Cenicienta

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Imagina a una cenicienta rebelde sin Hada Madrina, que solo sueña con una casa en el campo como aquella en la vivió de pequeña.

Ahora imagínate a un príncipe encantador al que no le gustan las fiestas burguesas y prefiere escaparse al pueblo para bailar con la plebe

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Ahora imagínate a un príncipe encantador al que no le gustan las fiestas burguesas y prefiere escaparse al pueblo para bailar con la plebe.

Ahora imagínate a un príncipe encantador al que no le gustan las fiestas burguesas y prefiere escaparse al pueblo para bailar con la plebe

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Ellos dos comparten algo en común. Que quede en claro de  que no hablo del amor a primera vista, sino de una debilidad por el ron y una tendencia a tomar malas decisiones al estar borrachos.

Dejemos de lado el zapato de cristal y contemos lo que realmente paso entre esta alocada dupla. 

Y esperemos que la magia entre ellos no desaparezca pasada la media noche...

Cuentos que no son cuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora