"Quien no ha caído nunca no tiene idea del esfuerzo que hay que hacer para tenerse en pie."
Me despierto al sentir algo húmedo en el rostro. Abro los ojos y noto que es la saliva de mi perro Tommy que está encima de la cama dándome los buenos días.
—Puaj, qué asco! —Me paso la mano por la cara—. Gracias Tommy, peculiar manera de desearme feliz cumpleaños —le doy un abrazo de oso... bueno de perro.
Hoy 8 de mayo celebro el aniversario número 18 de mi nacimiento. No amanecí muy animada. Siento una fuerte presión en el pecho al pensar que pasaré otro cumpleaños sin papá. Ya son 3 años desde que Henry Brevas abandonó este mundo y con él se fue mi corazón y mis ansias de vivir.
Me obligo a levantarme y me dirijo hacia el cuarto de baño. Abro la ducha y entro. El agua cálida resbala por mi piel y relaja mis músculos mientras pienso en los acontecimientos de los últimos años.
Era muy feliz.
Estaba viajando con mi padre por España. Luego de que me diagnosticaran libre de cáncer papá se encargó de hacerme sonreír mucho. Creamos hermosos recuerdos. Incluso me llevó a Cuba a ver a mis abuelos maternos. Fue un viaje de experiencias abrumadoras. Me enseñó tantos sitios diferentes, entre ellos el lugar mágico donde conoció a mamá: lo llaman el Malecón Habanero. Sentí tanto amor y cercanía en ese país, rodeada de esa cultura que es también mía al ser tanto cubana como inglesa.
Me encantó ese viaje, por ello decidí que pronto volveré a la Isla. Ya no solo me trae recuerdos de mi madre, ahora también allí yacen algunas de mis últimas vivencias con papá.
Salgo y me pongo el primer jersey que encuentro. No me preocupo mucho por mi apariencia física últimamente, ya tendré tiempo para eso.
Antes de abandonar la habitación me detengo frente a la foto de mis padres. Mi corazón comienza a aumentar sus latidos. ¡Se ven tan enamorados juntos! Mamá le dedica una sonrisa cálida a papá y ambos se miran con ojos brillantes
¿Cómo puede una fotografía concentrar tanto amor?
Supongo que deben estar felices en donde sea que se encuentren al estar al fin reunidos.
—Lo estoy intentando, prometo que lo estoy intentando, pero es tan duro seguir viviendo sin un motivo, sin algo a lo que aferrarse.—Mi voz se quiebra y hago una pausa—. No quiero decepcionarlos, sé que ustedes deseaban que yo siguiera adelante, simplemente hay días en que todo es más difícil. Los extraño mucho.
Una lágrima solitaria rueda por mi mejilla pero me obligo a sonreír frente al espejo. No puedo permitir que la tía Maeve se preocupe por mí.
—Eres bella, eres fuerte, eres valiente. Tú puedes.
Me sequé las lágrimas y con esas palabras salí.
—SORPRESAAAA!!!
No pude evitar curvar mis labios hacia arriba. Aunque son muy evidentes y ya tenía la intuición de que ocurriría esto, agradezco esos pequeños detalles. Mi tía viene hacia mí aún con el delantal puesto y es la primera en abrazarme. Por supuesto detrás vienen los dos tontos de mis primos —a los que amo con locura— para dar un abrazo grupal.
—Feliz cumpleaños cariño. Te amo mucho y espero que disfrutes la tarta. Hice la de chocolate con nata y nueces, tu favorita. —Me acaricia el cabello y se le forman una pequeñas arrugas alrededor de los ojos cuando me sonríe con ternura.
La tía siempre ha sido muy atenta conmigo. Es una gran mujer y me acogió como a otra hija cuando mi papá sufrió aquel terrible accidente.
—Gracias tía, sé que estará delicioso. —Me giré hacia Anne y Rick—. Y ustedes par de tontos, sepan que es solo para mí —dije con burla y les mostré la lengua.
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Momentos
Teen Fiction¿Qué sucede cuándo pierdes las ganas de enfrentarte al mundo? ¿Qué es lo peor que puede pasar si te dejas llevar por la corriente? Cuando te acostumbras a tocar fondo, te armas del valor suficiente para abrazar todos y cada uno de tus demonios. Es...