II.

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La mañana ya había transcurrido y Clark se sentía satisfecho con los dos reportajes que llevaba redactados, sobre su escritorio varias pilas de libros, fotos viejas y números telefónicos le servían como fuentes de información. Hacía dos semanas que no había vuelto a ver a Bruce, por noticias en la televisión se enteró que el encapuchado ya había regresado a la acción y eso le significaba muy tranquilizador, por lo general Bruce era más enérgico y eficaz después de un buen calor compartido por lo que saberse medianamente responsable por la buena protección de Gótica hacían sentir a Clark un poco realizado.

Los eventos y catástrofes mundiales llegaron como abanicadas durante el transcurso de aquellos días, Superman había sido fotografiado más veces esas semanas que en lo que iba del mes así que Clark pensaba darse un buen fin de semana de relajación y auto consentimiento. Los viernes en la oficina volaban como de costumbre así que cuando el timbrazo en su línea telefónica personal lo frenó le resultó imposible no sentir desconcierto y agotamiento.

─ Aquí Kent, ¿en qué puedo ayudarle?

─ Necesito un favor.

─ ¡Bruce! ─ la voz tensa del millonario era la que siempre usaba cuando estaba en el papel del empresario─ claro, lo que sea, ¿qué necesitas?

─ Empresas Wayne tuvo una reunión con varios accionistas en Metrópolis.

─ ¿Estás aquí en Metrópolis? ─ las mariposas que desde hace dos años venía sintiendo revolotearon felices en su estómago, tan afortunado que debía ser un error─ ¿Necesitas que vaya a verte?

─ No, se trata de otra situación─ lamentándose de haber saltado un "oh" bastante desanimado dejo que Bruce continuará─ la junta y yo decidimos enviar un representante que presente y venda el proyecto. Claramente es Tim quién desempeña el puesto, también se envió otro miembro de la junta como asistente en caso de algún inconveniente y ese es Damian.

─ Oh─ aquel sonó más comprensivo. Nunca había sido un secreto el constante rechazo y casi desprecio entre los hijos de Bruce─ y supongo que a Damian no le gustó la idea de venir como solo apoyo.

─ No, y mucho menos teniendo a Tim como su jefe─ sin necesidad de su super audición, Clark escuchó el suspiro al otro lado de la línea, haciéndolo querer estar junto a él para consolarlo─ solo necesito que lo vigiles de vez en cuando.

─ ¿No querrás decir "los"?

─ Damian es el explosivo, no puedo asegurarte de que se mantenga quieto y no esté merodeando por la ciudad. Últimamente ha estado actuando como si estuviera enfadado todo el día. No quiero que se meta en problemas y si se entera que soy yo quien lo vigila solo se enojara más.

─ Y como no tiene forma de saber si un super oído lo está cuidando, no hay riesgo que se moleste─ Clark caminaba hacia el subterráneo sabiendo que decir exactamente para hacer sentir mejor a su omega─ como siempre, brillante Bruce.

─ Lamento pedirte esto Clark, el trabajo se ha acumulado desde que Lucius está de vacaciones─ hubo una pausa─ te lo recompensare de alguna forma.

─ No hace falta Bruce, sabes que siempre estoy dispuesto para ti.

─ Tengo que colgar, una junta está por iniciar.

Y aunque Bruce claramente había evadido el ofrecimiento tampoco lo rechazo. Fue así que Clark decidió tomar otro camino para llegar al corazón del omega.

Todos los hijos del millonario habían sido queridos, amados y protegidos a la par; era fácil notar la importancia y lo que cada uno de los chicos significaban para el filántropo pero era con su propio cachorro con quien más se había sentido protector. Damian significaba un lazo biológico y natural más fuerte, tanto que lo había hecho ir casi al mismo infierno por recuperarlo, así que era normalmente lógico deducir que si Clark lograba poner al cachorro de su parte el padre eventualmente notaría el buen candidato que era para proteger su familia.

Cambiando rápidamente sus ropas del trabajo por el uniforme salió a la oscuridad de la noche buscando al chico que esperaba pudiera ayudarle en su anhelante deseo de que lo aceptaran. Mirando desde una altura prudente comprobó que tanto Tim como Damian se hallaban en una oficina exponiendo un nuevo proyecto de infraestructura que prometía ayudar financiera y socialmente a ambas ciudades. No tuvo que esperar mucho cuando la reunión terminó con aplausos y apretones de manos que aseguraban un trato formal y cerrado. Tim parecía más deslumbrante que nunca, la postura orgullosa era casi impropia de él pero que en definitiva era un sello de los Wayne; la imagen de confianza y poder que Tim desprendía le recordó que, saliendo del edificio, Damian parecía un opuesto a su hermano.

Clark vio al menor de los Wayne marchar dando grandeza pisadas y con ojos furiosos mientras abordaba un taxi que rápidamente se alejó del complejo empresarial donde se suponía debían estar celebrando. Casi como si eso fuera lo que Superman esperaba lo siguió con una gran distancia de por medio, se sorprendió genuinamente al ver como Damian entraba en una cantina en el lado Este de la ciudad, una zona concurrida pero de aspecto y nivel muchísimo más bajo que lo que estaba acostumbrada toda esa familia. Recordando que Damian ya tenía 18 años y por lo tanto no era raro verlo tomar alcohol apartó la incomodidad por verlo actuar como el joven adulto que ya era y no como el pequeño cachorro que conoció 8 años atrás, aquel chiquillo quisquilloso y celoso por la atención de su padre.

Lo que sí había sido raro o más bien una completa locura era el cómo las cosas habían terminado. Jamás creyó que en su intento por ganarse la simpatía del hijo de Bruce había puesto en un precipicio cualquier oportunidad. Estaba tan perdido que por su propio bienestar reconstruyó el escenario buscando encontrar una manera de explicarse a sí mismo el error que había cometido.

Bajo control: padre o hijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora