CAPÍTULO 21: GRYPHOOK
Él se deslizaba al lado de Snape por los jardines, en dirección al lago.
—Me reuniré contigo en el castillo dentro de poco —dijo con su aguda e inexpresiva voz—. Ahora vete.
Snape asintió y echó a andar de nuevo por el sendero, la capa negra ondeándole detrás. Él caminó despacio esperando a que la figura de Snape se perdiera de vista. No convenía que el profesor, ni nadie, viera adónde iba. Por fortuna no había luces en las ventanas del castillo, aunque bien pensado él podía ocultarse... Al cabo de un segundo se había hecho un encantamiento desilusionador que lo volvió invisible incluso a sus propios ojos.
Continuó caminando alrededor del borde del lago, contemplando el contorno de su amado castillo, su primer reino, el territorio sobre el cual tenía un derecho indiscutible...
Y junto al lago, reflejada en las oscuras aguas, se hallaba la tumba de mármol blanco, una innecesaria mancha en el familiar paisaje. Sintió otra vez aquel arrebato de euforia controlada, aquel embriagador afán de destrucción, y levantó la vieja varita de tejo... ¡Qué adecuado que ésa fuera su última gran actuación!
La tumba se rajó de arriba abajo; la figura amortajada era tan alta y delgada como lo había sido en vida. Voldemort levantó de nuevo la varita.
Entonces se desprendió la mortaja. La cara estaba traslúcida, pálida, demacrada, y sin embargo casi perfectamente conservada. Le habían dejado puestas las gafas en la torcida nariz, y eso le inspiró irrisión y desdén. Dumbledore tenía las manos entrelazadas sobre el pecho, y... allí estaba la varita, entre sus manos, enterrada con él.
¿Qué se había creído aquel viejo idiota? ¿Que el mármol o la muerte protegerían la varita? ¿Tal vez que al Señor Tenebroso le daría miedo violar su tumba? La mano con aspecto de araña descendió en picado y arrancó la varita de la presa de Dumbledore, y al hacerlo una lluvia de chispas salió de su punta, centelleando sobre el cadáver de su último propietario, lista para servir, por fin, a un nuevo amo.
Lo primero que vio Sarah fue una luz intensa a su lado, que le daba en la cara y la calentaba a la vez que desconcertaba un poco. Movió un poco las manos notando algo suave debajo de ellas, y pensó que aunque su muerte hubiera sido bastante dolorosa, ahora estaba en la gloria, y no sentía dolor alguno. Estaba como en una nube, sentía que su cuerpo era aire, que si se lo proponía podía volar.
Pero al abrir los ojos realizó que no estaba en nada parecido al cielo, sino recostada y contemplando un techo blanco. Al incorporarse en la cama en la que estaba también se dio cuenta de que sí que sentía dolor, como si todos los músculos de su cuerpo le pidieran a gritos que por favor no se moviera, que ni se le ocurriese levantarse. Pero ella ya había entendido que no estaba muerta, y no tenía ni idea de dónde estaba.
—¡Harry! ¡Harry! ¡Draco!
La puerta de madera, al otro lado de la pequeña habitación se abrió de golpe y por ella entró la mujer más hermosa que Sarah conocía.
—¡Ah, estas despiegta!
Fleur Delacour caminó resuelta hacia ella, sacudiendo su cabellera plateada y cargando unas mantas.
—Oh, no, no te muevas, Sagah —dejó las sábanas al pie de la cama y con un brazo la echó delicadamente de nuevo sobre la almohada—. Has pegdido mucha sangue, no debes movegte.
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SARAH'S LEGACY - DRACO MALFOY / SH#2
FanfictionEl destino por el que el Sarah Potter estaba marcada acaba de dar un giro de 180 grados. Para embarcarse en la mayor y más peligrosa aventura vivida hasta ahora, Sarah se ve obligada a perdonar al amor de su vida. Sin él, no se siente capaz de parti...