advertencias: daddy kink, edging, fingering, dirty talk, squirt, smut sin trama.
resumen: Sirius y tú se encontraban en su cuarto aprovechando que los chicos habían asistido al partido contra Slytherin, lo cual garantizaba muchas horas a solas.
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🍒🖇️
—¿Vas a ser una buena niña? — preguntó dejando suaves besos por tu cuello deteniéndose en el valle de tus pechos esperando tu respuesta. —Si papi —, suspiraste cuando sus labios hicieron contacto con tu sensible piel mientras una de sus grandes manos subía por tu muslo hasta tu pezón para pellizcarlo suavemente, tu espalda se arqueó necesitando más de su caliente tacto sobre tu necesitado cuerpo.
Sus labios succionaban deliciosamente cada uno de tu pezones y tus manos se enredaban en su largo cabello acercándolo a tus labios. Su mano se deslizó por tu abdomen hasta llegar a tu mojado coño sobre la fina tela que lo cubría, un gemido salió de tu boca mientras su palma masajeaba tu clítoris, trataste de alzar las caderas para obtener una mayor fricción pero su mano desocupada se estampó contra tu muslo —no te muevas cariño.
Sirius podía sentir tu húmedad aumentar en cada movimiento así que decidió sacar la pieza de tela que te cubría, —tu pequeño coño se ve tan bien cielo —suspiro viendo como tus fluidos bañaban tus pliegues, no pudo resistir más y posó dos de sus dedos sobre tu palpitante clítoris.
Cada vez que sus dígitos rodaban sobre tu manojo de nervios una corriente de placer se extendía por todo tu cuerpo haciendote temblar debajo de él, —por favor papi...— gemiste agudamente cuando sus dedos jugaban contra tu entrada sin penetrarte, —¿qué es lo que quieres? —pregunto burlonamente sabiendo que la velocidad de sus movimientos te estaban llevando al borde poco a poco.
—Mierda... necesito tus dedos dentro de mi, por favor —un alto gemido de su nombre salio de tus labios cuando sus dedos te penetraron suavemente curveandose sobre tus paredes haciendo que el nudo de placer estuviera a punto de dehacerse, su ritmo aumento causando un chapoteo de fluidos en todo el cuarto, tus paredes se contrajeron alrededor de él avisando que tú orgasmo estaba cerca.
—¿Te vas correr para mi bebé? —, su ronca voz junto con la fricción de su palma en tu clítoris estaban volviendote loca pero justo cuando todo parecía nublarse sus movimientos pararon.
—Papi~ —te quejaste viendo como Sirius lamía sus dedos saboreando tu húmedad, —tenemos toda la tarde muñeca —susurro mientras se acomodaba entre tus piernas hasta que su rostro quedó frente a tu zona. Sopló sobre tus pliegues sintiendo tus piernas temblar, estabas demasiado sensible y cualquier roce te haría llegar.
—No tienes permitido correrte —ordenó antes de lamer tu hinchado clítoris, cerraste los ojos viendo luces de colores sobre tus párpados tratando de parar el eminente orgasmo que estaba por llegar, tus uñas se enterraron en tus palmas mientras Sirius succionaba cada parte de ti.
—No creo aguantar más —gemiste pero él te ignoro combinando el movimiento de su boca con tres de sus dedos dentro de ti, de nuevo ese ardor de placer se hizo presente pero Sirius se alejó riéndose de tus quejas.
Pasaron unos minutos para volver a acariciarte pero te alejaste al sentirte aún más sensible —no te preocupes, esta vez puedes correte como la niña necesitada que eres —dijo antes de empezar a palmear tu caliente coño, gemiste fuertemente sintiendo una nueva sensación dentro de ti que te dejo en blanco temblando por la cantidad de placer que se estaba acumulando.
—Dios, estás goteando —gruño viendo el desastre que estabas haciendo, decidió agregar tres de sus dedos continuado estampando su mano sobre ti, —mmgh, estoy cerca papi, estoy demasiado cerca —, con solo escuchar esos gemidos necesitados pudo sentir su polla palpitar dentro de sus pantalones así que aumento la velocidad.
—Agh! Papi, si —, después de eso todo se torno realmente mojado mientras admiraba como chorros salían de ti continuando bombeando sus dedos dentro de ti para alargar tu orgasmo, te retorciste sintiendo como poco a poco bajabas de la cima a la que habías llegado jadeando mientras sentías tus mejillas humedas por lágrimas de placer que salieron cuando llegaste a tu clímax.
—Eso ha sido jodimente caliente cariño, ahora déjame follarte para que papi se sienta orgulloso de su niña —siseo sobre tu oído mientras te daba la vuelta dejando tu culo a su disposición. Esa iba a ser una larga tarde mientras el partido aún no daba señales de acabar.
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