CAPITULO 10

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Conforme los besos iban subiendo de intensidad, la ropa iba desapareciendo en rápidos movimientos hasta que ya ninguno tuviera una prenda sobre su cuerpo.

En medio de besos, gemidos, y torpes pasos, lograron llegar a el baño para tener la "ducha" que quedó pendiente en la mañana.

Se separaron de mala gana para que Hyunjin comenzara a llenar la tina, y al ya estar lista retomaron su sesión de besos y entraron a esta quedando el mayor sentado sobre en el piso de la bañera y el menor sobre su regazo rozando sus erecciones entre sí.

–J-jinnie, por favor... Te necesito– el menor se frotó contra su esposo creando una deliciosa fricción entre sus miembros.

El mayor quería hacer todo de una forma lenta, no recordaba la última vez que habían tenido relaciones y quería recorrer todo el cuerpo de su pequeño, sin dejar ningún pedazo de piel sin explorar.

–No te apresures amor, quiero explorar tu piel tal como antes~ Te aseguro que te haré sentir bien– susurró sobre su oreja dando una suave mordida en el lóbulo de esta, la cual le sacó un suave gemido al chico.

El menor solo asintió dejando que su esposo hiciera con el lo que quisiera.

El pelinegro comenzó a besar el cuello de él menor, primero de una forma suave dejando un rastro de saliva por cada lugar que recorriera su boca, hasta que comenzó a morder el blanquecino cuello del rubio dejando una que otra marca en el proceso.

Siguió aquél camino de mordidas hasta llegar a sus clavículas, las cuales besó, lamió y mordió tanto como le fue posible, mientras su menor se deshacía en gemidos por el nivel de excitación que sentía en ese momento.

Pasó sus manos por toda la espalda de el rubio delineando su silueta con sus dedos dejando estos sobre el trasero del menor dando algunos apretones en este, sacándole gemidos al chico.

Siguió el recorrido de sus manos pasando por las delgadas piernas de su chico, dando caricias y algunos apretones que hacían al rubio perder la cordura con cada minuto que pasaba.

Así que mientras el mayor se concentraba en dar placer a sus rosados botones, el rubio tomó ambas erecciones con su mano comenzando a masturbarlas, haciendo que el mayor soltara un gruñido de placer por la repentina acción.

Empezó con un vaivén lento que hacía a ambos perder su cordura por el placer para luego comenzar con uno mucho más rápido sacando gemidos a ambos.

Y mientras el menor estaba concentrado en satisfacer a sus miembros, el mayor introdujo uno de sus dedos en la estrecha cavidad de el menor, que gracias al agua de la bañera logró entrar con más facilidad.

El menor ahogó un fuerte gemido entre los labios de su mayor, mordiendo el labio de este considerablemente fuerte sin querer.

–Lo siento amor~ Sabes que hace mucho no hacemos esto y ya perdí la costumbre– dió un suave beso en los labios de su chico en forma de disculpa por la mordida que les había dado.

El mayor asintió y siguió con su trabajo de dilatar la entrada de su menor, ingresando de apoco dos dedos más. Simulando embestidas con sus dedos en la cavidad de su pequeño, sacando así fuertes gemidos de su chico el cual se encontraba desbordando el placer que sentía en ese momento.

Luego de unos minutos, sintió que el rubio ya estaba listo para pasar al siguiente nivel. Ambos se encontraban cegados por el placer que no les importaba en lo más mínimo el que estuvieran haciendo mucho ruido y que probablemente sus vecinos pudieran escucharlos.

El mayor fijó su mirada en el rubio esperando a que este le diera una señal de aprobación para continuar con lo que seguía. El menor solo asintió y besó a su esposo apasionadamente antes de comenzar a alinear su entrada con su miembro.

Al ya tener la punta dentro, soltó un fuerte gemido que muy fácilmente pudo haberse escuchado en toda la ciudad.

Siguió bajando lentamente con la ayuda de el mayor hasta que ya tuvo todo el miembro de este dentro de él.

El mayor esperando a que el rubio se acostumbrara, comenzó a dar suaves besos por su pecho en forma de distraerlo del dolor.

–Jinnie~ Por favor, muévete– el menor apoyó sus manos en los anchos hombros de su esposo mientras esté comenzaba a moverse lentamente en su interior.

El mayor comenzó con un ritmo suave y tortuoso mientras el menor seguía acostumbrándose a él gran miembro de su esposo en su entrada.

Cuando pasaron unos diez minutos, el menor ya se había olvidado de él dolor en su parte baja y ahora solo sentía el placer que le estaba haciendo sentir el pelinegro.

–Montame, precioso~ ¿Harías eso por mí?– preguntó el mayor con una voz más gruesa de la normal haciendo que el menor sintiera una corriente eléctrica recorrer toda su médula por la excitación que le había causado escuchar esa voz.

El menor asintió y se apoyó aún más fuerte de su novio para comenzar a dar pequeños saltitos autopenetrandose con el miembro de su esposo, soltando ruidosos gemidos que excitaban aún más al pelinegro.

–Eso es, gime para mí, pequeño– tomó las caderas del rubio para ayudarlo a llegar aún más profundo, tocando aquel punto que hacía al chico ver estrellas por el placer de sentir a su mayor dentro de él.

El mayor tomó con una mano el miembro del rubio, mientras que con la otra aún sostenía su cintura para que el chico no fuera a perder el equilibrio.

El vaivén que utilizaba para masturbar a su chico iba al mismo ritmo de los saltos qué este hacía para penetrarse.

En aquel baño lo único que se escuchaban eran los agudos gemidos del rubio y los gruñidos de placer del pelinegro quién besaba con pasión a su esposo.

Estuvieron sumergidos en esa burbuja de placer un tiempo más, antes de que ambos sintieran como sus orgasmos se iban acercando. Y cuando por fin sucedió ambos gimieron el nombre de él contrario mientras se liberaban, Jeongin manchando un poco sus pechos ya que el resto de sus fluidos se habían mezclado con el agua, mientras que Hyunjin se corrió dentro de él menor.

Ambos juntaron sus frentes mientras regulaban sus respiraciones, mirándose con una sonrisa plasmada en sus rostros.

–Dios, fue fantástico– el mayor besó los labios de su menor, pero a diferencia de los otros besos que se dieron esa noche, este estaba cargado más que todo de cariño y amor, dejando de lado el placer.

–Pienso lo mismo, hace mucho que no me sentía así. Te amo Hyunjin– el menor correspondió el beso que había comenzado su esposo.

Luego de eso se separaron para ahora sí, ducharse.

Al salir de el cuarto de baño, ambos chicos se acostaron en su cama, abrazados, cubiertos por las sábanas en silencio hasta que el menor decidió hablar.

–Y que dices Jinnie... ¿Segunda ronda?– volvió a posicionarse sobre el regazo de él mayor mientras este ponía sus manos en sus caderas, soltando una pequeña risa.

–Segunda ronda, cariño– afirmó el mayor lanzándose a los labios de el rubio para besarlos con pasión.

Y luego de unas cuatro rondas, en las que demostraron cuanto extrañaron ese tipo de contacto tan íntimo, decidieron que ya era hora de descansar.

Dándose unas últimas palabras de amor, ambos cerraron los ojos para caer dormidos abrazados al cuerpo del otro, sintiendo una inmensa calidez.

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Bueno aquí les traigo los detalles de aquella noche de pasión jeje.

Lamento si no es lo que esperaban pero es que enserio no soy buena escribiendo este tipo de cosas, pero igual me esforcé mucho para poder traerles algo decente.

También me gustaría saber si algun@ de ustedes es bueno editando, me gustaría cambiar la portada pero no soy muy buena con ese tipo de cosas, así que si alguien pudiera hacerme una portada tanto para esta y para la primera temporada, estaría infinitamente agradecida.

Esto es todo por hoy, espero que disfrutaran este capítulo y nos leemos luego.

Adiós ❤️

Ventajas de tener mellizos [HyunIn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora