FIN DE LA CUARENTENA y algunas aclaraciones (Día #107)

16 3 5
                                    

No puedo creerlo... es que... duró tanto que pensé que fácil sería hasta fin de año, pero... SE ACABÓ.

Hoy 30 de junio, día 107 de cuarentena, acaba de terminar oficialmente nuestro confinamiento. Prácticamente íbamos por el cuarto mes encerrados en casa. Solo salíamos para comprar nuestros alimentos de consumo básico, y en el caso de los adultos, a trabajar.

El tráfico vial parece que esta regularizándose poco a poco. Esperemos que el desagradable tráfico pre-cuarentena no regrese. Los restaurantes, bares y hasta centros con fines de entretenimiento, como los teatros, reabrieron sus puertas pero solo con el 40% de aforo normal. Y el transporte entre provincias ha regresado pero esta vez con el 50% de aforo; ello con la esperanza de reactivar el turismo interno.

Oficialmente en Lima Metropolitana, la capital de nuestro país, y en otras 18 regiones ha empezado el período de "convivencia" con aquel virus que paralizó al mundo entero, el covid-19.

Personalmente creo que ha sido una situación sin precedentes, ya que desde que nací en este mundo, en el año 2002, nunca viví un contexto similar. Las mascarillas fueron una de las prendas que más nos han acompañado estos últimos tiempos, junto con los alcoholes, los protectores faciales y los jabones. 

Cada uno de ellos ha cobrado un protagonismo tan imperante en esta historia. Recuerdo que por el miedo al virus comencé a lavarme excesivamente las manos desde abril del presente año, cosa que trajo ciertas consecuencias en la piel de mis manos. Se me comenzó a agrietar y a salir heridas; por ello opté por buscar un jabón que no perjudicara mi salud, el cual era nada más y nada menos que el jabón de GLICERINA. Además, ahora me demoro casi 1 minuto y medio lavándome las manos, no sin antes haberme enjabonado bien cada parte de mis manos: la palma, los costados, entre los dedos, las uñas, etc. Ello hace que yo sea el último en llegar a la mesa a la hora del almuerzo. 

Al principio ello me hacía enfadar, pero luego al pasar los meses me comenzó a dar gracia y me imaginé esto en un contexto futuro:

Mi futura esposa (Colocando los platos sobre la mesa): ¡Hija! ¿Sabes dónde se metió tu padre? Me sentiría mal de comer antes del rico almuerzo que él mismo nos preparó.

Mi futura hija (Sonriente) : Sí, mami, está lavándose las manos. (Ahora dirigiéndose a mí) ¡Papá! ¡Se enfría la comida!

Yo adulto (Enjuagándome las manos más rápido que Flash): ¡Ya hija! ¡Ya voy...!

Este es solo uno de los grandes cambios que hubo en mi vida durante la cuarentena del 2020. Otro de ellos, y tal vez de los más tristes que viví durante mis 17 años y 8 meses, fue la partida de mi Tata Pedrito. Mi abuelito. Mi papi. Mi papá. Mi hijo...

Algo que no conté en el apartado "El viaje de mi Tata Pedrito... (Día #44)" es que, según el informe médico, mi papi falleció a causa de una neumonía por covid-19...

Eso decía expresamente. Pero yo no quise anunciarlo en ese preciso instante, pues estaba muy confundido y aturdido. Creo que tu me entiendes, ¿no? El virus supuestamente según los médicos atacó mi casa llevándose una víctima que tanto amaba.

Sin embargo, nosotros (mis tíos y yo) creemos que mi tata no falleció por esa causa. Pero no pudimos denunciar nada ya que en ese momento estábamos en plena cuarentena, y sería difícil que un detective inspeccionara el hospital, foco altamente contagioso del temible coronavirus.

Pero divagar acerca de esto solo trae turbación a mi corazón, así que mejor no sigamos profundizando sobre ello. 

Lo único de lo que estuve totalmente seguro en medio de tanta confusión fue que mi papi estaba en el cielo. Y que aunque hayan cremado su cuerpo (y quién sabe que hayan hecho con las cenizas), su alma está con el Señor. Realmente al principio me enojé porque no pudimos darle cristiana sepultura a mi Tata, y que, además de obligarnos a cremar su cuerpo fallecido, no nos hayan permitido guardar las cenizas, ya que supuestamente "el virus estaba allí". Pero después me tranquilicé cuando pensé lo siguiente:

Un adolescente en cuarentena (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora