✶ Remus Lupin

8.6K 272 38
                                    

I don't like darkness

advertencias: smut, dry humping, nipple play, spitting, choking.

resumen: Los truenos retumbaban contra las ventanas y te das cuenta que tal vez no debiste escuchar las historias de terror de los chicos. No puedes aguantar más así que cuidadosamente te diriges a la habitación de Remus.

 No puedes aguantar más así que cuidadosamente te diriges a la habitación de Remus

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🥥📎

Rem —susurraste tratando de no asustarlo y despertar a alguno de los chicos que dormían alrededor, aunque lo dudabas ya que podías escuchar perfectamente sus ronquidos.

¿Qué pasa cariño? —pregunto con notoria preocupación tallando sus ojos sentándose en su cama mientras alzaba las cobijas invitándote a acurrucarte a su lado, tus brazos se enrollaron alrededor de su abdomen rápidamente y escondiste tu cabeza en el hueco de su cuello.

Tengo miedo —contestaste entrecortadamente cuando otro relámpago alumbró el cuarto, solo soltó una risita acariciando con sus dedos tu mentón alzándolo para conectar sus labios en un suave beso distrayéndote de la tormenta y las imágenes de los monstruos que Peter había descrito en sus historias.

Sentiste como quitaba su brazo de tu cintura para acercarlo a la mesita de noche que estaba al costado de su cama tomando su varita mientras susurraba un muffliato sobre tus labios. Su lengua lamió tu labio inferior antes de que abrieras un poco tu boca invitándolo a empezar un beso con más intensidad.

Se separó de ti respirando pesadamente por la falta de aire estirándose un poco para cerrar las cortinas alrededor de su cama, volvió su vista a ti notando el sonrojo en tu rostro junto con las pupilas dilatadas esperando por más de su tacto.

Tan necesitada —susurro sobre tus labios para volver a atacarlos mientras su mano subía por debajo de tu suéter amasando tus pechos desnudos, soltaste un gemido ahogado en medio del beso cuando sus dedos juguetearon con tus sensibles pezones.

Sentiste que su cabeza bajo esparciendo besos por tu garganta y cuello asegurándose de no dejar ni una marca, su lengua delineo tus erectos pezones por encima de la tela que los cubría hasta que sus manos se enredaron en ella subiéndola por tus brazos haciendo que tu pecho quedara totalmente desnudo a su disposición.

Su boca no tardó en envolverse alrededor de tu pezón jugando con el mientras acariciaba el otro con las yemas de sus dedos. Podías sentir espasmos de placer recorrer tu cuerpo deslizándose a tu núcleo húmedo dejando tus bragas empapadas.

Para, Remus —susurraste antes de sentarte en su regazo, recorriste con tus manos sus hombros atrayendo tu rostro a su cálido cuello regalando besos húmedos que hicieron palpitar su miembro debajo de ti. No pudiste evitar soltar un gemido cuando tus caderas crearon una deliciosa fricción.

Escuchar sus suaves jadeos sobre tu oído te hicieron moverte más libremente sobre su erección cubierta por sus pantalones de dormir, tu clítoris chocaba contra la cabeza de su pene haciendo que ambos soltaran unos cuantos gemidos.

Lo único que querías era verlo correrse, ver sus facciones hundirse en placer puro. Tomaste sus manos posandolas en tu trasero, no tardó mucho en ayudarte a moverte amasando tu carne.

Creo que voy a correrme —siseo temblorosamente viéndote a los ojos quitando los mechones de cabello que se pegaban a tu frente por la fina capa de sudor, gemiste su nombre al escucharlo decir esas palabras sintiendo tu interior palpitar en placer.

Estaban a punto de llegar cuando su mano se envolvió en tu cuello cortando tu respiración, posó su pulgar en tu labio inferior haciéndote abrir tu boca y cerraste tus ojos por las olas de éxtasis que sentiste cuando su saliva se deslizó por tu lengua, —tragalo.

Tragaste con dificultad debido a su mano enroscada en tu cuerpo y con unos cuantos movimientos más te corriste temblando entre sus brazos con puntos de colores nublando tu vista.

Esa imágen fue suficiente para que Remus gruñera una y otra vez tu nombre como un mantra con su polla estrujandose mientras liberaba su semen dentro de su pantalón.

Recargaste tu cabeza sobre tu hombro tratando de regular tu respiración por los espasmos cubriendo tu cuerpo, —eso fue increíble cielo —susurro sin aliento masajeando tu espalda.

Se mantuvieron unos minutos así hasta que se paro lentamente buscando algo para poder limpiarse, asegurándose de que los chicos aún estuvieran dormidos.

Una vez listos pegó tu espalda sobre su torso regalandote un beso en la nuca haciendo que cerraras tus ojos pesadamente, cayendo en un profundo sueño.

Una vez listos pegó tu espalda sobre su torso regalandote un beso en la nuca haciendo que cerraras tus ojos pesadamente, cayendo en un profundo sueño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐌𝐄𝐑𝐎𝐃𝐄𝐀𝐃𝐎𝐑𝐄𝐒 | STUFFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora