Capitulo 4
Rápidamente deje el celular a un costado.
Mi madre volvió con una taza de azúcar, y al ver a Zayn con la mirada en un punto fijo (nosotros) se percató también de nuestra presencia.
—¿Qué hacen ahí? ¡Vengan a saludar! —De mala gana, mi amigo y yo bajamos.
—¡Hola, soy Zayn!
Su agradable saludo difería con la resentida mirada que nos había echado segundos antes.
—Hola. —Saludamos desganados.
Mi madre le entrego una taza de azúcar.
—Muchas gracias señora Payne, Otra cosa, mi madre estaría gustosa de que usted y su familia.— Noté como me miro de reojo por un milisegundo. –Fueran esta noche a cenar a nuestra casa, si es que no tenían planes claro.
Su amabilidad era una máscara de papel, yo lo notaba, siempre había tenido ese sexto sentido.
—¡Nos encantaría, dile a tu madre que ahí estaremos!
—¡Genial! Debo irme, adiós señora.— Clavo sus fríos ojos en los míos. –Nos vemos Liam.
—¡¿Por qué debo ir?!
Me quejé caprichosamente con mi madre.
—¡Porque Trisha nos ha invitado a todos! A mí, a ti y a tu hermana. Así que deja de renegar y camina.
Llegamos a la puerta de esa enorme casa. Por más grande que fuera, me daba la sensación de que estaba vacía, muy vacía.
Trisha nos abrió la puerta antes de que mi madre tocara el timbre.
Ella lucia espléndidamente bien, se notaba que se había preparado para esa noche tal así como mi madre. Sin embargo Kate y yo vestimos normalmente.
Entramos a la sala, era espaciosa, solo unos pocos muebles y viejas pinturas la decoraban. Un detalle llamo mi atención, debajo de un cuadro que mostraba un espiral hecho de fuego, había una mesa igual a la nuestra. Eso no fue en lo que me puse a pensar, sino más bien en el espejo que nosotros teníamos sobre aquella mesa. En esa sala no había ningún espejo, ni siquiera uno pequeño. Si hubiera sido otra la situación, no hubiese prestado atención a algo tan tonto como aquello, pero mis sentidos e intuición se habían agudizado esos días.
Mientras me perdía en el absurdo pensamiento sobre espejos, Zayn bajo las escaleras con una sonrisa dibujada por la alegría que, seguramente, no sentía.
—¡Buenas noches! —Saludó a todos.
Estaba vestido como la primera vez que lo vi, con esa calurosa campera de cuero y pantalones rojos.
Cuando la cena concluyó, algo en mí se alegró de saber que me iría de allí, pero Trisha nos sorprendió diciendo que había preparado un postre. El simple hecho de que Zayn se levantara de la mesa y fuera hacia la cocina a buscarlo fue para mí una gran oportunidad.
Tomé mi teléfono y distraídamente fui hacia donde él.
—Con su permiso, voy al baño.
Me excusé al levantarme del asiento.
Entré por la puerta donde él había ingresado antes y me encontré en un pequeño pasaje donde sólo había otra puerta. La abrí un poco y divisé la cocina y a Zayn abrió la heladera, apunté con mi teléfono hacia él para hacerle la foto. Fue un gesto raro de mi parte, pero miré por todos lados para descubrir que allí tampoco había espejos.
El dejó el postre en la mesada y yo puse el aparatito hacia él, justo en ese momento el dejó de desempaquetar el postre que, desde donde yo estaba, se divisaba una deliciosa tarta. Zayn se quedó mirando unos segundos a la nada y luego siguió con lo suyo. Aproveché el momento y mire hacia la cámara, pero no pude ver nada, por que la puerta de la cocina se abrió bruscamente...