Capítulo 29

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Pasaron los meses...

Siete meses desde que Robert Wallace murió, siete meses desde que Pierre se fue sin dejar rastros. Siete meses desde que siento que perdí una parte de mí...

Desde entonces, nadie ha tenido novedades de él. Y yo ya deje de esperar a recibirlas.

¿Que si me dolio esa actitud? Si, y mucho. Porque creí que lo que teníamos nosotros era al especial, que éramos amigos. Pero, los amigos no dejan tirado al otro y se desaparecen como si se los hubiera tragado la tierra. 

*****

Como todas las mañanas, me encuentro en el restaurante. 

Hoy es uno de esos días en los que tengo ganas de meterme bajo las sábanas y no salir de ahí hasta que consigan la paz mundial. 

Por lo que me vine aquí y comencé a amasar para hacer pizza. El formar la masa, hacerle fuerza, estirarla y golpearla contra la mesada, me ayuda a liberar tensión. Además de que me dio hambre. 

Veo que se abre la puerta de la cocina y entra mi hermano. 

- No te encontré en casa. - dice. - Me supuse que estarías aquí. 

- ¿Dónde más estaría? - digo mientras sigo amasando. 

- ¿Qué haces? - pregunta extrañado. 

- ¿Es que no es obvio? - digo. - Me dio hambre,me hago una pizza.

- Son las nueve de la mañana. - dice. 

- ¿Y eso qué? 

- Como sea... - dice. - Vine porque llamo mamá...

- ¿Le dejaste mi saludo? 

- Daselos tú. - dice. - Se están volviendo. 

- ¿Se volvieron a separar? 

- Muy chistoso. - dice serio. - ¿Me has oído? 

- Si, te he oído. - digo. - ¿Qué quieres que haga? 

- Solo te avisaba. 

- Bien, gracias. - digo. - Supongo que tendré que buscarme donde irme a vivir de nuevo. 

- Bien. - dice serio y sale por la puerta. 

Suspiro y sigo con la masa. 

Luego de meterla al horno, comienzo a preparar la salsa. Pico el ajo y le hecho. 

Inhalo. Nada que me relaje más que el aroma a la salsa. 

- Veo que llego justo a tiempo. - dice una voz que hace que me sobresalte. 

Miro hacia donde proviene y lo veo parado en la puerta de la cocina. 

- ¿Que mierda haces aquí? - digo aún muy sorprendido. 

- Me... me lo cruce a Gianni y me dijo que estabas aquí, que entrara por la puerta trasera. 

- Me refiero a aquí, aquí. - digo con mi corazón latiendo con fuerza.

Se acerca más a mi. - Vine a ver a un viejo amigo. - dice con una sonrisa apenas. 

Lo estoy viendo, es él. Pero, de alguna forma no se siente como si lo fuera. Parece un extraño.

Me alejo. - Pues un gusto saludarte, ve por Gianni. - digo.

Ríe divertido. - Me referia a ti. - dice. - Aunque también me alegra verlo a él. 

- No se si te has enterado. - digo. - Pero, han pasado siete meses, siete. Y te has perdido varios capitulos, pero te lo resumo... Tu y yo ya no somos amigos. O al menos no de mi parte, tu puedes hacer lo que quieras con la tuya, pero no me importa. 

La Receta del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora