8. Reconciliaciones

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Tres semanas de silencio, entre Kageyama y Hinata principalmente.
Sakari había dejado de ir a los entrenamientos excusándose con que tenía cosas del club aún pendientes, la de largo cabello azabache observo por la ventana con todo en la mente revuelto, estas semanas habían sido un constante altibajo, ella creyó que que cuando el chico se fuera hace una semana exactamente las cosas estarían mejor, sin embargo no, todo había empeorado. Días atrás al verse en los pasillos solo pasaban de largo o fingían haber olvidado algo para ir en otra dirección, pero claro, teniendo un carácter tan obstinado y un orgullo tan grande quien diera el primer paso era digno de admiración, de cierto modo ella extrañaba al equipo, tontamente se había estado escabullendo de ellos dando excusas y demás con tal de no asistir y... principalmente no verlo. Escuchar de la boca de el lo que ella alguna vez dijo le sonaba tan... hiriente, notó lo estúpido que se escuchaba. Y al final no lograba hacer las pases ni con su equipo ni con el pelinegro...

-Otra vez estás deprimida...

-¿Deprimida? ¿Que dices?-Su amiga de la infancia se compadeció de la azabache y puso con delicadeza una mano en su cabeza.

-Estás distraída... la clase acabo hace varios minutos-Sakari levantó la cabeza mirando el salón totalmente vacío. Maldijo levantándose.

-Gracias, me tengo que ir.

-¿Por que no hablas con el?-Frenó en seco y se giró sacia Mai.

-¿D-De quien hablas?

-Hablo de Kageyama-san... se ve que su discusión te ha afectado demasiado.-Ella se mordió el labio apretando el tiro de su bolso.

-Ese idiota... no estuviste ahí... fue demasiado...-Sacudió la cabeza, aún mantenía los ojos oscuros del muchacho sobre los suyos cargados de odio y hasta hacía pensar que era hacia ella.-No te preocupes por mi. El no es mi problema.

-Entonces habla con tu equipo. Hace meses que ignoras los entrenamientos y a Yui, ten en cuenta que tu también estás en un club, y tanto como ellos tú también debes de prepararte para la competencia de primavera-Chasqueó la lengua. ¿Por que la verdad tenía que ser tan dura?

-E-Estoy trabajando en eso... ¿de acuerdo?-Miró el reloj que tenía la pared y fue hasta el umbral de la puerta-Se me hace tarde, me voy.

-Si ese chico te importa tanto... debe ser por que vale la pena-La azabache miró hacia afuera ocultando su vergüenza y sin decir más se fue, no quería seguir discutiendo ese tema, le molestaba. Corrió entre los pasillos y llegó hasta su casillero de donde sacó el paquete con el nombre de la academia, sonrió de verlo intacto y se dirigió con calma hacia el estadio del equipo femenino de Karasuno, según hoy no tenían entrenamiento así que solo lo dejaría ahí y se retiraría, pan comido.
Empujó la puerta llevándose una sorpresa; todo el equipo reunido frente a ella practicando, miró anonada, la capitana fue hasta su lado y la saludó emocionada.

-¡Izumi-Chan! ¡Has vuelto!-Miró petrificada a las del equipo que solo la miraban con sorpresa. La chica se inclinó frente a todas ellas sorprendiéndolas.

-¡S-Siento haber faltado!-La capitana sobo su espalda y sonrió nuevamente.

-Ya ya... tranquila, me parece que te sentiste obligada a hacerlo.-Miró con impresión a su líder-Como capitana yo debí de preocuparme más por ti, más por el equipo y animarlas a seguir juntas ya que eso es lo que mantiene unido al grupo.-Sus ojos oscuros brillaron al verla

-¡Y-Yui-san!-Gritó conmovida, el equipo se acercó con lentitud aunque más Mao y quedando enfrente de ella dijo:

-Disculp...-La azabache reaccionó agachándose ella enfrente al equipo y gritó:

¿Rivales?                                Kageyama Tobio y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora