Pierre
- Claro que no. - dice Bea seria. - No dejaré que él se encargue de Nic. Esto no es una tontería, es algo serio.
- Yo se como ayudarlo. - digo.
- No, no lo harás. - dice ella. - Te lo repito, no te dejaré.
- ¿Y quien eres tú para decidir que se hace o no con mi hermano? - dice Gianni de mal modo.
- ¿En serios dejaras que él, que es un perfecto desconocido, sea quien decida que hacer con Nic?
- ¿Por qué no? Sabe que hacer, conoce del tema y dudo que quiera hacerle daño.
- En serio solo busco ayudar. - digo. - Antes que se empeore.
Bea me mira. - ¿Y como es que sabes tanto? Si se puede saber, ¿acaso tienes una maestría en trastornos de la personalidad?
- Alguien cercano a mi lo tiene. - digo vagamente. - Y como cualquier persona a quien le interesa sus afines me tome el trabajo de investigar.
- ¿Acaso tú sobrinito te paso el machete que se hizo cuando jugaba con mi amigo?
- ¡Beatrice! - grita Gianni enojado.
- Te dejare algo en claro lindura. - digo. - Yo hablo por mi mismo, actúo por mi mimo y pienso por mi mismo también. No me responsabilizo de las acciones de los otros, por más cercanos que sean a mi. Si tú padre empuja a alguien por las escaleras, ¿como es que eso es tú culpa? Si ni siquiera estabas ahí y no conocías a la persona en cuestión.
- No hablemos de personas teniendo accidentes. - dice Gianni. Mira a Bea. - No te estoy pidiendo autorización, ni consejo. Simplemente te estoy pidiendo que hagas tú maldito trabajo y te quedes de encargada mientras con Pierre llevamos a Nic a casa.
- ¿Y que demonios hago si llega a venir tus padres o tus hermanos?
- Mis padres con el tema que se van a Sevilla están con el embalaje de las cosas, mis hermanas vienen cada tanto y siempre avisan, y Damiano se fue ayer.
Ambos quedan en silencio, mirándose.
- Si esto sale mal por culpa de encantador, que te quede en la conciencia que fue por ti.
- No es necesario las malas vibras Beatrice. - dice Gianni. - Mi hermano va a estar bien, porque el siempre lo está.
- Bien. - dice cortante y seria. - Si ustedes quieren hacerlo, yo me encargo del restaurante. Ya quiero ver que van a hacer para lograr que quiera irse a su casa.
Vuelve a entrar.
- ¿Sabes como hacer eso? - le pregunto.
- Yo me encargo de eso, tú de lo demás. - dice. Asiento afirmativamente. - Lo que si, necesito que lo distraigas.
- ¿Como?
- Tan solo háblale, mientras hago lo que voy a hacer.
- ¿Qué vas a hacer? - pregunto extrañado.
- Ya vas a ver. - dice. - Vamos.
Ambos entramos y nos dirigimos hacia la cocina, donde está Nic. Gianni se detiene y me frena a mi antes de entrar.
- Ve tú primero. - dice en un susurro. - Que quede de espalda a la puerta, así no ve entrar.
Entro a la cocina. Veo que sigue cocinando, mirando de frente a la puerta.
- ¿Que tal vas con eso? - pregunto acercándome.
- Oh, muy bien. - dice animado.
- ¿Quieres que vaya lavando eso? - le pregunto, refiriéndome a los utensilios que no está usando.
ESTÁS LEYENDO
La Receta del Amor
Roman d'amourTú primer amor de la adolescencia se casa, dejándote con el corazón roto. De vuelta en tú pueblo vas a tener que aprender a vivir con que hay amores que no están destinados a ser. Necesitas dejar ir y quien te ofrece su ayuda es un carismático, pero...