1. El comienzo de todo

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El molesto despertador sonó hasta dejarla sorda, tomó su teléfono con cansancio y deslizó el dedo sobre la pantalla hasta apagarlo. Pero... enfocando un poco mejor... se dio cuenta de que era la segunda vez que le daba "posponer" lo que más o menos eran... unos veinte minutos.

-¡Maldición!-Se levantó con rapidez de la cama envolviéndose en la sábana y cayendo de bruces, se levantó ignorando el dolor y se alistó rápido con tal de salir de una vez de su casa, rompería su propia marca de dos semanas consecutivas de llegar al filo o tarde. Una vez más significaba una suspensión del club De volley al cual... tal vez no era tan mala idea faltar. Estrelló las palmas contra sus mejillas para reaccionar lo que la devolvió a la realidad para seguir alistándose. Bajó rodando por las escaleras, su madre miró divertida.

-¿Tarde de nuevo?-La azabache miró con un puchero a su madre.

-Pudiste haberme despertado mama...-Su madre negó,

-Así no aprenderás a ser responsable nunca-Saco una manzana del tazón y corrió con los zapatos en la mano.

-¡Me voy!-Su madre rio una última vez en lo que Sakari ya estaba afuera poniéndose sus zapatos, afortunadamente la escuela no era lejos, principalmente creía que ahí iniciaba su maldición, no importaría que viviera al lado, nunca llegaría a tiempo.
Corrió a una velocidad alarmante por unos minutos logrando llegar y suspiró con calma, eso había estado muy cerca. Se cambió de zapatos en la entrada y subió a su piso ingresando al salón de primero avanzado, sus calificaciones eran buenas no iba a mentir. Una castaña la miró divertida ingresar e hizo que se sentara para poder retirar una rama del cabello de Sakari que ahora estaba deshecho.

-¿Cuando aprenderás?-Dijo riendo.

-Lo siento mucho... afortunadamente llegue a tiempo-Mai le sonrió asintiendo.

-¿Irás hoy a entrenar?-La azabache hizo una mueca y asintió.

-No puedo... no hacerlo.

-Si puedes, solo que no quieres Izumi-san...

-Mai... sabes lo importante que es para mi...-La de ojos color miel bufó.

-¿Para ti y quien más?-El profesor llego en buena hora zafando de la charla a la azabache.

(...)

A pesar de irle bien en la materia no la toleraba, no le gustaba ninguna ciencia. Finalmente las clases habían concluido dejando tiempo para escapar un momento. Estando a centímetros de abrir la puerta se detuvo poniéndose a pensar si valía la pena. Llevaba unos meses de primer grado en los que no había logrado conectar en ningún momento con su equipo, todas eran mayores y no confiaban en ninguno de sus ataques, lo cual la molestaba ya que siempre intentaba dar el punto ganador, siendo armadora intento encontrar las fallas en las técnicas del equipo para así poder mejorarlas pero no, se negaban a colaborar; por eso primeramente, y segundo, nunca se presentaban, el lugar estaba vacío todos los días, tanto en el entrenamiento matutino como en el después de clases... no es Justo. Nadie parecía querer jugar, si todas estaban ahí era por mera obligación o por el simple hecho de poder decir "pertenezco a un club" a excepción de la capitana, que defendía a Sakari aunque... al estar en tercer año se le dificultaba ir a todas la practicas debido a que decidió poner sus estudios primero, lo cual dependiendo de quien lo mire, era mas inteligente. Suspiró y abrió la puerta encontrándose con lo que temía, un silencio que rebotaba en toda la cancha. Tiro su bolsa por alguna parte y sacó un balón atacando con toda su fuerza a la pared.

-Esto...-Tiro contra el piso haciendo que vuelva hacia su mano-Es igual...-repitió la acción-A cuando estaba en secundaria-Tiro con más fuerza el saque haciendo un gran escándalo al estrellarse contra el depósito. En secundaria ella tenía una pasión abrumadora por el voleibol ¿por que? Sencillo, su mamá era jugadora en Karasuno; capitana del equipo a su edad, lo cual la hacía querer seguir sus pasos; pero... en ese entonces ocurría algo similar su "equipo" después de estar un año entrenando y ella tratando de juntarlas le confesaron que su verdadero propósito de estar en ese equipo era el poder estar cerca al equipo masculino, lo cual la dejó decepcionada... pensó que sería distinto pero esa falta de aprecio al deporte hablaba por sí sola. Sakari al enterarse empezó a ser más dura, remarcaba sus errores de forma que se les quedaran calcados en la frente. Pero solo quería que se esforzaran; aunque igual quedó marcada de por vida por ser intensa y con un terrible deseo por la victoria, digo... ¿quien no? eso era lo que ninguno de sus dos equipos logró entender... apretó los puños.
La puerta se abrió sorprendiéndola.

-¡Siento llegar tarde!-La capitana ingresó con su característico entusiasmo y dejó su bolsón por ahí poniéndose en posición.

-Yui-san...-La pelo corto sonrió-Las demás...

-Era de esperarse... deben de estar ocupadas.

-Pero... el partido es en poco tiempo ¿como se lo pueden tomar tan a la ligera? Si yo pudiera jugaría...

-¿Sola? De eso no consta un equipo... Sakari-Chan... debes ser paciente, eres bastante hábil, se que lograrás abrirte espacio y destacar. Ten paciencia-La azabache asintió mordiéndose la lengua, tenía mucho más para decir...-A pesar de que tu equipo no mostraba interés alguno lograron ser uno de los mejores, y tú destacaste por ello, seguro que estaremos listas para el partido.-suspiró pesado y asintió. El teléfono de Yui sonó ella lo ignoro pero volvió a sonar, rendida se levantó a contestar enterándose de que había ocurrido un error con sus notas. Se acercó a la chica y se disculpó inclinándose.-Discúlpame... ¿por que no vas a casa temprano hoy? Los exámenes están cerca, estudiar te hará bien-La azabache fingió una sonrisa.

-Seguro-Se despido con la mano y arrojo las llaves para que Sakari cerrara todo. Tiro los balones con enojo, no entendía que tan difícil era ponerle dedicación. Cerró todo y antes de irse paró en el baño para arreglarse se miró al espejo recogiendo su cabello en un moño deshecho con algunos mechones cayendo por su frente y cuello, esto no sería todo, seguiría entrenando. Miró fijo al espejo haciendo que sus ojos oscuros se asimilen a los de un gato... salió del lugar con los pensamientos revueltos, el voleibol si era un pasatiempo pero... para Ella significaba más que eso, era algo en lo que le gustaba estar, su altura favorecía, era junto a Aihara-senpai la más alta con casi 1.70. Escuchó un gran grito que le llamo la atención corrió hasta ahí viendo que era en el área del gimnasio masculino. Un ataque demasiado potente se llevó a cabo.

-Eso... Eso es un ataque rápido... pero... es muy diferente a los otros...-Miró asombrada al pequeño pelinaranja capaz de hacer tan fantástico salto y al hábil armador que había guiado a la perfección la pelota contra la mano del chico.-Asombroso...-Habia logrado elevar su moral hasta el cielo con tremendo ataque, quería ser parte de eso, quería llegar a un club así... se dio la vuelta quedando frente a frente contra un tipo bastante alto de cabello rubio sujetado con unas bandas y de un chándal rojo. Se inclinó ligeramente frente al tipo.-Discúlpeme, no era mi intención.

-Descuida...-Dijo haciendo viscos, creía conocerla de algún lado, pero antes que se diera cuenta la chica ya había desaparecido; Ukai se encogió de hombros e ingresó para ver a sus pupilos.

Sakari practico recepción contra la pared hasta que las muñecas le ardieron.

-¡La cena esta lista!-Gritaron desde adentro y ella entró algo cabizbaja. Saludo a su padre y se sentó a la mesa a comer en silencio. Aquel encuentro le resulto raro, creía conocer a aquel tipo, finalizada su comida sacó una caja del cuarto de sus padres que contenía recuerdos... entre otras cosas. El álbum de fotos de Karasuno de ese entonces apareció, lo abrió hojeando cada una y llego a su objetivo.

-Pero claro... Ukai Keishin. Jugó para Karasuno en el equipo masculino de esa época, fue compañero Hino... hmmm le queda el cambio de look. Nieto de Ikkei... así que ahora entrena a los nuevos campeones. Fabuloso...-dejo todo en su lugar y fue a su habitación lanzando la pelota por encima de su cabeza evitando que cayera. Una idea alocada cruzó por su mente... no sabía si funcionaria o si Ukai aceptaría pero... no. De seguro tenía sueño para pensar en cosas tan alocadas, se espabiló intentando dormir, las preliminares del inter high estaban a la vuelta de la esquina. No fallaría, no esta vez.





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¿Rivales?                                Kageyama Tobio y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora