31 Días de Amor~(Sanwoo)

2-Honey and Darling

Sanwoo
Palabra clave: Civil
Fluff/Humor
645 palabras
Advertencias: Ninguna
Notas adicionales: No investigue lo suficiente, pero tengo entendido que si una pareja extranjera se casa en EUA, les otorgan la Green Card y... así, no sé. PERDÓN DESDE YA.😭

💒

—Hay que casarnos—dijo Wooyoung con toda la convicción que entraba en su cuerpo, últimamente menos porque le había dado por sentirse gordo y nadie pudo frenarlo de bajar de peso hasta que pudiera lavar ropa en su abdomen.
—Vamos a casarnos, San, justo ahora.

San bajó con lentitud el tenedor que planeaba llevarse a la boca repleto de comida, de pronto sintiendo el estómago demasiado sensible para llevarse siquiera un trago de agua a la boca. Observó con gritos silenciosos de piedad en sus ojos al pelinegro que sonreía como un loco, como un niño al que van a dejar en la feria por su cuenta con dinero en los bolsillos.

Y temió.

—¿Aquí?—San ríe nervioso, ajustándose la gorra en el cabello.
—Pero m-mi amorcito,¿Porque tan de pronto?

Wooyoung suspira y mira al cielo, pidiendo por favor, por favor alguien iluminara a su prometido.
Toma la mano izquierda de San, esa donde un anillo de compromiso descansa y la pone sobre el rostro del angustiado hombre, al lado de la suya.

—Bebé, mira esto.—señala ambas manos, donde anillos idénticos brillan de bonitos.
—Llevamos años comprometidos y no me pienso casar a los 40, San, me estoy arrugando.

—Tienes veinte.

—¡Como sea!—el bajito suelta ambas manos, poniéndose de pie abruptamente fuera del banquito en ese camión de comida donde previamente estaban dispuestos a comer.
—¿Es que no lo ves?—oh no por Dios....
—¡Quiero que seamos marido y marido!—y ahí estaban, las lágrimas y el puchero.

San se apresura a sostenerlo en brazos, acariciando su cabecita y pegándolo a su pecho. La gente alrededor los mira como si fuesen de otro planeta, pero nada más son de otro país y hablan otro idioma, aunque no quita que sea incómodo.

San solo quería tener unas lindas vacaciones y poder asistir al desfile del orgullo con su prometido por primera vez.
Y para eso había trabajado muy duro para poder juntar el dinero y llevar a Wooyoung a Nueva York, aunque le haya costado dos años de ahorrar hasta el último centavo.

Y ahora el bicho del matrimonio lo había picado así de repente.¿Porque no podía esperar un poquito más? San ya tenía en mente toda la celebración, ya estaba listo para empezar a organizar su boda y hacer una gran fiesta... Pero Wooyoung definitivamente no iba a ceder.

Y San lo sabe.

—Escucha, cariñito—San le sujeta las mejillas, limpiando sus lágrimas de telenovela.—¿Estás seguro de que quieres hacerlo ahora? P-porque si tu me dices que sí, nos casamos eh, con la ropa que llevas puesta. No habrá smoking blanco con incrustaciones de cristales Swarovski.

—Sí.

San traga saliva.

—Ah, ok—y Wooyoung le regala una enorme sonrisa.
—Pues vamos a casarnos.

—¡Ay dios te amo tanto, mi changuito precioso!

Y caminaron por las calles de La gran manzana que ese día se pintaron del arcoíris, tomados de la mano mientras buscaban un sitio donde contraer matrimonio. Pero desafortunadamente para ambos, no era posible que se casarán por lo civil debido a su nacionalidad. Ellos no querían ser ciudadanos americanos, solo querían casarse. Y cuando de enteraron, parecía que a Wooyoung le habían dicho que le quedaba un día de vida.

—Oye...—le levanta el mentón, mirando sus ojitos aguados.
—Aún nos casaremos.
-Le aseguró San, entrelazando sus dedos de la mano dónde portan sus anillos.

Y cumplió su promesa, porque metros más adelante, en una capilla improvisada con un extravagante Drag Queen vestida de monja dentro, pudieron firmar una hoja donde los declaraba "Marido y Marido"
Recitaron sus votos y la monja les lanzó confeti, los curiosos espectadores les aplaudieron orgullosos y los ahora esposos salieron triunfantes, sujetos de las manos y con una promesa firmada que ya se habían hecho desde muchos años atrás.

—¿Hasta que la muerte nos separe?

—Acepto.