la cama y me dirijo a mi habitación por una ducha y una ropa más apropiada, hoy no trabajo pero no me gusta andar en pijama aunque sea mi casa. Luego de una ducha y unos jeans puestos me dirijo a prepararme algo para desayunar sin prepararme para la vista en mi sala de estar; Lía sin nada de sopa solo con sus pequeñas bragas en el sofá enrollada y al parecer dormida
Mis pensamientos nada santos me gritan que valla hacia allá y la haga mía otra vez pero calmo mis impulsos y me dirijo hacia la cocina, voy a hacer el desayuno y luego la voy a despertar. Me dirijo a la cocina y me propongo hacer algo simple; café, tostadas y huevo revuelto con zumo de naranja, eso bastará.
De espaldas y con mi taza de café en la mano me dispongo a poner la mesa e ir a buscar a Lía para desayunar aunque lo más probable es que me mande al demonio cuando siento su presencia al arrastrar una de las sillas del comedor, volteo con la intención de hacer un chiste del por qué se fue de la cama solo para fastidiarla y solo consigo ahogarme con mi propia saliva. Esta imagen de Lia me desconcierta.
Lía aún desnuda y solo con sus braguitas y sus piernas encima de la silla, sus pechos al aire y sus aureolas rosadas y sus puntas fruncidas me saludan, esta muy roja, toda ella. Se que se avergüenza por que si me deja verla desnuda que es más que obvio nunca anda por la casa solo en bragas, su cuello, pechos, y mejillas están muy rojos mientras ella con fingida calma come una de las tostadas que coloque y le da un sorbo a su zumo.
Me aclaro la garganta antes de hablar;
-Buenos días, cómo estás?- le digo y vuelvo a voltearme hacia el refrigerador en busca de no sé qué por que esta escena es muy caliente.
-Hola.- responde con calma.- Estoy bien, supongo.
-Por que supones?.- le digo aún sin atreverme a voltear mientras tomo de mi café.
Se hace un raro silencio y me volteo pensando que ya se fue y me sobresalto al encontrarla aún más cerca, sus pechos desnudos me saludan y yo no puedo mirar su rostro.
-Por que no me ves? No es como que tenga algo que no hallas visto antes.- dice suavemente.- No importa, me voy a bañar. - se da la vuelta dispuesta a salir de la cocina y en última instancia se voltea y dice; Gracias por el desayuno.
******
No eh visto a Lía desde hace unas horas, estoy hablando por teléfono con uno de los encargados de mis casinos, están dándome el reporte semanal y me dicen qué hay un borracho dando problemas en las afueras de uno de los locales. Me aprieto el puente de la nariz y me pregunto cuando coños dejaran de aparecer estas personas en mi camino, por un instante recuerdo que así conocí al padre de Lía, siempre daba problemas por qué debía un montón de dinero en uno de mis casinos y por su deuda me dio a su hija, lamo mis labios al recordar lo frágil que se veía cuando la encontré, sus ataques de rabia al decir que ella no era mía, como se resistía cuando me le acercaba y sus primeros gemidos, sus primeros añarazos, su primer orgasmo... Sonrío y no escucho al tipo hablarme del otro lado de la línea.
-Señor le decía que....- lo interrumpo
-Haz lo que tengas que hacer pero soluciónalo, no quiero hablar más de esto.-dicho esto cuelgo la llamada.
Masajeo mi cabeza y me dispongo a buscar a la dueña de mis pensamientos, y la encuentro en la cocina a punto de tomar un yogurt, no le digo nada y solo la pego contra la pared y la beso.
¡Estoy viva!
Aunque no por mucho ya que se que muchos me quieren matar por desaparecer de la nada 😩 lo siento pero no tenía inspiración, ya estoy aquí con un capítulo tranquilo narrado por nuestro sensual Evan 😍
Gracias por el apoyo!!!
Celess❤️
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Prisionera Del Placer
RomanceFui entregada a èl en contra de mi voluntad y me juré no quererlo. El era mi cárcel, mi opresor, mi verdugo. Porque me desalmaba con cada toque, con cada beso, con cada caricia, mi corazón lloraba pero mi alma pedía a gritos un poco más. Cada día pe...