Capítulo 26: Problemas Contagiosos

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¡Hoooooooooooooola a todos!

Me quedan solo ¡dos semanas para regresar a la Universidad!

¿Por que sera que las vaciones siempre son tan cortas? o al menos lo parecen...

Espero que disfruten este capitulo

Lean, comenten, voten, pero mas importante: ¡DISFRUTEN DE LA LECTURA!

Espero que tengan un gran dia o noche

¡Paaaaaz!

Zayonara

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Capítulo 26: Problemas Contagiosos

—¡Te dije que no volvieras a Tevatai! – Dijo Simus, Gran rey de Tevatai, Padre de Augustus.

— Si, si, como digas vejestorio, solo vine por unos amigos, pronto me largare. Además, ¿Cuándo te he obedecido? Si no lo hice cuando era un simple niño no lo hare ahora que tienes que usar branquias artificiales porque las reales te dejaron de funcionar hace años – Dijo Augustus, en un tono indiferente, pero insultante y sarcástico al mismo tiempo.

— ¡Por todos los mares! Primero, desobedeces mis órdenes de destierro y ahora me hablas así, pero cuanta insolencia en tan solo dos minutos.

— ¿Te sorprende? Porque aún tengo mucha más para darte barbuchas, Soy tu hijo, no me puedes desterrar de Tevatai, soy el príncipe, ¿Quién más podría heredar el trono de esta laguna de peces con cara de humanos? Recuerda que yo nací de milagro, porque ni reproducirte puedes hacerlo bien – Dijo Augustus, en tono ofensivo y retador hacia el rey, quien en sus ojos que ahora eran oscuros como la profundidad del océano, mostraba su gran enojo hacia el insulto que recibía y no estaba dispuesto a aceptarlo.

— ¡Basta! No permitiré esta insolencia en mi reino ¡Guardias! Lleven al insolente y a sus amigos al calabozo, mañana serán comida de tiburón, ¡Nadie me ofende a mí, ni a mi reino!

La guardia real procedió a esposarnos a todos, incluidos los acompañantes de Berny, la cosa no pintaba bien y se podía poner mucho peor.

—Guardias, no puedes hacer nada sin ellos— Dijo Augustus, mientras la guardia nos empujaba hacia un enorme cubo que era halado por tiburones martillo, y al parecer nos llevaría hasta nuestro calabozo.

—Palabras necias de un traidor insolente— Contesto el rey con los brazos cruzados.

—Un traidor que lleva tu sangre— Dijo Augustus, entrando al enorme cubo.

—Eres un maldito traidor ingrato e insolente, muchos tritones que ni siquiera han nacido, merecen mucho más el honor de ocupar el trono que tu – Dijo el rey, antes de que la puerta del cubo se cerrara, dejándonos en la oscuridad y con un enorme problema encima.

Nadie pronuncio una sola palabra durante el trayecto, como si la oscuridad fuera un manto que nos mantuviera calmados o resistiendo el impulso de gritar e intentar acabar con este encierro, pero en el calabozo, todo fue diferente.

Nos colocaron en calabozos independientes, separándonos unos de otros, pero estaban en la misma zona, por lo que éramos vecinos de celda.

—¡Cabron! ¡Eres un maldito cabron! Para esto nos trajiste, para que nos encerraran y nos sentenciaran a muerte por tu estupidez, por tu insolencia, ¡POR SER TU!— Grite enfurecido, haciendo que se escuchara en todas la celdas del lugar. De hecho, nosotros éramos los únicos que estábamos encerrados, las demás celdas estaban vacías, y se notaba que no había nadie encerrado aquí desde hacia años.

Santi entre humanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora