[Son interrumpidos en una sesión de besos húmedos]
advertencias:un poco de smut, nada explícito.
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҂JAMES
Desde el primer beso que James compartió contigo se encontraría necesitado y rogando por tu atención para que lo llenaras de muchos besos más, así que no era una sorpresa que siempre que terminaran las clases te arrastrara hacia algún lugar vacío en la biblioteca con la excusa de estudiar sobre pociones, solo para que te sentaras sobre su regazo y se besaran sin prisa.
—P-para... James —susurraste sobre sus labios cuando sentiste sus manos arrastrarse por tus muslos debajo de tu falda, se despegó de ti con un fino hilo de saliva uniendo sus labios solo para regalarte una sonrisa y volver a besarte un poco más suave, disfrutando de lo bien que sabían tus labios y los pequeños jadeos que salían cada vez que apretaba tu piel entre sus dedos sintiéndote temblar debajo de su toque.
El sonido de sus lenguas los distrajo de los rápidos pasos de los gemelos Prewett hasta que escucharon sus silbidos —vaya, ya decía yo que era imposible que James quisiera estudiar sobre pociones —se burló Gideon cuando vio que ambos se separaban rápidamente con las mejillas sonrojadas, —solo váyanse de aquí —pediste cuando siguieron con sus bromas hasta que lo hicieron diciéndoles que escogieran un mejor lugar para la próxima.
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҂SIRIUS
Lo único que pensaba el pelinegro cuando te veía era en besarte y abrazarte durante todo el día, pero con los planes del baile de navidad las chicas te habían traído de un lado a otro para ver la organización y decoración del lugar después de haber sido escogidas por la profesora Mcgonagall, sin poder pasar tanto tiempo juntos como a Sirius le gustaba.
Por lo que aprovecho cuando fueron a comprar tu vestido y su traje a Hogsmeade estando a tu lado todo el tiempo, llevándote sutilmente hacia un callejón solitario cuando terminaron de tomar una cerveza de mantequilla con sus amigos. —¿Qué planeas ha- —sus labios te interrumpieron pegando tu espalda suavemente contra la pared y deslizando sus manos por tu espalda, dejándolas demasiado cerca de tu trasero.
No supieron cuanto tiempo estuvieron ahí compartiendo saliva y pasando sus manos por el cuerpo cubierto del otro hasta que escucharon el grito de Peter —¡los encontré, los de-...—se paro frente a ustedes dándose cuenta de la posición en la que estaban, con nerviosismo y las orejas teñidas de rojo se disculpo. Sirius y tu soltaron un suspiro, pero hacer que colagusano no se sintiera incómodo era su preocupación numero uno así que actuaron como si nada hubiera pasado.
