Encuentro en el parque...

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Las colisiones, como las coincidencias son acciones que el destino maneja a través del tiempo a veces para unir dos almas que alguna vez sufrieron y claman por otra oportunidad... y otras por que sí...

ELyER G.

En New York,

La vida continuaba, pero para un chico castaño de ojos azul profundo el mundo había girado, había una luz diferente en su mirar, su taciturno actuar había girado unos pocos grados, aún había melancolía en su actuar, pero algo había cambiado, de eso estaba seguro Archie...

Archibald Cornwell, un guapo joven de diecisiete años, muy elegante en su porte, actuar y vestir, siempre andaba a la moda, con un carisma que atraía a las jovencitas como abejas a la miel, éste jovencito solía ser hasta escandaloso cuando algún nuevo comercio abría en el barrio y no dudaba en arrastrar a sus amigos para descubrir las nuevas atracciones comerciales.

Archie, como le llamaban sus amigos siempre vivió en New York, ahí nació, procede de una familia de regulares condiciones económicas, padres emprendedores que no permanecían en casa debido a sus trabajos, un hermano mayor, aficionado a los inventos de nombre Stear, quien es un año mayor a Archie, castaño, alto, ojos avellana enmarcados con gafas de aro oscuro, semblante amable y distante debido a sus pasatiempos, más relajado que Archie hasta despreocupado de su apariencia personal pues su afición a la física no da chance a mirarse al espejo, no aún, pues, como todos sabemos cuándo flechazo de amor traspasa el corazón a los chicos, estos cambian y empiezan a fijarse hasta de la menor pequita que aparece en sus jóvenes rostros y no se diga de su físico y vestimenta.

[suspiro Archie] vaya hoy estas sonriendo...

- cállate Cornwell, contesto Terry

- me vas a decir que tienes, pregunto Archie abrazando a su amigo, colocando un brazo sobre los hombros del castaño cuando ambos salieron de la cafetería del abuelo del último.

- No es algo que te interese, no pasó nada y punto, vámonos...

Sucedía que Terry siempre se despertaba a las cuatro de la mañana todos los días para ayudar a su abuelo Henry, en la limpieza del local y en la elaboración de café para los comensales de la cafetería, por lo que el castaño, ya a las siete de la mañana se encontraba uniformado y desayunando listo para otro día de colegio y era precisamente en ese momento cuando su amigo Archie hacia acto de presencia y con fuerte portazo hacía su espectacular ingreso al local.

- Por Dios jovencito, exclamo Henry al escuchar el portazo...

- No, otra vez, entorno los ojos Terry conociendo que el que entraba era su escandaloso amigo

- Buenos días Henry, se asomó a la barra Archie, levantando el rostro para apreciar el rico aroma que expedía el café

- Buenos días hijo, que vas a desayunar...

- Lo de siempre abuelo, dijo el aludido tomando una servilleta y metiéndosela en el cuello como babero.

- Jajajaja tu humor siempre pone el sol en este local hijo, palmeo Henry las manos de Archie que reposaban en el mostrador

- Y tu querido Terry...

- que opinas...

- pongo el sol también en tu día... -dirigiendo una mirada pícara con una sonrisa de lado Archie interrumpió los pensamientos del castaño-

- Ya quisieras... exclamo el castaño ojiazul, moviendo de un lado a otro su cabeza dejando una apenas mueca de sonrisa en sus labios...

- Ahhhhhh!!! Grito Archie

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