Capítulo 35

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- Muy bien, ya estas listo. - digo cuando termino de ponerle la crema y le pongo su piluso celeste con barquitos. 

- Tío, palezco casper. - se queja. 

- Lo siento bodoque, pero el protector solar no es negociable. - digo. - Sin eso y el gorro no vamos a ningún lado. Si quieres nos quedamos en la casa y no vamos a la playa. 

- No, no. - dice. 

- Eso creí. - digo. - Ahora ve por tu mochila, que yo iré por tu padre. ¿Dónde está? 

- En la habitación. - dice. - Dijo algo de que quiere un ricotil, ¿que es eso?

- Rivotril. - le corrijo. - Algo de grandes, no lo repitas. - me dirijo a las escaleras y subo. 

Cuando entro a la habitación, lo veo tirado sobre la cama, boca abajo, con todas sus cosas desparramadas por todos lados. 

- Quiero morir. - dice. 

- Te dije que te caeria mal si te terminabas el tiramisú en una noche. - digo mientras voy juntando la ropa que está en el suelo. 

- No, no es eso. - dice desanimado, me extiende un papel. 

- ¿Que paso? - pregunto, agarró la hoja. 

- Antes de salir del departamento agarre toda la correspondencia y la metí con mis cosas del trabajo, esa carta estaba entre los cupones de pizza. 

Leo la carta. - ¿Qué es? ¿Una autorización? - pregunto sin entender mucho, ya que está en francés. - Tendrás que darme una mano, porque mi francés está bastante oxidado. 

Suspira. - Le envíe eso a Amy hará un mes atras. - dice. - Sobre que me deja la tutela por completo a mi. Lo hice solo para asustarla y que volviera, pero lo firmo. 

- ¿¡Qué!? - no puedo evitar decir. 

- Si. - dice Pierre muy desanimado. 

- Carajo. 

- Sé que no le gustaba mucho el ser madre y que no le interesaba hacer vida de familia, pero no creí que se deshiciera así tan fácil de nosotros. Es decir, pensé que habíamos formado un vínculo, no uno de amor, pero, un vínculo igual. 

- Pierre... - digo. - La conociste en una orgia. 

- En una fiesta sexual, de hecho. - dice. 

- ¡Es lo mismo! - digo. 

- Claro que no. - dice. - Pero, ese no es el punto. - suspira. - ¿Qué le digo al bodoque? 

- ¿Que le vienes diciendo últimamente? - pregunto. 

- Que está de viaje por trabajo. - dice. - Puedo decirle que el avión tuvo un aterrizaje de emergencia en una isla de Tailandia, y ahora su madre tiene que quedarse ahí hasta que pueda repoblar la isla con los habitantes que mató el vuelo 180. 

- Muy divertido. - digo. - Tranquilo, ya pensaremos en algo. Ahora vamos, que está esperándonos abajo. 

- Sabes, siempre fuimos él y yo, pero, su madre es su madre. - dice. 

- Seguro volverá. - digo. 

- Creeme, conozco a Amy, no lo hará. - dice. 

- Vaya madre te buscas tú también. 

- No fue el mejor momento de mi vida, lo voy a admitir, pero ese bodoquito hizo que lo valiera. 

- Lo sé... - digo con una sonrisa apenas. 

Se para. - Mejor me voy a cambiar. - dice. - Viene hablando de ir a la playa desde hace semanas. - se encamina hacia el baño. 

Yo sigo juntando su ropa del suelo y la voy metiendo en su valija, que se encuentra abierta sobre una silla. Veo algo dentro que llama mi atención. Entre la ropa veo un sobre transparente con papeles y sus pasaportes, pero lo que llama mi atención, es que entre los papeles distingo que se asoma mi cara. Agarró el sobre y veo que hay fotos mías, de cuando era más joven. 

La Receta del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora