capitulo 13

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Magnus se despertó con un insoportable dolor de espalda, intento rodar su cuerpo pero algo lo mantuvo fijo sobre su costado. Entendió, entonces, que hacia dormido así toda la noche.

Aún estaba aturdido por el sueño, bostezo e intento sentarse, pero un brazo en su cintura lo detuvo, rápidamente se asustó. Se giró con brusquedad, sin importar si despertaba a la persona que suponía quien era.
Junto a el estaba Alec en todo su esplendor, debe decir, estaba un poco sonrojado por el sol que pegaba directo en sus mejillas, sus labios estaban hinchados y entre abiertos, se olvido de todo, embobado con su hermosa belleza, mechones de cabezo caían directo a sus pestañas. Pero algo andaba mal, y fue cuando sintió como si un balde frío hubiera caído sobre el, me voy a casa con Lydia, resonó la voz de Alec, en su cabeza.

Se acordó de lo sucedido ayer, como acepto que le gustaba Alex, ¿ pero para que?. El amor no era para el, gracias a Camille se dio cuenta, y ahora parecía que Alec no sería la objesión, ya estaba comprometido, su vida estaba resuelta y no precisamente con el. Por eso estaba tan pegado a Lydia y el tan tonto pensado que todo no era más que unos besos calientes.

Sintio como su corazón se hizo añicos, justamente cuando se dio cuenta de sus sentimientos. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero el una vez prometio no llorar por amor y lo iba a cumplir.

Sin ningún animo, se levanto pero una mano en su muñeca lo detuvo. No por favor, rogó con tristeza.

- No te vayas- susurro alec. Por su hagarre y voz supo que estaba un poco dormido. Se acordó que Alec ayer estaba dormido así que era poco probable que se acordara de todo.

- Necesito ir al baño- dijo Magnus con la voz quebrada. Pareció que eso hizo despertarlo por que lo soltó de inmediato, y abrió sus ojos.

- Perdón...- tartamudeo.- Por lo de anoche, ni me estaba portando correctamente.... yo...

¿ Por lo de anoche? Penso distraído.- No... te.. preocupes...- dijo con el ceño fruncido.- Dicen que un matrimonio estresa y pone a la gente malhumorada.

Alec pereció ponerse blanco a tal grado que se iba desmayar. Su mirada estaba clavado en el, estupefacta, no se movía, y su respiración andaba más pesada. Lo comprendió, no recordaba nada.

- ¿ Como... como... te enteraste.?- pregunto con tono triste.

-Tu.. me dijiste.- dijo como si fuera obvio, no sabia exactamente como reaccionar y comportarse, así que decía lo primero que viniera a su cabeza.- Te acuerdas, luego que me pidieras dormir junto a ti, me contaste.- No creyó que eso fuera lo correcto.- Lo que queiro saber es ¿ Por qué no me contaste?. ¿ No somos amigos, a caso?..

Vio como pasó una sombra de tristeza por los ojos de Alec, le dolía hacer aquello, pero estaba seguro que era lo mejor, no quería llevarse otro golpe más en su vida, no lo soportaría. Solo quería quedar bien, ser amigo de Alec, que nada mas cambiará.

Alec se quedó sin responder, y el ni podía seguir así, no podía ver su cara sin sentirse traicionado. Salio casi corriendo hacia el baño, se metió ahí y se encerro, duro lo suficiente como para darle tiempo a Alec para que se fuera sin que volvieran a verse en privado.

Sentia una molestia, un dolor en su pecho....

***

Magnus se había quedado encerrado en el baño, Alec pensó tocarle la puerta y preguntar si estaba bien. Pero entendió su reacción, el también se habría molestado, hizo memoria para acordarse como es que habían amanecido juntos, y mucho más, el momento en que le contó sobre Lydia.

MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora