25-Tomates

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🍂 Sanwoo
🍂 Palabra clave: tomates
🍂Fluff, Kids!Au, Babysitter!San
🍂 900 palabras
🍂 Advertencias: Segunda parte de “Corazón de papel” 🌈
🍂Notas adicionales: yo tengo una nena que cuido a veces. Tiene cinco años y a veces la pronunciación le falla y dice cosas como “de acuetdo”. Sé que los nenes son todos distintos pero ella es así y me baso en mi experiencia como niñera ocasional para traerles este Woonie pequeñito 😂💞
 


🍅
 

—Sanieee!
 
Cada vez que escuchaba de esa pequeña vocecita dulce su nombre pronunciado con tal ternura, San sabía de anticipo que Wooyoung quería algo. Y también que no podía negarse, aunque quisiera, que realmente nunca quería hacerlo.

Así que alza la vista de su historieta y encuentra frente a él un pequeño de ojitos hundido que cubierto de pintura, le enseña ambas manos manchadas.
 
—Tengo hambre. — Wooyoung se talla ambas manos entre sí intentando quitarse la pintura sin mucho éxito.
 
San mira el reloj de la pared y ya son las tres en punto así que es hora de que Wooyoung coma, por lo que el chico se pone de pie y extiende silenciosamente un dedo a su pequeño niño, quien lo toma entre sus dedos y ambos caminan hacia el baño, agarraditos. Los pasos de Wooyoung son cortos, a veces rebota cuando camina mientras San avanza ligero sobre sus pies, uno tras otro porque de abrir la zancada, el menor debería correr  para alcanzarlo y eso, no sería cómodo para nadie. Así que con mucha paciencia camina despacito, mirando hacia abajo al pequeño que mantiene su mano bien firme al rededor de su dedo.
 
—¿Qué tal si hacemos mi almuerzo especial?— pregunta el chico, mirando hacia abajo realmente inclinado.
—¿Suena bien?

Wooyoung asiente con los ojitos cerrados. San lo toma de debajo de las axilas y lo carga, a como puede, para lavarle las manos con jabón de coco que al pequeño le gusta mucho. Le talla bien las manitas, enjuagando con agua tibia y le seca con una toalla de algodón con figuras de carritos que Woonie usa especialmente.
 
—Listo. — el chico le pica la punta de su naricita y Wooyoung sonríe. —Ve a la cocina, ahora te alcanzo.
 
—¡Sí! — y el pequeño sale disparado del baño rumbo a la cocina.
 
San aprovecha para lavarse las manos rápidamente y, en menos de dos minutos, gracias a sus largas piernas, llega detrás del menor a la cocina, donde Wooyoung ya espera emocionado.
 
—Ayudante. — lo llama y Wooyoung se pone en “firmes” —Traiga la pasta.
 
—¡Sí señor San! — el pequeño finge una copia gruesa, antes de marchar a la despensa que está bajo el lavado. A su altura, puede sacar una bolsa de pasta que extiende al mayor. —¡Pasta!

—Bien. — San juega, como siempre que es hora de hacer limpieza juntos o meter a bañar al renegado cachorrito que no quiere tomar una ducha, al jefe y su ayudante ya que de este modo Wooyoung coopera mucho mejor.
—¿Que falta?
 
—¡Salsa! — Wooyoung sonríe y sus ojos se esconden , su cabecita echada hacia atrás para alcanzar a ver a San.

—De tomate.
 
—¿Y qué necesitamos para eso?
 
Wooyoung se dirige al refrigerador. Se queda de pie ahí, esperando que San le abra la puerta. Cuando el chico abre, el menor saca de la caja de la verdura una bolsa de tomates que, con mucho esfuerzo (y el apoyo de San que sostiene la bolsa desde arriba sujetando todo el peso) la saca del refri.
 
—Yo voy lavando esto mientras tú abres la pasta ¿De acuerdo?
 
Wooyoung asiente, emprendiendo camino a la mesa para subirse a una silla y abrir el paquete. Espera pacientemente a que su niñero lave los tomates y cuando estos están listos y escurriendo, el chico toma una olla y vierte agua en ella para ponerla a fuego.

Wooyoung sabe que debe esperar a que el agua saque burbujas para poder vertir la pasta y que no puede acercarse a la estufa hasta que San lo cargue y pueda echar la bolsita de pasta en el agua, mientras con la mano libre su niñero (y secreto super héroe favorito) mueve los macarrones.
 
Minutos más tarde ya el agua hierve y Wooyoung puede vertir la pasta en el agua caliente, siempre sujeto y cuidado por San que con una cuchara remueve en círculos. Deben esperar a que la pasta se cocine y mientras tanto juegan en la mesa a atraparse las manos, ganando Wooyoung siempre porque San se tarda en quitarla de la mesa a propósito solo para que Wooyoung con sus manitas le aplaste la suya y se suelte a reír a carcajadas.
 
La pasta está lista, escurrida y los tomates echos salsa en la licuadora así que es hora de agregar todo a fuego medio y el pequeño observa, maravillado, como San baja botes de especias de los anaqueles altos para hacer mucho más ricos sus macarrones súper especiales que nacieron, curiosamente, de una tarde donde el chico no tenía un centavo en los bolsillos y todo lo que había a su disposición era una bolsa de macarrones
disposición era una bolsa de macarrones y tomates en el refrigerador.
 
San observa, con media sonrisa, a Wooyoung comer sentado en un cojín para que alcance la mesa. Se mancha la cara de salsa y es el cuento de nunca acabar porque a cada vez que le limpia con una servilleta,  Wooyoung se las ingenia para mancharse hasta la nariz.
 
—Edes el mejod chef del mundo, Saniee.— decreta su mayor crítico, con la boquita rodeada de salsa.
 
Y San le sonríe de vuelta, retirando la mancha con el pulgar.



❤️

31 Días de Amor~(Sanwoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora