Cassandra, una adolescente de 14 años, nota que a su barrio se muda una pelliroja intimidante, y decide averiguar quien es, resulta que es una de las hijas de puta más grandes de España, Alicia Sierra.
Pero a Cassandra por alguna extraña razón no l...
Me desperté a las 6 de la mañana, mi mamá estaba completamente dormida, así que fui a despertar a mi hermano menor para llevarlo yo a la escuela, quería que mi mama se tomara el dia en general y pudiera descansar. -Zack, despierta- susurre mientras acariciaba su espalda para terminar de despertarlo. Pude ver como lentamente abría los ojos y se empezaba a estirar, así que me fui a vestir mientras el hacia lo mismo. -Bien, este vestido rosa no está nada mal para hoy- me dije a mi misma.
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Me quedaba bien, me gustaba, pero todavía tenía que bajar y hacerme el desayuno, cosa que me daba muchísima pereza, tampoco es que tuviera ganas de ir a la escuela, por mi, directamente no iría, pero tenía que llevar a mi hermano y ayudar a mi madre. Había considerado volver a saltarme las clases como ayer, pero sabia que si lo hacía, a mi madre la iban a llamar desde la escuela y muy probablemente, me quitarían la beca, y eso sería un gran problema, porque mi madre no podía permitirse pagar mi colegiatura, tampoco la de mi hermano, pero yo queria volver a pasar todo el dia en el parque con Alicia, era lo único que en ese preciso momento me importaba. Había sido una tarde maravillosa y en lo único que pensaba era en ese beso y l a hermosa sensación que habia tenido, cada dia confirmaba más mi lesbianismo, pero claro, no iba a confirmarselo a mi madre porque era capaz de matarme por el enojo y la furia que esto le traería. Pero deje de pensar en eso cuando mi hermano irrumpió en mi habitación. -Ya estoy, bajemos a desayunar- dijo con su mochila colgada en los hombros. Baje las escaleras y me preparé un café, a mi hermano le di una chocolatada con galletas, se las acabó en un abrir y cerrar de ojos, así que ya estábamos listos para irnos a la escuela.
En los ojos de Alicia
Ya se me estaba haciendo un poco tarde, pero me vestí rápidamente y pude ver como Cassy me había mandado un mensaje por la noche. -MIERDA- grité. Una de mis tías se acerco a mi habitación sorprendida por mi queja. -Lo siento, me golpeé el dedo pequeño del pie- me excuse. Para mi buena suerte, me creyó. Cassandra lo había descubierto todo, se estaba por ir nuestro algo a la mierda, era probable que ya no me quisiera hablar, y la verdad, la comprendía. No se me hacía raro que después de verme con una remera en contra del colectivo junto a mi novio, no quisiera hablarme, pero la verdad me daba un poco igual, a lo largo de mi vida, la he cagado varias veces, mucha gente me había dañado, pero eso ya me daba igual, si se quería quedar en mi vida bien, y si no, pues vale.
Metí mis 2 dibujos en la mochila de la escuela, baje corriendo las escaleras, y sin decir ninguna palabra, tome mi skate y salí rumbo a la escuela. No podia dejar de pensar en Cassy, me preocupaba lo que pudiera pensar de mi, y tenía que hacer algo para que no creyera que era una homofóbica. Antes si lo era, pero las personas cambian, pueden cambiar si lo desean. Pensé y pensé, hasta que se me ocurrió una idea que le demostraría que ya no era esa Alicia que no dejaba que las personas amaran a quien quisieran libremente, cuando de pronto, recordé una frase que había leído en Instagram.