Capítulo 13: Escuela de Hipermagia

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El escape de la hipermaga fue el momento más duro que pudo pasarle en su vida, de misma manera que alivio, pero no se comparaba al forzamiento que le hacían los maestros por sus estudios. Su amigo Solaris la ayudó a poder escapar de ahí, se sacrificó por su libertad, y no le importó el castigo que le pudieron haber hecho los maestros.

Tras estar en libertad, Slesseri tuvo bastante cuidado en exhibir su presencia en la ciudad de Astrub, ya que pueden localizarla con facilidad, regresándola a donde ellos consideraban que tenía que permanecer. Aunque no se notaba, la hipermaga tenía varias dificultades de hacerlo, incluso en algunos momentos que estaba con los luminadores por Astrub, principalmente el centro siendo la ciudad. Hubo momentos que la guardia de la escuela estaba presente en la ciudad, haciendo lo posible para ocultarse de ello, y así fue durante un año.

No todo iba a durar como siempre, el descubrir de los maestros de su localización llegaría en cualquier momento, como ahora.

Slesseri se encontraba en su habitación, que fue un almacén de libros antiguo, que ahora está decorado y ordenado con variedad de sus cosas que obtuvo a lo largo que estuvo presente en Astrub, principalmente en las misiones de mercenario. Estaba usando algunos de los libros que encontró en el Bibliotemplo que se trataban del conocimiento acerca de la magia cuadrimental de los Hipermagos, ahí podía ver el cómo controlarlos mucho más fácil y equilibrado. No era lo único que estaba practicando, también la manipulación de su otro hechizos elementales, tratándose de la luz.

Ella estaba totalmente concentrada en lo suyo, cuando de repente apareció algo por su ventana, que le quitaría la concentración en su cuerpo. Se trató de una esfera de luz, tal como las que hace con sus movimientos de luz; le pareció algo realmente extraño, nadie más que los Hipermagos controlan la luz, y no había visto alguno en todo Astrub, extrañamente veía uno, y la mayoría era la guardia real de la escuela de hipermagia en la Isla Rok.

Dedujo que se trataba de sus maestros, no había otra manera de que fuese otra persona.

— ¡Maldita sea! —Maldijo la hipermaga, dejando caer sus brazos, retorciendo ligeramente la columna hacia delante, con un rostro realmente molesto como su estado de ánimo—. ¿Acaso podría ser peor? —Cuestiona retóricamente, acercándose a la esfera de luz con mucho enojo.

Alzo la mano hacia delante, ligeramente hacia arriba para poder tocar aquella luz, y en ello quedo levitando por unos segundos en su palma, para luego desvanecerse y sacar una carta misteriosamente. La carta estaba sellada con el logo de la clase hipermaga, siendo la balanza cósmica, teniendo un color brilloso y dorado. Ya que el sobre había caído en sus manos, inquietantemente con una mano sujeto aquella carta, mientras que la otra quitaba el sello para abrirla; en ello pudo sacar una hoja de papel, que llevaba un escrito, suponiendo que era parte del gran maestro, el maestro principal de la organización de los profesores de la escuela.

— *Quejido* Así es, tenía que ponerse peor —Retuerce los ojos, mientras tenia la nota cargada con ambas manos, con mucho agobio en ella.

Aquella carta decía lo siguiente...

Estimada Slesseri Luxent

Te informamos que has sido localizada gracias a la guardia que mandamos hace unos días a la ciudad, por lo que no te queda otra opción que darte por vencida y regresar a donde perteneces. Hoy por la tarde, alguien que conoces que cometió un acto insensato y sin arrepentir vendrá a recogerte para trasladarte a la escuela.

Si no cumples estas órdenes que plasme en esta carta, me temo que te devolveremos aquí de una manera más forzosa. No querrás eso, y yo tampoco.

Espero tu presencia en la Isla Rok

Att.

El Gran Maestro.

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