Chocolate Amargo | Parte V

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Todo volvió a la normalidad, volvía a faltar a clases por problemas de salud, sus amigas la visitaban en el hospital, regresaba para ponerse al corriente sin ser el foco de atención, estar sentada sola viendo a la lejanía las clases de gimnasia. Todo volvía a ser como antes. Sin embargo, extrañaba a Levi, su presencia hacía la diferencia en su monótona vida.

Vió su celular, Levi cuando se graduó cambio de número, por lo que si ahora estaba dispuesta a hablarle no tenía el cómo, no sabía ni siquiera si seguía en la ciudad o había ido a estudiar fuera, no tenía nada de él ahora. Soltó un pesado suspiro.

Su mirada era una nostálgica cuando se dirigía hacía en edificio de los laboratorios donde solía escabullirse con él por la hora de la salida. Jamás volvió a poner pie en su guarida secreta desde que todo se había al caño, solo era ver a la lejanía llenándose de nostálgica cada que lo recordaba.

— Lisa, tienes un admirador — dijo una de sus amigas señalando al rubio que rápidamente cambio su vista en cuanto fue descubierto.

— No tengo interés — comentó volviendo a lo suyo.

— ¿Sigues pensando en Ackerman? — cuestionó la otra con cierta molestia — Era un mujeriego, y se aprovechó de ti. Es mejor que empieces a superarlo.

Lisa guardó silencio. Su normalidad no le traía paz, era incómodo, nunca se había percatado de ello hasta que Levi apareció en su vida. ¿Sus amigas siempre habían sido así? Hasta que todo se fue al fiasco, hasta comenzaba a ver las cosas diferentes, quizá era la nostalgia del recuerdo, o quizá y si era la realidad.

— Jamás me trató mal — murmuró imaginando que no fue escuchada.

— Solo te usó, ¿Cómo puedes seguir defendiendolo después de un año? — dijo una con notoria molestia.

— Quizás sí, pero jamás me humilló, me trató bien, me ponía atención... — dijo desviando la mirada mientras los recuerdos venían a su mente — ¿Por qué son mis amigas? Ustedes fueron las que divulgaron lo de Levi con toda la escuela, ustedes me humillaron, jamás me escuchaban...

Se levantó de la silla con enojo, sus ojos se cristalizaron, se cubrió la cara empezando a salir del salón. Petra se apresuró a tomarla del brazo, pero ella se zafó.

— Tu no hiciste nada — Petra suspiró con alivio, pero ella continúo — Solo miraste como me humillaron, y aún sigues siendo igual. Tampoco quiero verte.

Y dicho eso, salió del salón, no tenía ganas por regresar a clases, pero tampoco quería pasarla en el baño. Terminó por divagar por los pasillos sin rumbo dijo hasta que sus pies la terminaron por llevar a su guarida secreta.

Estaba por salir cuando le llegó una aroma conocida, de manera discreta se fue acercando de poco en poco, se cubrió la boca con gran sorpresa, he intento retroceder pero aquella voz la hizo frenar.

— Te vi desde hace rato.

Suspiró, se acercó a él. Levi lucía igual, pero distinto, vestía unos vaqueros negros, con varias cadenas en este, una camisa de franela negra desabrochada mostrando de una playera ceñida a su cuerpo color blanco, su cabello estaba más largo a como lo recordaba, y pudo notar de que se había hecho de un piercing en el oído izquierdo.

Pero lo que llamó más su atención fue aquel color morado alrededor de su ojo derecho, su ojo se hallaba ligeramente enrojecido, se sentó junto a él bajando la mirada. Sus manos se movían de manera inquieta, volvió a posar su vista en el rostro del joven.

— ¿Cómo...?

— En una pelea, no es nada por lo que deberías preocuparte — respondió algo tajante — Ni importarte.

Lisa bajo su mirada, no tenía que ser muy lista, él estaba molesto, herido con ella. Por supuesto, cuando todo aquello sucedió perdió la cuenta de las numerosas veces que fue a rogar por ella, pero había una en específico de la que tiempo después se arrepintió.

— Lo siento — soltó al cabo de unos minutos de silencio.

Levi arqueó una ceja volteando a verla, seguía teniendo esa figura de alguien frágil, inocente, ingenua.

— ¿De qué?

— La cafetería, te grite delate de todos que no me importabas — volteo a verlo a los ojos.

Él soltó un largo suspiró cerrando sus ojos.

— ¿Recuerdas cuando nos conocimos? — preguntó volviendo su vista a la sucia pared de enfrente, ella asintió sin entender realmente a qué quería llegar — Dijiste que odiabas más a Ackerman que los hospitales... Planeaba decírtelo, pero quería demostrarte antes que podías amar a Ackerman al nivel de los chocolates antes.

Lisa volteó a verlo realmente sorprendida por aquella confesión. Él a su vez, seguía con la mirada perdida. Se fue acercando más al azabache esperando a que le dijera el por qué, pero el joven no parecía querer hablar más, no le prestaba atención.

— ¿Por qué? — terminó por preguntar.

Él dió de una media sonrisa efímera, se pasó una mano por el cabello, gesto que hizo sonrojar a Lisa por la sensualidad en aquel movimiento tan simple.

— Me tocó verte varias veces en el hospital, no recuerdo con exactitud cuando fue la primera vez — habló pensativo intentando recordar — Fue interesante descubrir que estábamos en el mismo colegio, aunque también me dió miedo que ya supieras de mí y...

— ¿En el hospital?

— ¿Qué...? .... ¿De todo lo que dije te quedas con lo del hospital?

— ¿Qué hacías en el hospital?

— No lo sé, quizás estaba siendo atendido como el resto...

— ¿En el hospital?

— Mocosa estúpida — le dió un ligero golpe en la frente.

Ella se quejó rápidamente, pero comenzó a reír, notando que a él se le fue pegando de poco sonriendo junto a ella.

— Lisa — le habló con dulzura manteniendo de un brillo en sus ojos — Aún me gustas.

— ¿Por qué peleaste? — cuestionó ignorando de la reciente declaración.

El Ackerman suspiró poniéndose en pie, se sacudió el pantalón, ella se levantó junto a él, seguía siendo igual de bajo, sin embargo tampoco es como que ella fuera alta, se colocaron uno frente al otro, el joven metió sus manos a los bolsillos dando un aire despreocupado.

— Eren no me quiere cerca tuyo, le gustas a su amigo — comentó con desinterés — Me negué y peleamos. Él terminó peor.

— No deberías hacer eso.

— ¿Te gusta el cabeza de coco? — dió un par de pasos hacia a ella, reduciendo la distancia entre ambos.

— No... Levi, no tengo interés por ti.

Él la tomó del mentón obligándola a verla, rápidamente sus mejillas se tiñeron de carmesí.

— Haré que lo tengas, quiero gustarte al mismo nivel que el chocolate.

— Me sabe amargo.

— También el amor es amargo.

Ella sonrió, y él procedió a darle un beso en la frente con una dulzura, que provocó que si corazón se acelerará.

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Hello!!

He publicado One shots de BTS, para que pasen por ahí. Me ayudaría mucho si le dan una oportunidad.

Recuerden que tengo más historias que quizás sean de su agrado :)

One - Shots | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora