Desde que mi tata Pedrito partió, mi tío Richard (que se encargaba de cuidarlo a él, su padre) ya no tenía a quién cuidar... fue entonces cuando no dudo en verme a mí como una potencial nueva responsabilidad...
Mi tío siempre andaba de muy mal humor antes de la partida de mi tata, y es que, se comprende de cierta forma, ya que se tenía que levantar muy temprano (6 o 7am) para darle desayuno a mi tatita...
Incluso en todo el día tenía que darle de comer... le tenía que dar su desayuno, almuerzo y cena, y mi tata se tomaba su tiempo para masticar y pasar sus alimentos, cosa que lo hacía impacientarse más...
Recuerdo que darle de comer a mi tata no solo era darle de comer y ya... no... previamente había que levantarle de su cama, llevarlo hasta el comedor, sentarlo, ponerle unos dos manteles (que son semejantes a los baberos para los bebés), servirle su comida, y ahí RECIÉN comenzaba todo...
Era un trabajo duro... mi tío lo hizo bien durante el primer año que estuvo cuidando de mi tata, pero al siguiente... ¡Uf...! Ya no podía más... andaba de mal humor todo el tiempo, lo que indefectiblemente provocó que yo no quiera estar ni un segundo al lado suyo...
A veces me sentía apenado por mi tata, el cual, al no poder moverse por sí solo, no podía escapar de los gritos malhumorados de mi tío... sentía una gran tristeza que penetraba en lo más profundo de mi ser...Por esa razón, a veces yo me ofrecía a darle de comer a mi tata (aún sabiendo lo cansado que era). Pero claro... esto no quiere decir que yo siempre trataba bien a mi papito, no... a veces, como todo humano, me cansaba y explotaba... pero al rato nomas le pedía perdón a mi papa (Si, así sin tilde. Yo le decía "papa", con acento en la primera sílaba.)
De hecho, a veces yo imaginando que él era "mi hijito viejito", le cuchareaba usando la mítica y ancestral táctica usada por los padres de antaño:
El avioncito
"¡Ahh...! ¡Ahh...! Abra la boca..." - sentenciaba yo justo cuando la cuchara llena de comida (que a veces era puré de espinaca o menestra licuada) estaba a milímetros de la boca de mi papi.
Me daba suma curiosidad y cierta melancolía el pensar que alguna vez aquel viejito le pudo haber cuchareado con el avioncito a mi "yo de bebé".
Lo amé tanto a mi papito... aunque, claro está, no fui perfecto...
Pero bueno...
A toda la familia nos chocó bastante que nuestro patriarca se haya marchado, pero al que más le impactó y le hizo replantear toda su vida, creo, fue a mi tío Rick (así le decíamos de cariño a mi tío Richard)...Como te he comentado, yo creo en Dios, soy cristiano evangélico, al igual que mi tía Eva (y su esposo).
El único que NO creía en Dios (o al menos eso hacía ver) era mi tío Rick...
Pero eso no fue siempre así, es más, él creía mucho en Dios antes de "el suceso"...
Él cayó en una profunda tristeza, por no decir depresión, a raíz de la partida de la mamita Charlotte (esposa de mi tata Pedro... su madre...), lo cual lo llevó a alejarse de Dios creyendo que él había sido demasiado duro con él y con la mamita, ya que partió a raíz de la esclerosis lateral amiotrofica (ELA), una enfermedad degenerativa...Sin embargo, tras la partida de mi tata, ocurrió algo insólito y sorprendente...
"En los primeros días después de que partió papá..." - contaba mi tío - "... me sentía muy solo, especialmente en las frías noches... no sabía a donde ir... no tuve otra opción que orar y hablar con Dios... solo Él podría ayudarme..."
Y era cierto... su cambio era totalmente real... de hecho, solo me bastó vislumbrar su rostro aquella fría tarde del 15 de abril... ya no vi a aquel hombre amargado y enojado con la vida... no... era otro... un hombre humilde y sumamente manso de corazón, su miraba ya no emanaba soberbia sino mansedumbre...
Dios lo había cambiado...A partir de entonces, las cosas en casa cambiaron... mi tío Rick se reconcilio con Dios y con mi tía Eva (su hermana), con la cual había tenido una mala relación desde la misma adolescencia... eso, y... me empezó a tratar mejor...
Me compró muchas cosas, entre ellas yogurt, granola, pan integral, un jarabe multivitaminico y pastillas de vitamina C para reforzar el sistema inmunológico (que era algo importante de reforzar dadas las circunstancias presentes en la pandemia).Al principio, admito que lo tomé como algo normal. Le di las gracias y lo disfrute.
Pero no bastó 3 días que pasaron para que me revelara sus verdaderas intenciones..."Tu meta para fin de año es subir de peso" - sentenció con voz firme.
(Para entender lo anterior se debe tener en cuenta que en abril del 2020 un espagueti tenía más volumen y masa que yo).
ESTÁS LEYENDO
Un adolescente en cuarentena (COMPLETA)
Teen Fiction¿Te imaginas haber acabado la escuela recién, y estar planeando tu ingreso a la Universidad... y ¡PLUM! Crisis mundial...? Pues eso me pasó a mí... No te daré una descripción de lo que está pasando actualmente con respecto al corona virus, puesto q...