17- Día del baño

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🍂 Sanwoo
🍂 Palabra clave: burbujas
🍂 Silly love/ humor chafa
🍂 1020 palabras
🍂 Advertencias: San jardinero sexy



🐕

-¡Mongryong!

El Corgi se sacude con ganas y mucha mucha espuma que le deja la cara a su dueño llena de burbujas blancas que explotan sobre la piel, haciéndole cosquillas. Wooyoung contrae el gesto y sopla las burbujitas que se han colado a su boca, haciéndole sacar la lengua con disgusto por tan amargo sabor a jabón. El perrito lo mira con la lengua fuera, divertido como si Wooyoung estuviese tan contento de estar todo chorreado y sucio, oliendo a perro mojado con las rodillas a acalambradas de la difícil posición en la que se encuentra mientras talla al perrito dentro de la regadera.

Pero, esa era la vida que le había tocado vivir al adoptar a Mongryong y decidir convertirse en padre de un Welsh Corgi bastante travieso que no era del todo cooperador con su baño de la veintena. Amaba a su hermoso y dorado perrito aunque le mojara hasta el alma

-Uhg... - el castaño se sacude ambas manos hacia el frente para retirar el exceso de agua. Se pone de pie y toma del respaldo del retrete una toalla que planea ponerle encima a su pequeño compañero cuando termine el baño. -Muy bien, Mong-yah, vamos a...- pero cuando el reluciente chico de los rulos castaños de da la vuelta... El Corgi se ha ido. -¿Mongryong?

Y parece que le metieran una pajilla por los pies y succionaran todo el color de su cuerpecito cuando Wooyoung palidece de pies a cabeza, pensando lo peor respecto a su mascota. Rápidamente el chico abandona el baño, todavía con la ropa mojada y los pies descalzos, poniéndose la sandalias apresuradamente en la puerta...
Abierta.

-¡Monryeong-ah!- grita el chico, bajando las escaleras, siguiendo el rastro de agua que dejó por su paso el Corgi hasta la planta baja, donde Wooyoung abre la puerta de cristal de golpe y sale a la entrada, donde los jardines comunes se extienden a la vista. -Ay, Dios... No me abandones ahora...

Angustiado, Wooyoung camina por los jardines de área común diciendo a gritos el nombre de su fiel compañero, que brilla por su ausencia. A cada paso el chico se preocupa más y más, pensando que ha llegado a ser atropellado o salió por la puerta de entrada a los condominios y está perdido, vagando por ahí, sin rumbo... Sin comida... Con frío.

Y cuando sus ojitos se llenan de lágrimas, la salvación llega en forma de risa. Una estruendosa carcajada ronca, con aplausos y patadas y muchos suspiros en búsqueda desesperada de aire. Wooyoung gira hacia la risa y a pasos veloces corre a ella, con la esperanza de conseguir ayuda para buscar a Mongryong o, poder llorar con alguien si llega a estar extraviado... O peor. Y tiembla de sólo pensarlo.

Cuando puede verlo, desde unos cuantos metros atrás, el dueño de tan peculiar risa es tan alto por como para rozar con la cabeza las hojas más bajas de un árbol bajo el que está de pie. Lleva una camiseta sin mangas negra y gorra a juego, con ridículos pantalones cortos de rayas y sandalias y lo mejor de todo: ¡Tiene a Mongryeong!

-Oooh, buen perrito, sí, si, eres un buen perrito~ - el alto muchacho le hace cariñitos al can , susurrando con su gruesa voz palabras bonitas al animalito que le mueve la cola y se sacude el agua de encima, provocando la risa del chico.

-¡Hola!- se acerca, agitado, moviendo una mano en el aire y el alto chico de gorra lo mira, boquiabierto como si fuese a decir algo pero fue interrumpido. -¡Es mi perro!

Wooyoung llega finalmente, sujetando sus rodillas del cansancio que le representó correr con sandalias durante todo el trayecto de su mini-aventura. Alza la mano pidiendo en una seña "un momento" y al recomponerse, se echa el pelo hacia atrás,suspirando.

Pero lo que fuese a decir muere en el intento cuando el pálido tipo delante suyo le sonríe de medio lado, mirándolo hacia abajo.

-Hola. - saluda y su voz hace temblar el universo entero. -¿Estás bien?

-Y-yo b-br-hm...

El muchacho lo observa con una ceja alzada. -Uh... - de rasca la cabeza, nervioso. -M-me llamo San. - y le sonríe ¡Ah! Hermosa sonrisa perfecta que podría ser La Sonrisa de la nación sin problema alguno. -¿Es tu perrito?

-Sí. - articula finalmente, con muchas ganas de extender una mano y tocarle tremendos brazotes al chico. -San. Sí. - el contrario asiente. -¿No ves el parecido?

El muchacho se ríe, de nuevo como si explotara un rayo y la cara le cambia por completo a un honesto gesto que le quita mucho del atractivo varonil que tiene, pero a Wooyoung, de alguna forma, le gusta. Le contagia.

-¡No te preocupes! Me cayó muy bien tu perrito, eh - y le sacude la cabeza al animalito, quien jadea de gusto y mueve la colita. -Aquí tienes.

San lo toma en brazos como si no fuese muy pesado y lo extiende a su dueño, quien tragar saliva porque cargar un "perrito" de diez kilos no suena como un muy buen plan. Como si pudiera leer su mente, San baja al can con sutileza, articulando un "oh...".

-Lo estabas bañando... ¿Verdad?

Wooyoung asiente, tratando de atraer a su perro de vuelta pero está encantado con San y no le hace mucho caso. -Es la misión suicida del mes. Nunca le ha gustado bañarse.

-Mmm... Tal vez no le gusta la forma en que lo haces.
- San se encoge de hombros, acariciando al perro. -Si quieres, te puedo ayudar a intentar algo... Diferente.

Wooyoung traga saliva, acalorado. Pero es el sol, no piensen mal de él.

-¿D-diferente?

Y sí que resultó ser diferente cuando San, el joven jardinero recién contratado de los condominios, sacó una manguera de sabrá-Dios-dónde y a base de juegos y corretizas bañaron juntos a Mongryong terminando con toda la ropa pegada y una tensión sexual tremenda cuando antes de entrar al edificio, secando al perro, se miraron goteantes y sonrojados a los ojos.

Y si le preguntan a Wooyoung, ese jardinero tiene dos mangueras muy útiles.

31 Días de Amor~(Sanwoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora