Capítulo 8

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- ¿Qué buscas lograr con eso? - me pregunta mi padre molesto. 

Estoy sentado en el sofá de la casa de mis padres, cruzado de brazos. Mi padre está parado enfrente mio, a su lado mi hermano y en la otra punta del sofá mi madre. 

Miro a Damiano. - ¿Es que tenemos seis años, que vienes con el cuento a nuestros padres? 

- No les vengo con el cuento, les comparto mi consternación y preocupación. 

- ¿Qué problema hay con que haya contratado al tío de Gabe? 

- No nos mientas Niccolo, no es su tío. - dice mi padre. 

- ¡Es su tío! - grito molesto. - ¿En qué diablos cambia que sea su tío o su primo? 

- ¿Con que necesidad contrataste a alguien de su familia? - dice papá. - ¡Deberías tener el menor contacto posible! 

- Sin mencionar lo obvio, que es que es el calco de Gabriel. - dice Damiano. 

- Les recuerdo que su hermano es el novio de Nate, además de también ser mi amigo. 

- Es que, honestamente no lo entiendo. - continua mi padre. - ¿Es por eso que has estado actuando así estos días? ¿Estas dejando que ese chico influya en ti? ¿Estas tratando de demostrarle algo? ¿Qué sigue un piercing y tatuarte los brazos como ese chico? 

Lo miro confundido. - ¿Como sabes que tiene tatuajes? - pregunto extrañado. Mi padre me mira callado, sin saber que decir. Le dedica una mirada rápida a mi hermano. Miro a Damiano. - ¿¡Lo has llevado al restaurante a que lo vea!? ¿¡Enserio!? Pero es que Damiano, en verdad no me lo creo. El vieja chusma te queda chico. 

- ¡Es que no me creía! - dice Damiano a la defensiva. 

- No creía haber criado a un hijo tan idiota. - dice papá. 

- ¡Basilio! - lo regaña mi madre molesta. 

- Lo lamento. No creía haber criado a un hijo tan cabeza de chorlito. - reformula mi padre. 

- ¿Cuando dejaran de meterse en mi vida y en las cosas que hago? - digo molesto. - Es mi restaurante y contrato a quien se me canta la gana. 

- ¡Ves! Ya estas hablando como él. - dice mi padre. 

- ¿Es que también has hablado con él? - digo. 

- No, pero... - dice.

- Ja. - dice Gianni burlón pasando hacia la cocina. - En realidad, Pierre es bastante divertido.

- ¡Ven! - digo. 

- ¡Lo dice Gianni! - dicen mi padre y Damiano a dúo. 

- ¿Es con él con quien estabas la otra noche? - pregunta Damiano. - Porque era obvio que Bea estaba mintiendo. 

- No, de hecho, estaba con un barman que conocí hace unas noches atrás, tuvimos sexo en su cama y me desperté ahí a la mañana siguiente. 

- ¡Niccolo! - me regaña mi madre. - No hables así. 

- ¿No hacia ni una hora que terminaste con Ciro y ya estabas con otro? - dice mi padre. 

- No estamos en el siglo XX papá. - digo. - Además, si dejaran de ver lo que ustedes quieren ver, hubieran notado que con Ciro las cosas no marchaban bien, de hecho nunca marcharon bien. Por eso sigo enganchado a un imbécil que conocí de adolescente. 

- Así que admites que es un imbécil. - dice mi padre. 

- ¿Quien no lo es? - digo. 

- Y que sigues enganchado. - dice Damiano. 

La Receta del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora