Para: minah@gmail.com
Asunto: Sin asunto.
Imagina que tu hermano ha muerto en un accidente automovilístico. O que un día decidió viajar y no regresar nunca más. O simplemente que fue abducido por los extraterrestres, otra historia tan descabellada y absurda como la del vampiro virtual que noche tras noche obliga a su víctima a exponerse, sumiso, no para beberle la sangre, sino la energía vital.Apenas tengo fuerzas para teclearte estas palabras, Mina.
Ya no soy el mismo. Lo descubrí esta tarde, cuando escuché golpes en la puerta y me sobresalté, como si me hubiesen descubierto con un cadáver entre las manos. Lis vino a verme preocupada por mis constantes ausencias al trabajo. Noté su desconcierto mientras miraba las ventanas cerradas, la casa sucia, mis vómitos en el suelo, mi pelo despeinado y la barba de más de una semana. Dijo que me veía demacrado, pálido, desganado. Yo, en cambio, necesitaba estar solo, ceder pacíficamente a mi castigo, sin testigos que intentasen evitarlo. Sin embargo, en medio de la locura, algo de cordura debió haber, porque hice un esfuerzo suprahumano para no ser descortés, y sólo en un par de ocasiones le sugerí que me dejara solo. No pareció entender. Hablaba y hablaba sin parar cosas sin sentido para mí, y su voz semejaba un martillo empeñado en aplastar mi sien. Fue entonces que perdí la paciencia. Grité como un loco, me retorcí como poseído, solté espumarajos y rasgué mis ropas. A empujones la llevé hasta la puerta y la eché a la calle de una patada.¡Qué cruel he sido! ¡Qué injusto!
No tienes idea, Mina, de lo que he llorado. Ahora, consciente de mis actos, sé que la he perdido. Más que una amiga, a una hermana. No importa si en la adolescencia fuimos novios. No importa si hemos sido compañeros de trabajo por más tiempo del que puedo recordar. Lo que importa, lo único que importa, es que Lis es mi única amiga. Y la he maltratado como si fuese una perra sarnosa a la que sorprendí meando en la puerta de mi casa.
Deberías haberle visto la mirada, hermana. Había terror en sus ojos. Pánico, porque aquél al que había ido a visitar ya no era su amigo, sino alguien sin una gota de cordura.Y apenas la lancé a la calle, corrí a encender la laptop, donde mi amo aguardaba por mí, sediento...
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Upir.exe
HororDurante un Congreso Internacional de Software, un CD es dejado como al descuido con una inscripción: Instálame. No, no es un virus informático. O sí, sí es un virus, pero uno tan letal que quien lo instale no demorará en arrepentirse.