𝟨| 𝖲𝖺𝗅𝗏𝖺𝗋𝗆𝖾 𝖽𝖾 𝗅𝗈𝗌 𝖽𝖾𝗉𝗋𝖾𝖽𝖺𝖽𝗈𝗋𝖾𝗌

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Lx Aᴍᴇʀʏ

—Bueno, la cosa es que el tío le mira mal y le pregunta, ¿pero tú has visto algún ukelele en tu vida?—

Alex y yo empezamos a reír después de que me hubiera contado una anécdota sobre Jake en la universidad.
Había arreglado la furgoneta hacía media hora, y habíamos ido a tomar algo a la terraza de un bar. Era un chico muy agradable.

—Tu hermano era de otro universo—dijo aún riendo.

—Si, es verdad—asentí—Le echo mucho de menos—

—Tiene que ser duro—me miró algo melancólico—Ni me lo imagino—

—Bueno, no te acostumbras, pero al cabo de los meses va doliendo menos, y en lugar de llorar por que ya no está, te alegras porque al menos pudiste conocerle—

Alex asintió mirándome, en silencio, comprendiendo lo que quería decir.

—¡Alexia!—

Me giré bruscamente hacia la calle al escuchar la voz de JJ.

—Oh, hola, JJ—le saludé.

—¿Dónde te habías metido? Liam lleva cuarenta minutos buscándote—se cruzó de brazos—Pensábamos que te había pasado algo—

—Joder, lo siento—me levanté—No me di cuenta de la hora que era. Mierda, va a matarme—

—¿Qué ocurre?—preguntó Alex, desorientado.

—Él es JJ—le presenté al rubio—JJ, él es Alex. Era amigo de mi hermano—

—Encantado—sonrió el moreno.

—Si. Igualmente—dijo, y luego me miró—Tenemos que irnos—

—Ya, claro—asentí—Espero que podamos quedar otro día—le dije a Mitman.

—Cuando quieras—asintió él—No te preocupes por las bebidas, yo lo pago—

—Vaya, gracias—sonreí—Adiós—

JJ y yo nos alejamos caminando del bar, hasta la furgoneta. Una vez dentro, él empezó a conducir, en silencio.

—¿Qué te pasa?—le pregunté.

—Nada—

—Vamos, JJ—inquirí. Era obvio que algo le molestaba.

—Estaba preocupado—respondió—Esa manía tuya de salir sin Liam...—negó con la cabeza—No deberías hacerlo—

—Tienes razón, pero tampoco es para tanto—

—Ward está suelto, Alexia, y Topper también. El primero tiene 400 millones de dólares, y el segundo te amenazó directamente—

—Lo sé, JJ, pero cálmate. No volveré a salir sin Liam, ¿vale?—

—No quiero que te pase nada—

—Lo sé—asentí—No te preocupes, tendré más cuidado—

El rubio relajó un poco su mueca, pero aún se le notaba preocupado. Aún así, no quise preguntar más. Ya iba a tener bastante con Liam.

Y hablando de él, nos esperaba en la casa de John B, en el porche, de brazos cruzados y ceñudo. Murmuré un allá vamos y salí de la furgoneta.

—Antes de que digas nada—levanté la palma derecha al ver que empezó a caminar hacia mi—Solo iban a ser diez minutos—

—Eso me da igual—dijo él—Cinco minutos sobran para que te pase algo—

—Lo sé, lo sé—asentí—Soy una inconsciente, todo esto es por mi y no vas a volver a permitirlo. Venga, ¿puedo entrar ya en casa?—

Liam soltó un bufido.
—¿Te das cuenta del peligro que corres?—

—Yo corro peligro solo por existir—respondí—En cualquier lugar, en cualquier momento. Y créeme, siempre voy alerta, con los cinco sentidos a punto, inconscientemente. Como si fuera una gacela rodeada por leones, Liam, conozco perfectamente mi situación—

—¿Y por qué no nos dejas ayudarte?—

—Porque a todo aquel que se acerca a mi, para salvarme de los depredadores, se lo terminan comiendo—

Fruncí el ceño y entré en casa.
Pope y Kiara estaban en el salón, con John B.

—Hey, Lex—me saludó la chica.

—Hola Kie—sonreí—¿Pasa algo?—

—Bueno, como ya llevamos tres semanas aquí desde que denunciaste a Ward...—empezó a hablar ella, y yo asentí.

—Queréis poner el plan en marcha—terminé por ella—Bien—

—¿Alguna idea?—preguntó Pope.

—Bueno, aún lo estoy pensando. Esta vez no improvisan, lo tienen todo calculado, así que será mucho más difícil—

Mi móvil empezó a sonar de repente, sobresaltándome un poco.

—Un momento—me disculpé y cogí el teléfono—¿Si?—

Alexia—era una voz suave. Quién fuera que hablara estaba susurrando.

—¿Quién es?—pregunté.

Soy yo, Jazzlyn—

—¿Jazz? ¿Estás bien?—

Tenías razón, Alexia, papá y mamá no son buenos. Están planeando algo. Algo muy malo, pero no sé exactamente qué es—

—Espera, Jazz, tranquila, ¿vale?—dije, ya que la notaba muy nerviosa—¿Quieres que te saque de allí?—

No—negó—Yo puedo ayudar desde dentro. ¿No lo entiendes? Esto es muy gordo—

—¿Cómo sabes tú eso?—fruncí el ceño.

Les he escuchado hablar—respondió—Sobre un proyecto... para acabar con los poges—

—¿¡Cómo dices!?—

No puedo hablar ahora. Tengo que colgar, pero te llamaré por la noche para contarte todo—

Oye, Jazz, ten cuidado ¿vale?—

Si, claro—dijo, y colgó.

¿Acabar con los poges? ¿Qué coño?

—Lex, ¿ha pasado algo?—preguntó Kie, y yo me giré hacia ellos.

—Aún no—negué—Pero creo que está a punto de pasar—

𝖥𝗂𝗋𝖾 [𝖩𝖩 𝖬𝖺𝗒𝖻𝖺𝗇𝗄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora