15. separados

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CAPÍTULO 15: SEPARADOS





—¡Sarah! ¡Sarah por favor!

Escuchó un llanto que no era el de Harry de niño, un llanto que jamás... 

—Maldita cosa... ¡Diffindo!

—¡AHHHHH!

Lo primero que vio fueron dos ojos grises que la miraban con preocupación, y de ellos brotaban gruesas lágrimas. Draco la abrazó con fuerza levantándola un poco del suelo. 

—¡Salazar, creí que...! En cuanto nos desaparecimos que caíste y tenías convulsiones y yo... Y el Horrocrux... no podía quitártelo. Estaba clavado, clavado en tu pecho. Te ha hecho una marca; lo siento, tuve que emplear un encantamiento seccionador para quitártelo. Además, te mordió la serpiente, aunque te he limpiado la herida y puesto un poco de díctamo que he invocado.

Sarah se apartó la camiseta y se miró. Tenía un óvalo encarnado sobre el corazón, en el sitio donde el guardapelo le había quemado la piel. También vio la marca de la mordedura, casi cicatrizada, en el antebrazo. Draco llevaba el Horrocrux colgado del cuello. Sarah se lo quitó y lo dejó en el suelo, a su lado.

—¿Dónde estamos? —preguntó la chica mirando a su alrededor. 

De nuevo los rodeaban decenas de arboles, y ella había estado tirada sobre la nieve. Se levantó muerta de frío y se sacudió la capa.  

—En el bosque donde se celebró la Copa Mundial de Quidditch —respondió Draco frotándole los brazos para que entrara en calor. 

—¿Cuánto tiempo ha pasado desde que hemos salido de casa de Bathilda? 

—¿Hablas de la casa en la que estaba la maldita serpiente? —dijo Draco—. Unas horas. 

—¡Tenemos que volver! ¡Harry tal vez siga allí! ¡Y Hermione! 

—¡No! ¿Sabes quién puede seguir allí también? ¡Quien-tú-sabes! 

—¡Me importa una mierda! ¡Podrían estar muertos!

Y entonces intentó desaparecerse pero no lo logró. Buscó su varita en los bolsillos. No la llevaba encima. 

—¿Y mi varita? 

—Potter y Granger se habrán podido desaparecer —aseguró Draco—. Los vi alejarse de la serpiente los dos juntos. 

—¡Dónde está mi varita! —gritó. 

—La tengo yo, ¿vale?, pero no voy a dártela para que vuelvas a ese lugar. 

Sarah soltó un grito de frustración y se tiró del pelo. 

—¡No tenías ningún derecho! ¡Es mi hermano y yo no me podía ir sin él! ¡Se supone que tengo que protegerlo! 

Draco dejó que Sarah le gritara todo lo que quisiera, y lo único que pudo decir para calmarla fue:

—Nos he traído aquí pensando en que como fue el primer sitio al que fuimos ellos vendrían también...

—¡Y qué crees que eso significa, si no han aparecido! ¿Y si están muertos? Oh, Dios mío... —Sarah dio unos cuantos pasos a la vez que se ponía blanca como la cera y el pánico la invadía como nunca antes— ¿Y si están...? ¿Y si están...? 

—No —Draco cogió el guardapelo del suelo, se lo metió en el bolsillo y avanzó hacia ella. La tomó de las manos e hizo que lo mirara—, no están muertos. Estoy seguro. 

—¿Có-cómo puedes estar seguro? —titubeó Sarah, cediendo a las lágrimas—. ¿Por qué no han venido aquí, entonces? 

—No lo sé, tal vez... —Draco pensó en algo rápido—. Tal vez a Harry le pasó lo mismo que a ti, se quedó inconsciente, porque esa mierda que te ha pasado antes tenía que ver con Voldemort, ¿verdad? 

SARAH'S LEGACY - DRACO MALFOY / SH#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora