XI.

1.7K 156 21
                                    



Era fascinante la fuerza que Damian tenía en las piernas, llevaba cerca de 15 minutos montando el pene de Clark con el mismo ritmo con el que inició; las caderas del menor se agitaban de arriba para abajo y en círculos por todo el regazo del superhombre. Al llevarse a Damian a su departamento ciertamente lo último que había planeado era tener sexo con él, pero una vez instalado en lo que sería la vivienda de ambos por una semana la situación subió de tono en un abrir y cerrar de ojos.

Apretó las sábanas recién cambiadas cuando el omega forzó a su trasero a cerrarse sobre el palpitante miembro kriptoniano, Damian estaba siendo puro deleite y placer sin la necesidad de un celo de por medio. Cuando se corrió, la presión de su agarre reveló lo maltrecho en las cubiertas, siendo ahora solo tristes jirones; acostando al menor sobre su pecho se encargó de acariciarlo y besarle la cabeza tanto como fuera posible ¿el sexo sin calor figuraba en su acuerdo? No se atrevía a preguntar.

Durante cuatro días la rutina se repitió casi exactamente igual. Damian solía encontrarlo a la hora de la comida después de sus clases, juntos paseaban por Metrópolis hablando de cualquier tema que el menor encontrara lo suficiente interesante para narrar, después veían algún programa o película en casa y terminaban con un par de rondas de sexo antes de dormir. Las pequeñas acciones quisquillosas en el pequeño Wayne apenas y molestaban al reportero, casi siempre cediendo a los hábitos de este, ambos lograron encontrar el método para subsistir en el mismo hábitat.

Fue hasta el quinto día cuando la llamada del padre trató exitosamente de cambiar su rutina. Clark tecleaba un bien pensado párrafo sintiendo las palabras fluir tan limpiamente desde su cerebro hasta los dedos, era grato volver a su antiguo ritmo y calidad de escritura, los dos primeros días con Damian en casa poco podía concentrarse en algo más que no fuera en el chico. El teléfono en su escritorio vibró y antes de siquiera dar un segundo timbrazo, Clark ya lo tenía entre el hombro y la oreja.

─ ¿Hola?

─ Muy ocupado granjero.

─ Bruce─ dejó la pantalla de la computadora y tomó correctamente en su mano el auricular─ nada de eso, algo rápido en lo que estoy trabajando ¿todo bien? ¿ocurrió algo?

─ Sí, todo bien, solo cierto Boy Scout que parece obrar lo imposible.

─ ¿Qué quieres decir Bruce?

─ El profesor de Damian llamo─ Clark figuró una posible vigilancia que Bruce ejercía sobre su hijo incluso por medio de los educadores de este─ comento que está siendo bastante receptivo respecto al compromiso de trabajar con sus compañeros, y en sus palabras, "los está ayudando a estudiar."

─ ¿Ah, sí? ─ hizo un gesto silencioso ante su respuesta tan tonta, se apresuró a agregar─ le platique que la UM ha tenido el trofeo por caso 10 años, eso lo inspiró, creo.

─ Me refiero a lo que estás haciendo con él, Clark.

─ ¿Cómo? Yo no, ah, Bruce... ¿qué, qué quieres decir?

─ No te sorprendas granjero─ mientras Bruce se mantenía ausente al mal semblante del super siguió hablando─ Damian me lo contó todo.

─ ¿Lo... lo hizo?

─ Sí, y eso ya es suficiente prueba de lo fuertemente influenciado que está siendo por ti.

─ ¿Eh?

─ Damian siempre ha sido muy difícil de tratar respecto a su segundo género, cuando presentó casta Dick tratado de cubrir la guía alfa que necesitaba, no es necesario explicar lo poco alentador que resultó cuando Damian lo rechazo─ Clark creyó volver a repetirse con su monosílabo anterior, a Bruce no lo frenó─ el problema con Dick o Jason es que jamás los vio como un superior a él, siempre tratando de estar a la par de sus hermanos no logro entablar un lazo, pero contigo es diferente─ el sudor disminuyó conforme Bruce le explicaba calmadamente lo que hasta ahora se enteraba Damian había planeado─ aunque no lo parezca, Damian te respeta, eres un alfa al que puede seguir y del que espero esté aprendiendo─ la imagen sugestiva del niño "aprendiendo" a montar una polla kriptoniana le sacaron el aire y lo llenaron con vergüenza, si tan solo Bruce supiera la verdad─ así que gracias, me tranquiliza saber que estás siguiendo buenos pasos.

─ En realidad Damian es el que hace todo el trabajo─ una nueva imagen del menor preparando su entrada lo golpeó con ferocidad─ el crédito es suyo.

─ Clark ¿tienes tiempo después de tu artículo? Alfred prepara langosta y ya que solo estoy yo, bueno, podrías venir.

─ Por supuesto─ el reportero giro en su silla sintiendo la incomodidad en sus pantalones─ me encantaría acompañarte, Alfred es un experto en preparar mariscos. Te veré allá.

─ Bien, hasta entonces.

Al devolver el aparato a su lugar en la mesa Clark se concentró en respirar lento y profundo. Discretamente se acomodó en el escritorio buscando mantener la apariencia sobria que no sentía en él. Ser invitado por Bruce a comer era la cosa más increíble de imaginar pero que además insinuara poder disponer de la mansión solo ellos dos era algo que le calentaba hasta lo más profundo, por supuesto que nada tenían que ver las proyecciones de cierto joven omega gimiendo y pidiendo tan abiertamente ser follado, no, no tenía absolutamente nada que ver su terrible erección y el recuerdo de Damian. 

Era Bruce y su propuesta, ¿o no?

Bajo control: padre o hijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora