Para: minah@gmail.com
Asunto: Todavía aquíHermanita, todavía estoy aquí, en Santiago. Algo extraño me pasó anoche. No te preocupes. Estoy bien. Creo que me bajó la presión o algo por el estilo, la cuestión es que estoy en el hospital Saturnino Lora y me tienen bajo observación. Te cuento.
Iba a acostarme cuando la curiosidad me impulsó a poner en la laptop el misterioso disco que alguien dejó en la habitación. Tenía varios archivos, pero sólo debía pinchar el ejecutable: upir.exe. Enseguida apareció la ventana contextual para confirmar la instalación del programa. Acepté. La barra de instalación avanzó con lentitud durante un par de minutos. Después, la barra desapareció y un icono apareció en el Escritorio. Era un murciélago, con las alas extendidas y la boca abierta de manera amenazante. Tenía diminutas gotas de sangre en sus colmillos, y garras afiladas en sus patas. Debajo una palabra me resultó familiar, aunque no consigo recordar de dónde: Vlad. Pensé que sería algún juego, lo que confirmó mi sospecha de que en algún momento debí tomar el CD de alguien por equivocación. Hice clic dos veces sobre el icono y perdí el conocimiento. O creo que eso fue lo que pasó, porque en verdad no recuerdo nada.
Lis me encontró casi a las dos de la mañana, tirado en el suelo. La laptop apagada. Me costó ponerme de pie. Las piernas se me doblaban por la debilidad y tenía un fuerte dolor de cabeza. Dice la doctora que bien pudo ser la presión o el azúcar, pero ni soy hipertenso ni diabético. Ante la duda decidieron mantenerme en observación durante veinticuatro horas. Lis se fue preocupada. No quería irse. Tuve que insistirle para que no perdiera el pasaje ni la boda de su hija, que es mañana en la mañana. Cuando la doctora haga su recorrido en las primeras horas, me dará el alta e iré a la Terminal a ver si puedo conseguir pasaje por la lista de espera. No te preocupes por nada. Sea lo que sea lo que me dio, ya pasó.
Te escribiré en cuanto pueda.
Un abrazo,
J.
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Upir.exe
HorrorDurante un Congreso Internacional de Software, un CD es dejado como al descuido con una inscripción: Instálame. No, no es un virus informático. O sí, sí es un virus, pero uno tan letal que quien lo instale no demorará en arrepentirse.